El Real Instituto Elcano organizó un debate acerca del futuro de Europa en el marco de una perspectiva llena de amenazas y un panorama repleto de inestabilidad tanto económica como socio política. La ocasión de dicho debate es la iniciativa de la Conferencia con Ciudadanos Europeos, unos paneles de 800 ciudadanos de diversos ámbitos, edades etc. En ésta se debatió sobre Futuro de Europa y cómo se sienten ellos, cómo ven los ciudadanos la Unión Europea. Además de hablar y debatir acerca de los problemas a los que nos enfrentamos, de la regulación y normativa europea, si ésta funciona, si llega a los ciudadanos europeos, no puede ser más interesante, comprobar el pulso real de los europeos. Los resultados ya están listos aunque ahora hay que trabajar sobre todas las propuestas (más de una treintena) entre las cuales un 80% se podrían aplicar sin necesidad de cambiar ningún tratado.
En este debate del Insituto Elcano intervienieron; Marta Arpio; es la directora representante del Consejo de la UE en la Secretaria de la Conferencia sobre el Futuro de Europa. Marta Domínguez; autora del libro y economista “¿Quién habla Europeo?”. Íñigo Méndez de Vigo; diputado europeo (1992-2011); Secretario de estado para UE (2011-2015); Cátedra Jean Monet. Diego Rubio Rodríguez; Director de la oficina nacional de Prospectiva y Estrategia País a largo plazo de la Presidencia del Gobierno de España. Modera Ignacio Molina que es investigador principal del Real Instituto Elcano. Una vez hechas las presentaciones.
En el escenario actual Europa que gozaba de paz y de cierta tranquilidad ha tenido dos golpes de efecto; uno la pandemia, otro la guerra en Ucrania. En este escenario de conflicto Europa ha tenido que sacar todo un arsenal de medidas comunes sin precedentes para afrontar estas amenazas y ha resultado (en caso de la pandemia) eficaz. Sin duda, podemos ser críticos y pensar siempre que se puede hacer mejor. Sin embargo, la UE ha sabido establecer acuerdos pese la diversidad de estados y de ideas dentro de cada uno. Hay una tercera cuestión que también es importante y está dentro de esta época tumultuosa, y eso es el Brexit. La salida de Gran Bretaña de la UE ha puesto en valor el estar dentro o fuera de la familia europea. Pues GB ahora se enfrenta a numerosos problemas económicos, socio políticos, y desde luego territoriales dentro de su territorio. Veamos cómo acaba esto.
En este panorama la UE toma las riendas hacia un futuro que integren mejor a los ciudadanos europeos. En muchas ocasiones cuando pensamos en la Unión Europea, los ciudadanos de a pie que componen los países miembros, nos preguntamos si formar parte de dicha Unión es bueno para nosotros, para nuestros problemas del día a día. Por eso, está muy acertada la Conferencia (link arriba) echadle un vistazo. Las amenazas que estamos padeciendo en estos momentos, no son sino, una oportunidad de reforzar lazos y políticas comunes. Es muy oportuno pues, hablar de Futuro con luces largas. Las políticas nacionales se caracterizan muchas veces por un plazo cortoplacista, los políticos miran las urnas y las encuestas electorales, pareciendo estar más preocupados en los resultados que les den la “silla” del poder a realmente poner solución a los problemas de sus ciudadanos. Así pues, nos gusta el término “luces largas”. Nadie previó la crisis de la COVID-19 por tanto, mirar con prismáticos quizá nos ayude a dotarnos de recursos antes de tener el problema en puertas. Con la pandemia, hemos visto la importancia de la sanidad y de la investigación en ciencia, y este punto es lo que decimos crucial, en mirarlo con perspectiva de futuro. Tener ya previstas vacunas, tratamientos, materiales sanitarios, protocolos definidos de actuación, en definitiva un almacén de recursos.
