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Teatro

Shock II. La tormenta y La Guerra. Teatro Valle Inclán. Centro Dramático Nacional (CDN)

Texto; Albert Boronat, Juan Cavestany, Andrés Lima y Juan Mayorga. Dramaturgia Albert Boronat y Andrés Lima. Dirección; Andrés Lima (basado en hechos reales y textos de Olga Rodríguez y Alba Sotorra). Se puede ir a ver hasta el 13 de junio.

Es el segundo Shock, para quienes no vieron el primero. Lo pueden ver sin perder hilo. Las historias que nos cuentan tengan el hilo conductor de la llamada «doctrina del shock» que popularizó la investigadora Naomi Klein, con libro del mismo título. En la dos horas y media de duración del espectáculo, con quince minutos de descanso, ni pestañeas, no quieres perderte nada de lo que ocurre en el centro (que es donde se sitúa el escenario) giratorio, donde actores y actrices a un ritmo frenético de caracterización y exhibición interpretativa. Se meten en los personajes, conocidos por todos en la historia reciente. Personajes con nombres y apellidos que hemos oído y visto mil veces en las noticias. George W. Bush, Dick Cheney, Donald Rumsfeld, José Mª Aznar, Tony Blair y un largo etcétera. Así pues, sin olvidarse que es un show teatral que busca al final de todo, el entretenimiento, uno bien podría pensar que le está abriendo un libro de historia reciente en realidad virtual. Desde la era Reagan a los atentados del 11 de septiembre de 2001, éstos en la retina de todos nosotros todavía fresco, hasta los motivos de hacer la guerra y lucrarse de contratos y subcontratos para reconstruir lo que han destruido, pasando por los presos de guerra en cárceles que tanto se nombraron entonces y nada ahora, como Abu Ghraib y Guantánamo, el espectador se siente ruborizado o angustiado con lo que se nos cuenta. Sin embargo, todo está tan bien sincronizado, el ritmo es tan rápido, que pasas de una emoción a otra, no puedes dejar de estar atento. A ritmos musicales americanos de gran éxito que nos dan un respiro ante tanta barbarie, contrasta con de la sociedad en la que vivimos.

los dos Boris Yelsin (Antonio Durán «Morris» y Juan Vinuesa. Mujer árabe es Alba Flores

Una sensación al ver la representación bien podría ser el cúmulo de imágenes que evocan en la mente de alguien leyendo un artículo de opinión de un periódico acerca de «la doctrina del shock» y los últimos acontecimientos bélicos, que aspiran al nuevo orden mundial. La forma en la que el círculo que se mueve (es el escenario) es lo que podría representar ese reseteo de trazar un punto, girar y girar y girar para llegar al mismo punto de partida. Pues parece que el sistema neoliberal y neoconservador, las nuevas ideas económico-democráticas de la era Reagan siguen estando en vigor. Después de que la crisis reciente que colapsó las bolsas, empresas enormes inversoras y bancos en 2008, no haya sido una llamada de aviso para cambiarlo todo, sino más bien, pareciera que se hayan reforzado estos paradigmas ya implementados años atrás e incluso llegando hoy a ser un capitalismo más duro, denominado surveillance capitalism, la doctora Shoshana Zuboff ha escrito un libro sobre este tema, que desde aquí recomendamos a todos aquellos con ganas de más.

María Morales y Guillermo Toledo son Periodísta y Osama Bin Laden

Cuatro enormes pantallas con imágenes reales de lo que ocurre en el círculo giratorio nos pone en el reto de distinguir entre realidad y ficción, tantas veces entre mezcladas la una con la otra. Un viaje en el tiempo es justo lo que ocurre en el escenario, los actores caracterizados de los personajes reales, representan la escenas a veces grotescas, a veces perturbadoras, para que parezca que nosotros, el espectador, estamos viajando a ese lugar y nos haga sentir emociones que quizá ya en los telediarios, nos hayan endureciddo el corazón, y veamos esas noticias horribles reales como algo lejano e incluso ficticio. La capacidad de sentir emocionalmente que esa muerte de inocentes que, a menudo vemos en los medios, están ocurriendo de verdad cada día en muchas partes del mundo. Occidente vive sumido en una especie de escudo, protegidos de todo mal, las guerras se lidian fuera, los virus matan en otros lugares lejanos. Nada más lejos de la realidad, esa cruda realidad, en la que nos ha puesto en jake, el coronavirus desde hace ya más de una año.

