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Ópera

Teatro Real presenta una nueva producción: La Voz Humana. Silencio. La Espera. Habrá seis funciones del 17 al 28 de Marzo.

Es difícil transmitir la sensación que produce ver estas tres obras, en realidad, dos óperas monólogo, con un intermedio con textos hablados y cantados por una sorprendente Rosy de Palma, quien escribe algún texto junto con otros de Oscar Wilde, Bertolt Brecht, mejor es vivirlo. Con la colaboración además en la escritura de los textos de Silencio del director de escena Christof Loy (Arabella y La Capriccio). La Voz Humana escrita por Jean Cocteau y música de Francis Poulenc e interpretada por la gran Ermonela Jaho. La Espera, con libreto de Marie Pappenheim y música de Arnold Schönberg e interpretada por Malin Byström. Todo ello a la dirección musical de Jérémie Rhorer, quien volverá a dirigir la Orquesta titular del Teatro Real después de casi 20 años cuando hizo su debut en el Real en 2005 con La Flauta mágica propuesta por La Fura dels Baus.

La voz humana fue escrita por Jean Cocteau en 1930, ha sido interpretada por varias actrices en teatro y en cine, ahora tenemos en la retina la versión de Almodovar con Tilda Swinton. En el año 1958 el compositor Francis Poulenc llevo el monólogo a ópera produciendo así un efecto total con la belleza e intensidad musical las palabras desgarradoras del texto de Cocteau. En la obra teatral la indicación del autor para con la actriz o actor que la interprete, es precisa y aventura ya unos 45 minutos de angustia y pena, dolor y esperanza, para el espectador, dice así: «La actriz poco a poco en la conversación tiene que dar la sensación que se está desangrando al conocer el abandono de su amante». Es un monólogo muy interesante porque deja que el público oiga la voz en su cabeza del amante al otro lado del hilo telefónico. Podemos escuchar la replicas del hombre, lo que le está diciendo, cuando oímos a la mujer deshacerse en cada palabra. Es un texto tan inspirador como tremendo que hace pensar en la fuerza del amor para bien o para mal. Cuando alguien sabe que va a perder el amor de su vida para siempre …. ¿Qué le queda? Nada. Al menos eso cree ella, por lo que se ve desesperada y la ayuda de su amiga Martha (Rosy de Palma) no puede darle un ápice de esperanza y ganas de vivir. Ella siente que lo ha perdido todo. La música acompaña durante toda la conversación telefónica paralelamente a ese desangramiento del que hablaba Cocteau. Ermonela Jaho con su voz nos hace temblar de emoción, sentimos una tremenda congoja a cada paso de su tormento, con cada nota musical. Sencillamente maravilloso.

Silencio nos da un pequeño respiro. Rosy de Palma sola de blanco en fondo negro, donde la escenografía es ella misma, en un vestido infinito que ocupa todo el escenario. También ella lo llena con su presencia, ese tempo de las grandes que nos obliga a estar atentos a todo lo que diga y ocurra. Un intermedio donde nos recita poemas de ella misma, palabras de amor y desamor de Oscar Wilde, Bertolt Brecht y el propio Loy. Qué necesario es amar y ser amado, cuánto se sufre en ocasiones pero aún así no renegamos del amor jamás. Nos dejan, dejamos, volvemos a intentarlo una y otra vez, no importando cuánto hayamos sufrido, también la nostalgia de cuando fuimos amados y felices, nos lleva a intentar morder la manzana tantas veces como sean necesarias. Pues; ¿Cómo sería un mundo, nuestro mundo, sin amor? Esta es la reflexión que ayuda a entender la desesperación del abandonado o abandonada por el gran amor, el Amor con mayúsculas. Si no has sentido nunca esto, no puedes entenderlo. Ese amor, sólo se vive a través de la experiencia, es lo mejor y es lo peor que nos puede pasar, aún así, que pena siente uno por aquel que no haya nunca sentido ese desgarro. Qué pena.