En la Conferencia los 800 ciudadanos debatieron sobre diversos temas, salieron con una treintena de propuestas, como ya decíamos. Sin embargo, también salieron a la luz inconveniencias como la elevada burocracia dentro de la UE y la poca agilidad del sistema, la lentitud de las gestiones desaniman al ciudadano a tener más participación y esperanza en la UE. La propia Marta Arpio, Presidenta del Consejo Europeo contaba que tomará tiempo la implementación de todas las propuestas de la Conferencia, por lo tanto, ilustra este punto muy bien. ¿Y mientras tanto qué? Hay que replantearse los pilares en los cuales se fundamentaron los Tratados y las Competencias ante las nuevas amenazas y retos que estamos viviendo (tan sólo es el principio del cambio). Cambiar estos pilares no será tarea fácil. Es la alta burocracia de la que tanto hablamos, es como un problema intrínseco. Nunca es tarde si la dicha es buena, reza un refrán. La Unión Europa ha “dado por sentado” ciertas cosas a lo largo de su vida que quizá hoy estén tambaleándose. No hay que dar nada por sentado, si hay algo que ha quedado claro en los últimos tres años es que hasta los pilares más robustos los tira un terremoto. Los pilares de unión de aceptar que hay paz, la tranquilidad de que no hay peligros, vienen tiempos difíciles donde tenemos que estar alerta y preparados. Todo ello, lo hemos experimentado los ciudadanos en la actualidad, nada es seguro. La crisis energética actual que está poniendo en situación extrema a gran parte de la población, otro toque o aviso para la UE que ahora tendrá que repensar la estrategia en los recursos, así como en nuestros socios económicos. Aquí en este tema España tiene una oportunidad de oro para elevarse como primer país estratégico en energías renovables o/y otras. No podemos eludir ni negar el hecho que, la guerra en Ucrania y la pandemia (también en su medida el Brexit) ha hecho que abramos los ojos en la UE y reaccionar ante un cambio de paradigma. La cuestión de la Seguridad y Defensa común de la UE sin el abrigo de la OTAN o EEUU.
El tema de Defensa ha estado en la Agenda Europea (hay un informe interesante del Instituto Español de Estudios Estratégicos (click en link) desde casi principios de la creación, ¿qué pasa? Pues que los estados nacionales no son capaces de ponerse de acuerdo en temas de financiación, creación, base principal, países que aportan más, países que aportan menos (por ello no menos importantes), y muchas más cuestiones básicas de cómo formar un ejército común. Europa por otra parte, la forman en su mayoría tecnócratas (no políticos) con la densa burocracia se encuentra en una mala posición de responder rápido a una contingencia. Los ciudadanos lejos de estos tecnócratas, éstos han hecho y deshecho a sus anchas sin líneas rojas. Por eso la conferencia quiere hacer más visible los retos y necesidades de la ciudadanía europea, los cuales, muchas veces, han manifestado un sentimiento de desconfianza hacia la UE. Quizá de ahí sale una mínima explicanción de el auge de muchos partidos antieuropeístas en diversos estados de la UE. Nos queda aún un largo camino por recorrer.
Diego Rubio Rodríguez de la Estrategia de País a largo plazo indicó temas cruciales en los que debemos estar enfocándonos en la UE, como la competitividad en tecnologías, decía que, no será en 2024 pero quizá hacia 2025 España junto a la UE va tener la tecnología para diseñar y fabricar los microchips, así poder no depender tanto ni de China de los Estados Unidos. Todo este tema fascinante para los que queráis saber más de hacia dónde vamos, os dejo un link de esta Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del Gobierno.
Marta Domínguez autora del libro “¿Quién hablará europeo?” nos da una visión nueva e interesante sobre realmente que es lo que queremos en un futuro, las nuevas generaciones serán las que tenga que cincelar la UE que quieren. Temas como la lengua es muy importante, una lengua común para todos los europeos sin perder sus lenguas nacionales. El debate controvertido está servido, ¿Inglés sin Inglaterra? La lengua inglesa ha sido más o menos la lengua común en los grandes momentos institucionales de la UE, en los corrillos antes y después de los Consejos o reuniones. Entonces, tenemos una pregunta que lanzar ¿Inglés sí o no como lengua común en Europa? ¿Sería obligatoria en cada país miembro? En España que tenemos ya un problema en Cataluña con que se enseña en los colegios si más catalán o menos que castellano pues, no se puede uno imaginar a nivel europeo ponerse de acuerdo con la lengua. Una experiencia a modo de anécdota que puedo contar de primera mano. Lo cierto es que en la cantina de la Comisión Europea, donde comen los funcionarios, se juntan griegos, franceses, alemanes, neerlandeses en una mesa, y si todos saben español, se acaba derivando toda la conversación al español. Ahí lo dejo”.
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