El riesgo de los que nos informan. José Couso (In memoriam)

El texto teatral inspirado en la idea de «la doctrina del shock» hace su particular repaso a los conflictos y eventos acontecidos en la historia reciente, teniendo en cuenta la actual situación de pandemia mundial que lleva azotando el planeta desde el pasado año 2020 (que sepamos). La cuestión está presente en la cabeza de todos al salir del teatro; «¿estamos ante otro shock con el coronavirus?» Los muertos son reales, el sufrimiento de la gente también, los contagios del virus invisible al ojo también, así como el miedo, herramienta poderosa de control individual y colectivo. «Quien controla el miedo de la gente, se convierte en el amo de sus almas» ; El Principe de Nicola Maquiavelli.

Cuando sales del teatro te preguntas cosas, eso es un logro fantástico que hace de la cultura un lugar que invita a pensar y tener sentido crítico. Al igual que leer nos abre la mente y no basarse sólo en un lado de una idea o teoría, es muy importante saber cuántas perspectivas hay sobre éste o aquel asunto, luego pararnos a pensar, ejercicio hoy día en caída en picada, para crear así nuestra opinión. Una opinión puede ser incorrecta o correcta, pero será la nuestra después de haber transitado por el mundo de las ideas afines y opuestas y examen, como decía Socrates en aquella sentencia; «Una vida sin examen no merece ser vivida». Sin saber con seguridad, creemos que ésta pueda ser la motivación de los Shocks (I y II), despertar una sana curiosidad. Asistimos cual mosca en la pared, a la reunión de las parejas, Azna-Botella, y los Bush, como un «making off» de lo que muchas veces sospechábamos que pasaba, en un despacho o salón, se maquinaban los engranajes del mundo, haciendo uso y abuso del poder, mapeando lo que sería la ingeniería social que hará posible el enriquecimiento económico de ellos mismos y sus acólitos apegados.

Mujer de la Prensa, en la imagen George W. Bush

En el elenco además de los que estuvieron en el Shock I, vemos nuevos fichajes para la 2ª dosis del Shock. Los que repiten son; Natalia Hernández, María Morales, Paco Ochoa, Juan Vinuesa. Se unen al Shock II, Guillermo Toledo, Alba Flores y Antonio Durán «Morris». Además del excelente equipo artístico/técnico del que se rodea Andrés Lima, colaboraciones del mundo del periodísmo, organizaciones no gubernamentales, documentalistas, un gran equipo de recopilación de datos e imágenes, que aportan una riqueza visual al espectáculo importantísima para el desarrollo de la obra y lo que quiere evocar. Imágenes durísimas que todos quizá hayamos visto en el contexto informativo al que estamos acostumbrados, en esta ocasión, precedida del «warming up» o clímax emocional de la historia que se nos muestra, cobran una nueva dureza en su contexto de teatro realismo. Puesta en escena hipnótica, texto sagaz directo a nuestra capacidad intelectual y unos actores y actrices todoterreno, ingredientes de éxito asegurado a la batuta de Andrés Lima.

Obra de gran calado informativo para expertos y profanos. El que no sepa nada, saldrá con algo más de lo que llevaba antes de ver Shock II, el que ya esté informado, saldrá una panorámica extraordinaria a modo de resumen de los hechos recientes en su contexto actual. A medio camino entre teatro y periodísmo Shock I y II son sin duda obras imprescindibles de ver para todo aquel que le importe un ápice el mundo en el que vivimos. Emocionan las actuaciones de estos artistas que son todoterreno en el escenario. Conmueve la puesta en escena oscura, básica, sin embargo, potente, quitando el foco y poniéndolo para que ojo del espectador siga el hilo que conduce la historia de La tormenta y La guerra. En esta ocasión centra el shock en los acontecimientos del 11 de septiembre con sus consecuencias (la guerra contra el terror War on Terror, en inglés) y/o excusa para comenzar la guerra de Irak de 2003, llamada la guerra de papá, daddy´s war en inglés, por los medios de comunicación dada la revancha de Bush hijo con Sadam Hussein que ya inició su padre George Bush en los años 90 del siglo XX.

Aprochando la ocasión que este tema tan importante de Shock II La Tormenta y La Guerra nos brinda, recomendamos a todos que no se dejen cegar por lo que parece, sino que indaguen más. No compren las primeras proclamas maniqueas del bien y mal. Si hay algo claro al ver la obra, es que el tiempo nos dice, cómo fueron las cosas. Quizá en unos años, no muchos, pues todo hoy es más comprimido en el tiempo en la era de internet, sepamos alguna verdad sobre la situación en la que hoy estamos sumidos. Mientras tanto, emocionénse ¡vayan al teatro!

BGD ¡Nos vemos en los Teatros!! 😉

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  1. Michael

    Realmente disfruté tu artículo sobre Shock II, que suena como un trabajo extraordinario. Mientras tanto, me emocioné y me voy al teatro! ¡Gracias BGD!

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