Iñigo Guardamino se atreve a: “Montar al Toro Blanco”. Se puede ver en el Pavón Teatro Kamikaze hasta el 6 de Octubre.
Europa con sus apellidos: La Europa de los quince, la de los veintisiete, el soft power, la del brexit, la de las dos velocidades, la Europa del norte, la del sur, la Europa insolidaria, la solidaria, pero; ¿quién es o qué es Europa?
“Se atrevió también la princesa, sin saber a quien montaba, a sentarse sobre el lomo del toro; entonces el dios deja poco a poco la seca arena, pone ya los falsos cascos de sus patas en la orilla, luego se adentra en las aguas y por el mar abierto se lleva a su cautiva.
Se asusta Europa y vuelve su mirada a la costa que, raptada, le va quedando atrás, y con la diestra agarra un cuerno, apoya la otra mano en el lomo; y tremolan sus ropas agitándose en el viento”
(Metamorfosis; libro II. Ovidio)
Montar al Toro Blanco nos cuenta a toque de humor negro con ciertos bocados de realidad, el mito de la Europa unida. Con escenas aparentemente separadas que son las partes de un todo. Nos va mordiendo con audacia en las zonas blandas del “europeísmo”. Una mezcla de sentimientos al ver la obra recorre nuestro europeo corazón. A mitad de camino entre lo mero simbólico y lo real, el sabor agridulce del concepto de Europa, nos hace pensar que estamos ante un destino ineludible; el crecimiento de un patriotismo exacerbado. Su autor y director, Iñigo Guardamino conocedor de la mitología, nos presenta a la diosa Europa con humor incisivo; ella es indecisa, pusilánime, algo hedonista y escurridiza. La pregunta es: si Europa no avanza, ¿retrocederá?
Europa, ese mito de “diosa fenicia pero que vive en Grecia”. Se muda a Grecia por amor. Zeus se transforma en toro blanco manso para seducir a Europa, curiosa forma elegida para seducir a una mujer, ella seducida por su raptor se va con él. Parece una alegoría, toro blanco y manso al soft power que ejerce la UE en la política exterior. Si el toro hubiese sido vaca igual al menos ordeñaríamos la leche.
La mitología a veces impregnada de cierta verdad, se le puede dar una lectura fededigna. Los ciudadanos europeos montan al “toro blanco” sucumben a las linsojas (discurso grandilocuente y seductor de las Instituciones Europeas) del continente, que promete protección y unión a un módico precio; vender nuestra alma soberana. Tarde o temprano esto se traduce en rebelión y lucha a causa de las contradicciones en las que se basa la Unión y al doble rasero. Lo que es peor aún, los hay que deciden tirar la toalla y rendirse renunciando a todo. TODO. En el empeño por preservar una identidad nacional que ya está muy borrosa, sólo ya quedan los benditos tópicos que nos identifican de manera folklórica contraponiéndose a la verdad, nos parodian como al mirarse en un distorsionado espejo.
Iñigo Guardamino con el texto, bate las conciencias de los ciudadanos europeos y los no europeos, de la entelequia donde nos hayamos metidos hasta las trancas. Tocando todos los temas más punzantes de la política interior y exterior europea nos hace reir pero lo que queremos es gritar. Con esa distorsión a lo bestia que da el humor negro, nos va introduciendo a los insabores de la actualidad y la incertidumbre del futuro europeo. ¿Hacia dónde se encamina Europa?
Europa ya no es lo que era, ni tampoco será lo que es. La construcción que se intenta hacer de la Europa de hoy está basada en principios antagónicos imposibles de mezclar. Un entramado de normativas y directivas, para ser “libres”. Un Parlamento europeo lleno de parlamentarios que barren para casa y van allí a vender su moto. “Montar al Toro Blanco” podríamos decir que es una obra de humor, muy seria. El texto no es baladí y lo cierto es que tiene mucha miga. Sólo tenemos que observar a nuestro alrededor, leer los periódicos o ver la noticias, hablar con los ciudadanos de otros sitios o viajar por Europa para saber, cuánta verdad hay en la ficción del texto de Guardamino. ¿”Montar al Toro Blanco” o la idea de Europa en sí misma?
La Unión Europea es más bien continente forzado por la geografía que “unión”. Donde los países ricos del norte, piensan que les pagan la fiesta a los países pobres del sur, como aquel hermano rico que le dice al pobre; “ponte a trabajar en un trabajo precario que yo ya no te ayudo más”. Mientras que a la vez son ellos, los países ricos, los que se “beben el vino”.
Desde la Europa escasa en oportunidades para sus jóvenes quienes al tenerlo todo en apariencia no tienen nada, están desganados y apáticos. La Europa envejecida, llena de pensionistas a los que igual no podrá mantener por más tiempo. Se perfila “Eurabia”, con la inmigración siria, libia y afgana,lo que para algunos estados miembros es una clara amenaza a su identidad nacional.
Y es que según la bandera azul europea se atiborra de estrellas, explotará en el intento de integrar el agua y el aceite, con sus dos modelos existentes de integración (el francés y el holandés) ambos fracasados. Algunos estados miembros son jugadores a medias, sólo cuando va bien la cosa y por supuesto mantienen su moneda; Otros jugadores perdedores desde el inicio; Otros son los que traen el tablero de juego y por tanto lo quitan cuando las normas no les benefician. Y luego están, lo que no están pero que quieren estar.
Esencial texto que no pueden perderse. El elenco actoral es increíble, dada la dificultad del texto, además interpretan varios personajes sin intervalos y lo defienden con sobresaliente. Nos gustaría destacar la actuación de Sara Moraleda que corta la respiración y la de Rodrigo Sáenz de Heredia como siempre soberbio.
Ficha técnica:
Texto y dirección: Iñigo Guardamino
Intérpretes: Sara Moraleda, Rodrigo Sáenz de Heredia, Fernando Sainz de la Maza, Gemma Solé
Ayudante de dirección: Pablo Martínez Bravo
Escenografía: Alessio Meloni (AAPEE)
Ayudante escenografía: Paola de Diego
Diseño de vestuario: Pierpaoloalvaro (AAPEE)
Diseño de iluminación: Pedro Guerrero
Fotografía: Carmen Prieto
Música: David Ordinas
Canciones: David Ordinas (música) e Iñigo Guardamino (letra)
Espacio Sonoro: María José Pazos
Diseño gráfico: Andrés Sansierra
Comunicación: Lemon Press
Una producción de La Caja Negra Teatro