La pasajera se estrenará en España. Entre el 1 y el 24 de marzo el Teatro Real ofrecerá ocho funciones, con la maestría de dos grandes especialistas en la obra de Weinberg: Mirga Gražinytè-Tyla, directora musical que lleva años interpretando y grabando sus partituras, y David Pountney, que estudió hondamente la vida y obra del compositor para dirigir la primera producción escénica de la ópera. La pasajera (1968), silenciada durante décadas por la presión de la censura soviética, tuvo su discreto estreno póstumo en Moscú, en 2006, en versión de concierto semi escenificada. En 2010 el Festival de Bregenz presentó, finalmente, una gran coproducción de la ópera, que llega ahora al Teatro Real.
En la actualidad desgraciadamente las guerras con el sufrimiento que conlleva siguen sucediendo, no está de más recordar los desastres en todos los sentidos de las guerras y los conflictos violentos, las secuelas que se quedan con aquellos que la han vivido, sin embargo, siguen y se suceden con diferentes actores, muchas veces las mismas causas, territorio, poder, religión, etnias, recursos…. Las millones de vidas truncadas de uno y otro lado, no aprendemos. En esta historia, la víctima y la “verduga”, ambas sufren las heridas de la guerra cada una desde diversos puntos. Una (Martha) desde el dolor de perderlo todo sin ningún sentido, sin razón, afrontar la soledad y el vacío de perderlo absolutamente todo. La otra (Liza), la angustia y la culpa la persiguen, como fantasmas en su mente que presionan entre la creencia de haber hecho lo que debía en tiempos de guerra, el convencimiento del deber político que se topa de frente con la realidad del horror de lo acometido. La historia de la pasajera desde la novela de Zofia Posmysz, las protagonistas se encuentran a través de en un viaje transatlántico en barco en el que Liza la “ex SS nazi” cree haber visto a Martha la judía a quien sometió durante los campos de Auschwitz, devolviéndole la angustia del pasado horrible. Liza esconde a su marido un diplomático, durante años su pasado, cuyo status no le permite tener una esposa ex nazi por un conflicto de intereses entre su trabajo y el amor que la procesa, surgirá una tensión durante el viaje. El pasado la persigue y la tortura en esa isla de hierro flotando en medio del atlántico, no puede escapar. La psicología humana con todas sus grietas emana en el personaje de Liza, quien trata de justificar lo que hizo durante la guerra, en un contexto totalmente distinto. Con la ópera se experimentan a través de la música sensaciones que no se puede experimentar con el libro. La importancia del tiempo como el compositor Weinberg se recrea en tomarse el tiempo para obtener esa angustia y vacío que no está exento de belleza, aunque sea un momento terrible en los barracones, la música conmovedora que nos agita y nos conmueve.
La ópera, cantada en 7 idiomas (incluyendo el castellano, por el coro, está estructurada con constantes flashbacks de inspiración cinematográfica). Weinberg tocó y compuso mucho para películas, que articulan el viaje marítimo en la cubierta del barco, con otro, oscuro y siniestro, a los angustiosos traumas de la vida en el campo de exterminio. Pese a la dureza inexpresable del tema de la ópera, su música, en muchos fragmentos dura, rabiosa y expresionista, articula momentos sinfónicos altisonantes con otros camerísticos e intimistas, en una sucesión de temas de grandísima eficacia dramatúrgica, enlazados con fluidez y maestría: pasajes atonales y disonantes que evocan la barbarie, melodías folclóricas nostálgicas que acompañan a las reclusas, pasajes jazzísticos de la vida mundana del transatlántico, el vals diabólico del comandante de las SS o la Chacona de la Segunda Partita de Bach, en el descorazonador clímax de la ópera. La pasajera se estrenará en España con la maestría de dos grandes especialistas en la obra de Weinberg: Mirga Gražinytè-Tyla, directora musical lituana de enorme prestigio internacional, que lleva años interpretando y grabando sus partituras sinfónicas, y David Pountney, que estudió hondamente la vida y obra del compositor polaco para la primera puesta en escena de la ópera, en 2010 en Bregenz, y que ahora llega al Teatro Real. El equipo artístico y los intérpretes de la producción, con 16 distintas nacionalidades, darán vida a este drama descorazonador, con un reparto coral encabezado por la soprano Amanda Majeski (Martha) y la mezzosoprano Daveda Karanas (Liza), que nos llevarán a uno de los períodos más terroríficos de la historia de la humanidad y al interior de nosotros mismos, con la esperanza de que la ópera de Weinberg nos recuerde las vidas truncadas de tantos inocentes que han conservado la dignidad, la esperanza y la capacidad de amar en las condiciones más extremas. La puesta en escena tiene dos contrastes potentes, una es el barco situado arriba, blanco, lleno de esplendor y glamour, la esperanza del nuevo mundo la nueva vida hacia Brasil. La otra los infiernos de Auschwitz, la oscuridad, la enfermedad, el dolor, desesperanza.
