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Teatro

Un cóctel cultural al contrapunto; payasos y un texto clásico. ¿Dónde? En el Teatro Clásico de Madrid.

Si os dijera que unos payasos se enfrentan a un texto clásico, novela de Luis Vélez de Guevara, edición del año 1641 y adaptado por Juan Mayorga, dirigido por Ester Nadal y en el Teatro Clásico de Madrid dirigido por Lluís Homar; ¿me creeríais?

Esto está pasando, “El Diablo Cojuelo”, está adaptado por Mayorga y dirigido por Ester Nadal, interpretado por los payasos Rhum & Cia. La versión es libre pero respetando el texto, tratándolo de forma respetuosa. El primer punto es la extrema responsabilidad que se le da a la Compañía de Payasos de “Decir” el texto del siglo XVII, y éstos se lo toman locamente en serio. Entre las explicaciones y peticiones necesarias, Rhum & Cia a modo de paréntesis metateatral se abstraen para hacerse entender y comprender el texto. Siempre nos da cierta congoja el acercarnos a estos textos que creemos harto complicados de digerir, pero, de verdad os digo, que en esta ocasión (entendáis o no) os lo vais a pasar genial intentándolo junto a estos payasos. Merece la pena. La locura de la unión ya promete, mejor no esperar nada para tener la sensación de la sorpresa. Parece ser que es más fácil inclinarse a pensar que la mezcla es un salto al vacio, como el salto que dan el “diablo cojuelo y el estudiante”, a riesgo de dársela bien dada. En el mundo del “Clown” la sensación de torpeza ante cualquier empresa y la catástrofe, mezclado con la seriedad y “perfección” de los textos clásicos eternos, es en sí mismo ese salto al vacío que nos hace reflexionar sobre las posibilidades de unión de ambos universos para obtener un nuevo “Big Bang”; lo loco de imposible hecho realidad. Eso es el fin mayor del Teatro.

Así lo reza el subtítulo del texto clásico; “El Diablo Cojuelo: Novela de otra vida traducida a esta”. El mundo del siglo XVII en el acto real de la magia del teatro nos llega al siglo XXI para enseñarnos aquellos en una España esperpéntica llena de contrastes y personajes raros, casposos, aristócratas ociosos, mesoneros malhumorados, estudiantes fracasados etc etc… ¡Caramba! ¡No hemos cambiado tanto! La perspectiva para el diablo desde los cielos a vista de pájaro no entraña secretos, mira los tejados, se cuela por las ventanas para ver la “verdad” de lo habitantes de una ciudad en su búsqueda de evasión y entregada a la noche pecaminosa y enmascarada. Rhum & Cia salen y entran del trance para refrasear, ¿lo estamos haciendo bien? Ellos no tienen claro que están por el buen camino. Por lo tanto hay dos cosas ocurriendo entrelazadas; por un lado el fracaso de los payasos al interpretar un clásico, o no. Por el otro, el clásico con su texto dicho y bien dicho. Entre tanto, presenciamos un movimiento continuo en escena, una plástica extraoridinaria, una transformación constante de payaso a actor, con las dudas que genera… sobre todo a ellos mismos. La pieza va tomando forma y nos va guiando hacia entender porqué estamos todo allí. Nunca antes habremos estado viajando de un siglo a otro con tanta rapidez de destreza.

Os dejo aquí unas palabras de Juan Mayorga: “He escrito cada línea teniendo en la cabeza y en el corazón a los formidables actores y maravillosos payasos -contra el sentido común y el orden alfabético- Piero, Paganini, Martínez, Lozano, Giuliani y Arquetti, y siempre en diálogo con Ester Nadal, que también está maravillosamente loca. Con ella y con ellos he gozado cada minuto de una de las aventuras más hermosas en que me he metido desde que estoy en el teatro. Juntos, subidos a los hombros del gran Vélez, les ofrecemos este delirio, tan clásico y tan payaso.- Juan Mayorga.

¿Cómo se ha llegado hasta aquí? Nos cuentan sus protagonistas, que las ideas y las charlas surgen en un bar, luego en otro y otro, hasta llegar a la llamada de Homar, -“traerme una propuesta”- . Después ya todo es un ir y venir de charlas y buscar la forma de unir el clown y el clásico. Dice Ester Nadal; -“No es una unión de dos lenguajes sino que un lenguaje es inherente a toda la mnera de expresar. Aunque Arquetti se encuentre con El Diablo Cojuelo y lo quiera hacer de una manera no-clown de interpretar un clásico, no puede dejar de hacerlo desde el clown; porque forma parte de nuestra identidad, de nuestra manera de mirar el mundo y de expresarlo…-” . Todo ello es el resultado de llevar un clásico a los jóvenes, acercarles esto es hacerles entender que ellos no son ajenos a lo que ya pasó, sino que, por el contrario les puede ser muy útil y abrirles un mundo lleno de novedad del pasado. Si se me permite la expresión retroactiva.

Podéis verla en: Teatro Clásico Nacional. Del 14 de abril al 5 de Junio 2022.

😉 BGD… La vida sin la cultura es una tortura…

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