Del 4 de septiembre al 4 de octubrede 2020Sala PrincipalEstreno en Madrid. Carmen Barrantes y Jorge Usón Pianista: Néstor Ballesteros. Composición y dirección musical Mariano Marín. Ayudante de Dirección Belén Ponce de León. Iluminación David Picazo. Escenografía y Vestuario Juan Sebastián Dominguez
“¿Qué necesidad tenemos de cambiar nuestras vidas? ¿Qué necesidad tenemos de pensar más de la cuenta? Si ya tenemos todo lo que queremos… Dejemos las grandes preguntas para los poetas. Dame gambas y tranquilidad. Y que nada se salga del tiesto, son ganas de complicarse la vida. José Troncoso
“Con lo bien que estábamos” nos cuenta la vida de dos personas “normales” y sus alrededores, envueltas en su maravillosa “normalidad” que está muy bien. Para ellos es más que suficiente, la bendita rutina, que hace que no tengas que estar despierto para realizar la tarea y las costumbres del día a día. Todo es una música mecánica de “un dos por dos” chaca chá chaca chá… pimpán. Perfecta normalidad que abrazamos todos y todas de alguna manera. Salir de esta normalidad supone el riesgo más peligroso y maravilloso que hagamos antes de morir, de morir de verdad. A veces, parece que ya estuvieramos muertos. Autómatas de nuestras vidas y de las de los demás bailamos al son de la misma música. No hacemos preguntas, la sangre sigue fluyendo en nuestra venas y el corazón late de alguna manera……..Hasta que……
Algo nos despierta un día de repente y lo que parece una enajenación, es la decisión más acertada y seria que tomamos en nuestras vidas y abrazamos lo que es “anormal” o al menos desde “aquella” perspectiva. Y es que… ¿qué es la normalidad? La obra musical a la Troncoso, nos va sumergiendo en esa diatriba de lo que es o no normal. El ritmo de la música y el texto acomparsan la historia que va desgranando poco a poco y nos va metiendo en el bolsillo. Me recordaba a veces los rítmicos repetitivos y armoniosos del texto/música a aquella maravillosa escena de “The Music Man” del año 1962, la escena del tren al inicio de la película. Quizá esté inspirado, quizá no, a mi desde luego me lo evoca un poco.
El matrimonio de Esteban y Marygel es antagónico que se atrae, el amor y el respeto que sienten el uno por el otro, supera con creces las miserias de su vida y los sufrimientos de sus frustraciones. Nadie puede salvar a nadie de nada. Cada cual asume su victoria o derrota y tenemos que aceptarlo por mucho dolor que nos cueste. No podemos pensar en que nosotros tenemos la razón de la felicidad de nadie. Esteban, este personaje entrañable que ha creado José Troncoso, nos enamora con su cuerda locura hacia lo que él considera que es su destino final. Abrazar sin más lucha lo que ama. El teatro, la música, las luces, los aplausos, todo eso tan necesario, que a veces, todos un poquito, damos por sentado. Si desapareciera, la vida sería tortuosamente aburrida y tediosa. Como el rítmo de la Ferretería Esteban que, al compás de (2×2) nos adormece para ir por la vida subidos en los zapatos de la inercia.
En estos tiempos que corren, posconfinamientos, pandemia, las noticias desastre, ¡vayan al Teatro Español! a ver esta gran obra musical sin complejos, fantástica y melodramática. Necesaria más que nunca. Allí hay un protocolo de seguridad sanitaria como en todos los teatros, más seguros imposible. Las interpretaciones de Carmen Barrantes y Jorge Usón, ambos muy bien compenetrados, llenan el escenario como si hubieran cinco actores en escena. Están geniales. José Troncoso fiel a su “estilo” arriesga con un musical español, “un artísta que no arriesga no se le puede llamar artista”–
Ves tú !!!!! qué no te lo cuenten! Nos vemos allí! 😉 BGD