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Teatro

Javier Cámara es Vania x Vania, una propuesta alucinante desde el texto de Chéjov, en una adaptación por Pablo Remón.

Javier Cámara está muy bien acompañado con un reparto fantástico; Marta Nieto, Juan Codina, Israel Elejalde, Manuela Paso y Marina Salas en esta propuesta doble que nos acerca a un Tío Vania desde un punto de vista atemporal donde pasado y presente se juntan en el futuro. Deconstruyendo el texto Remón acierta en este viaje arriesgado y algo alocado para presentarnos la verdad del teatro y del proceso (casi ensayístico) del trabajo del actor al leer una obra teatral. Este Vania bipolar nos da una perspectiva como espectador alucinante donde podemos presenciar el valor de la palabra en su dimensión atemporal, comprobamos como los grandes nunca mueren y nos ofrecen tantas posibilidades.

En las Naves del Español la Sala Fernando Arrabal hasta el 7 de abril podéis ir a ver este doblete, que desde aquí aconsejamos ver en su totalidad, pues siendo el mismo texto, Remón hace dos versiones distintas. Merece la pena ver ambas, juntas a ser posible. Parece mucho pero no lo es. Los temas de Tío Vania son universales, la cuestión de la existencia y el sentido de la misma, el amor, la belleza, las relaciones humanas. Transversalmente toca los celos, la pasión, la familia, el trabajo cuyo valor se cuestiona, la herencia, la muerte. Ahí es nada. Desde Rusia hasta cualquier lugar de La Mancha estos temas son idénticos en los seres humanos. Remón juega con la posibilidad de unir estos dos mundos en uno, el mundo de Vania, a través del espacio / tiempo. La relatividad de esta teoría hace que los dos escenarios posibles sean uno solo. Esta doble cara de una misma moneda ante una obra, un texto, se debe a las múltiples lecturas que tienen algunas obras, así comentaban de Las tres hermanas Juan Codina y el propio Pablo Remón, indicando que esa misma obra teatral tiene dentro de sí muchas obras, como ocurre con Tío Vania, cada personaje ofrece una visión multiopcional, como cuando uno se mira en un espejo y detrás tiene otro espejo, la imagen se multiplica hasta el infinito, tanto que el ojo no puede llegar acercarse a la última imagen. Por eso es muy interesante ver ambas versiones a ser posible seguidas.

La versión segunda (a las 20:30 horas) tiene escenificación y movimiento, los actores accionan aquello que es representable mediante el acto en sí. Hay dos decorados uno la dacha rusa, otro una casa en plena estepa manchega, los personajes son los mismos, y se entre cruzan los lugares porque ambos, les pertenecen, representa lo que entendemos que todo pasa en todas partes, se entremezclan los lugares a través de estos personajes. La segunda versión es lo que podemos conocer como la obra de teatro acabada y presentada al público. No importan cuántas veces hayáis visto un Tío Vania, esta vez la experiencia es otra cosa. Chéjov siempre postuló que la obra tenía cierto sentido del humor a pesar de su tema trágico y trascendental, la búsqueda de la felicidad y el sentido de la vida, el puro aburrimiento, la pérdida de esperanza en cierta medida, el desconsuelo. Pero todo ello, lo expresó con cierto humor. En 1900 se estrenó la obra que dirigió Konstantin Stanislavski quien tenía un sentido muy trágico del tema y nunca resaltó ese sentido del humor que el autor perfiló en el personaje de Vania, punto de encuentro del resto de personajes y su relación con cada uno de ellos. Todos somos Vania, al escucharle hablar, nos sentimos identificados, el por qué de las cosas, el hastío y el significado de la pasión, del amor, de la familia. Javier Cámara hace un Vania muy cercano, trágico cómico, muy ruso a la vez muy español. Le invade las ganas de amor y de vida pero la apatía le supera y parece que ha perdido la ilusión. La obra del realismo ruso de Chéjov bien podría ser una obra del realismo español como por ejemplo un Galdós en Fortunata y Jacinta, podemos tener los elementos que encontramos en Vania. El campo lejano solitario aburrido, en contraste con la ciudad bulliciosa, anhelada y odiada al mismo tiempo. Como la obra dialoga con los temas de la actualidad y encaja a la perfección. Por eso todos nos reflejamos en Vania.

La primera versión un poco más larga, es algo experimental que no deja indiferente y atrapa desde las primeras líneas. Un Chéjov desnudo, esencial y minimalista centrado en el texto y en el trabajo actoral y que se representará a las 18 horas. Vania 1, está pensada como una versión más libre y abstracta del texto original, para una audiencia reducida, sin apenas elementos escenográficos y cuyo peso recae totalmente en el poder de la palabra y el trabajo de los actores. “Esta obra te pone absolutamente frente a uno mismo. Siento que cada frase de Vania me interpela, es como un espejo”, cuenta Javier Cámara, que interpreta a Vania en ambas versiones y que con este espectáculo firma su segunda colaboración con Remón tras su reciente éxito con Los farsantes. “Tengo 57 años y me veo reflejado en Vania. Todo lo que le pasa al personaje, en mayor o menor medida, me ha pasado, me pasa y me pasará. ¿Por qué no estar aquí encima del escenario mostrándome así ante el público?”. Lo que más asombra así el propio autor Pablo Remón lo dice; «Siempre me ha apasionado la modernidad de Chéjov. Lo más estimulante de trabajar con sus textos es la cantidad de capas que tienen. Por eso surgió la idea de Vania x Vania y de trabajar en dos versiones casi contrapuestas, como si estuvieran firmadas por dos directores distintos. Pretendo mostrar dos caminos posibles de acercarnos a esta obra, entre tantos posibles. No creo que ninguno sea completo ni definitivo, pero sí son muestras de lo fértil del texto de Chéjov”.

Para hablar en toda la su dimensión tanto de la obra original de Chéjov como de este montaje de Pablo Remón, quizá las imágenes valgan aquí las mil palabras, por lo que os animamos a ver ambas versiones pues merece realmente la pena. Desde luego que es posible que sea el espectáculo de la temporada. El trabajo impecable de la dirección, los actores y actrices, la iluminación, música, vestuario, todo. La pega podría ser las 4 horas de verse las dos versiones pero de verdad, se pasan volando. Indispensable.

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