La espera (Erwartung) es otra pieza de ópera en monólogo con el amor como protagonista pero con un enfoque distinto. Las tantas caras del amor y el desamor, están aquí, en estas tres propuestas. En esta ocasión la voz de Malin Byström nos lleva a un lugar onírico que no sabemos muy bien al principio que está en su mente y que está presente, un paseo por el subconsciente freudiano, que revela la angustia consumida por los celos (otro gran monstruo del amor) que lleva a esta mujer a tener la peor de las pesadillas (¿o es real?). Su discurso es tan confuso como alocado, no sabemos muy bien qué ocurre, la vemos divagar fundida en un halo de dolor y desesperación. Se pasea por el gran apartamento buscando respuestas algo de luz a su oscuridad, su marido ¿está muerto? ¿está vivo? ¿lo ha matado ella? Todo ello va acompañado una vez más por la música que nos despierta unas emociones acorde con lo que la protagonista siente. Arnold Schönberg judío como la autora del libreto, Marie Pappenheim. Ésta última joven poeta feminista en una época difícil para defender ciertas ideas, como el aborto, transformó en literatura casos clínicos de enfermedades mentales, el libreto de La espera lo acabó apena en tres semanas. Schönberg lo convirtió en música comprendiendo muy bien la psicología detrás de la palabra. La fluidez musical, atonal, libre de corsés formales, fluye con el texto y la puesta en escena, los movimientos de esta mujer que espera y se atormenta por el amor ausente. Aunque esta vez hay un elemento sorpresa, ese subconsciente del que hablamos, qué es real y qué es locura. Nos mantiene en vilo, con una excelente interpretación de la soprano Byström.

Si en La voz humana la protagonista mantiene la conexión con la realidad, pese al efecto turbador de las pastillas y a su angustia extrema, en La espera, la mujer abandonada pierde la razón en la tormentosa búsqueda del amor que la traicionó, hasta encontrar su cuerpo muerto. Su discurso confuso, entrecortado y delirante evoca ya un estado patológico, con ráfagas de locura y la emergencia de estados del consciente y del subconsciente en sintonía con las tendencias científicas, intelectuales y artísticas de la Viena de Sigmund Freud y Josef Breuer, tan cercanos a Arnold Schönberg. Ermonela Jaho y La espera, por Malin Byström, ambas grandísimas cantantes que debutarán en sus exigentes papeles.

ACTIVIDADES PARALELAS

17 de marzo a las 11.00 y a las 13.00 horas | Real Teatro de Retiro, Sala Pacífico ¡Todos al Real Teatro! Talleres musicales para toda la familia, con dirección y presentación de Fernando PalaciosProblemas de cobertura: una señora tiene dificultades para hablar por teléfono con su pareja.  Con la mezzosoprano Begoña Gómez y la pianista Belén Castillo.

24 de marzo, a las 12.00 horas |Sala principal del Teatro Real Los Domingos de cámara:concierto con solistas de la Orquesta Titular del Teatro Real Programa: J. González Granero: Cuarteto de cuerda nº 2, In times of confinement. J. Costa: Hacia la luz F. Poulenc: Sexteto para piano, flauta, oboe, clarinete, fagot y trompa E. Dohnányi: Serenata para trío de cuerda, op. 10 M. Weinberg: Trío con piano, op.24  Estreno mundial.

27 de marzo, a las 19.30 horas | Círculo de Bellas Artes  Cine – El amor  El Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes proyectará El amor (L’amore), la gran película que Roberto Rossellini rodó con Ana Magnani en 1948, basada en su primera mitad en el mismo monólogo de Cocteau en el que está basada la ópera de Poulenc, y que para su segunda mitad contó con la colaboración de Federico Fellini en el guión y en la interpretación. Entradas en la taquilla del cine y en este enlace.

¿Qué es el amor? ¡Vaya pregunta! Los hay de todo tipo. La mayoría lo pudiera entender como esa montaña rusa con subidas y bajadas radicales, la pasión. Mientras esperamos fila, el estómago nos da vueltas, y tenemos miedo, ¿nos subimos a la montaña rusa o no? Pensamos deliberamos, al final nos subimos porque si no; ¿Por qué estamos vivos? Y cuando subimos nos estremece la primera subida en pendiente supina tan tan empinada que ya nos pone a pensar como será la bajada. El amor en el siglo XXI, ¿es igual? Nos parece que no. Habrá todavía locos que se dan enteros a esta montaña rusa. Pero, a veces, es difícil en los tiempos que corren que la gente muera de amor. El amor propio, es amor, pero tiene encerrona. Amarse a sí mismo, requiere de una negación del prójimo y del significado del amor que es darse y dar sin esperar nada a cambio. Estas tres propuesta nos dan mucho que pensar. Quizá los más jóvenes que la vean, dudan si una mujer hoy podría sentir que la vida no tiene sentido sin el amado. Con todas las fugas y salidas de escape que existen. Fuera como fuere, vayan a ver esta función que os conmoverá y acelerará el corazón. Tres mujeres, tres amores, tres huidas, tres montañas rusas.

Las funciones están patrocinadas por Telefónica, mecenas tecnológico del Teatro Real, impulsa su desarrollo digital y la mejor conectividad para optimizar la experiencia de los aficionados a la ópera en todos los canales digitales del teatro. Además dado que La voz humana es una conversación de teléfono nos parece muy oportuno el patrocinio de Telefónica.

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