Mieczysław Weinberg nació en Varsovia en 1919, en el seno de una familia de artistas judíos vinculados al teatro yidis. Sus padres y hermana murieron en el campo de concentración de Trawniki, de donde el joven músico se escapó, encontrando refugio en la Unión Soviética. Allí vivió de la música, prosiguió con ahínco su formación y mantuvo una incansable actividad creativa, componiendo en situaciones precarias. Marginado, perseguido, encarcelado y constantemente vigilado por las autoridades soviéticas, nuevamente por su condición de judío (reforzada por el matrimonio con la hija de un actor yidis asesinado por el régimen), su supervivencia y su carrera se deben, en gran parte, al apoyo y protección de Dmitri Shostakóvich (1906-1975), gran amigo, admirador y divulgador de su obra. La prolífica producción de Weinberg, con más de 150 obras catalogadas incluyendo 22 sinfonías, 17 cuartetos de cuerda, 4 óperas, 3 operetas, un réquiem (que incluye textos de Lorca), cantatas, ballets, sonatas, ciclos de canciones y más de 40 partituras para cine y teatro–, se puede inscribir en la fantástica cantera de compositores rusos del siglo XX, encabezada por Dmitri Shostakóvich y Serguéi Prokófiev. Toda su música, heredera del sinfonismo centroeuropeo, del neoclasicismo y de la influencia de sus maestros rusos, está impregnada de temas del folclore judío, polaco, moldavo, armenio, etc., germen de muchas de sus creaciones. La vida de este gran compositor es increíble, una vez más, la realidad supera la ficción.
La importancia histórica de esta ópera es fundamental para la humanidad, es realmente una ópera tan desgarradora como bella al mismo tiempo, la calidad musical las voces, los matices artísticos contrastan con la crudeza de los hechos narrados. La embajada de Polonia ha ofrecido un comunicado al respecto.
ACTIVIDADES PARALELAS.
13 de marzo al 17 de marzo|Fundación Juan March
Ciclo Mieczysław Weinberg: integral de los cuartetos de cuerda por el Cuarteto Danel.
A través de 5 conciertos se presenta, por primera vez en España, la monumental integral de los 17 cuartetos de cuerda de Weinberg interpretados en orden cronológico por el Cuarteto Danel.
Además, también se incluye un encuentro con Marc Danel (fundador del Cuarteto Danel) y Mirga Gražinytė-Tyla (directora musical de La Pasajera) en diálogo con Luis Gago (crítico musical y musicólogo).
- ·13/03, 18:30 Concierto cuartetos nº 1, 2, 3 y 4
- ·14/03, 18:00 Weinberg a debate
- ·15/03, 18:30 Concierto cuartetos nº 5, 6 y 7
- ·16/03, 12:00 Concierto cuartetos nº 8, 9 y 10
- 18:30 Concierto cuartetos nº 11, 12, 13 y 14
- ·17/03, 12:00 Concierto cuartetos nº 15, 16 y 17
24 de marzo, a las 12.00 horas |Sala principal del Teatro Real
Los Domingos de cámara:concierto con solistas de la Orquesta Titular del Teatro Real
Programa:
- E. Dohnányi: Serenata para trío de cuerda, op. 10
- J. Costa: Hacia la luz
- M. Weinberg: Trío con piano, op.24
- J. González Granero: Cuarteto de cuerda nº 2, In times of confinement
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