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USA ¿El Colapso del hegemón?¿Cambio de bloques de poder?

En la actualidad, Joe Biden presidente de los Estados Unidos de América, prometía representar un cambio de política internacional con respecto a su antecesor. Aunque la realidad es diferente, al retirar las tropas de Afganistán, Biden, dio la razón a su antecesor que defendía esta idea. Joe Biden ha tenido muchas críticas de esta maniobra en su propio partido, esto sería un primer punto. El segundo aspecto es poner el foco en China como reza la Guía Interina de la Seguridad Nacional, ha vuelto a la política realista, con un equipo compuesto principalmente de liberales. La escalada del conflicto en la frontera Ucrania / Rusia desde antes de 2014 ha ido escalando progresivamente hasta la situación más indeseada, la guerra, de la que se cumple un año. Como siempre las guerras las hacen los de arriba, las consecuencias las pagan los de abajo. Multitud de información corre por los periódicos mundiales, televisiones, redes sociales etc… acerca de la guerra rusoucraniana. Unos dan unos datos, otros dan datos contrarios, así vivimos en una especie de esquizofrenia informativa donde la verdad de lo que ocurre parece que no importa.

Cuando recordamos el eslogan de Donald Trump «America First» inmediatamente nos viene a la cabeza una pregunta; «¿y cuándo ha sido de otra manera?». Por H o por B, Estados Unidos de América, siempre ha puesto antes sus intereses propios bajo el paraguas del «bien de todos». Aunque hayan promulgado políticas de salvadores de la paz y distribuidores del modelo democrático-económico y social que ellos consideran único y mejor, siempre, a menudo, han ido también a salvaguardar sus intereses, sobre todo, económicos. El lema «Amercia First» de Trump responde únicamente a que ahora ya no tienen ganas de estar en países a miles de kilómetros gastando dinero, pues dentro de sus fronteras ya hay suficientes problemas que atender. Eso, y que además económicamente ya no es rentable. El mundo está cambiando y la guerra ahora se hace «desde casa» con un ordenador en las redes sociales y demás soportes de información a través de internet.

Desde nuestros ordenadores vemos el mundo, pero; ¿vemos la realidad de ese mundo? Las elecciones a la Casa Blanca de 2016, con Trump ganador, puso de manifiesto justo este punto, desde un ordenador mueves montañas, movilizas electores (limpia o suciamente) y se lleva a un tipo como Donald Trump a presidir un país, ahí es nada! Ahora sabemos cosas que no sabíamos antes, suele pasar, nos enteramos de las «medias verdades» mucho después. Detrás de la campaña de desprestigo que sufrió Hillary Rodhan Clinton estuvieron implicados hackers (supuestamente rusos) que desprendían noticias falsas de desprestigio hacia su persona , infiltrando información personal delicada que vista fuera de contexto fue su guillotina política. De la misma manera, los mismos hackers contribuyeron de forma esencial a la victoria de Donald Trump. Esto que así dicho no entra del todo como algo horroroso, en realidad lo es. Que unos tipos con algoritmos Bots etc… tengan el poder de cambiar el rumbo del mundo….. Es un problema nuevo que tenemos que afrontar en el este siglo XXI. Los consumidores de noticias debemos ser más cautos y selectivos a la hora de comernos cualquier cosa que vemos, leemos, o escuchamos en los medios de comunicación. La nueva era requiere que obtengamos ciertas habilidades en cuestión de los que se llama Social Media, para desarrollar un sentido mucho más crítico.

Desde la Gran Depresión el mundo occidental no había experimentado un colapso de la economía como lo fue la crisis de 2007-2008 la caída en picado de grandes bancos en Estados Unidos desencadenó un efecto dominó de todo el mundo occidental. Esto podría haber sido una oportunidad de cambiar ciertos estamentos y de establecer otras normas del liberalismo económico, pero no se hizo. «De aquellos barros estos lodos». Ahora estamos en Occidente sumidos en una crisis como nunca hemos podido imaginar en pleno siglo XXI, donde creíamos superados ciertos temas, la guerra rusoucraniana nos golpea a todos en mayor o menor medida. Nada es tan simple como parece y a la vez es más simple de lo que creemos (o nos hacen creer). Ninguna guerra es entre dos bandos definidos, hoy día son más multipolares, con múltiples actores y muchos intereses en juego, más allá del territorio geográfico. Estados Unidos ha aprendido muy bien a base de golpes, Vietnam, Afganistán, Irak, Siria… Todas estas guerras sin ganar (por no decir perdidas) han supuesto un gasto astronómico y un coste humano escalofriante para EEUU. Implicarse de lleno ha sido decisión tomada desde su papel de hegemonía, sin embargo, ahora después de la era Trump con una sociedad tan polarizada, los problemas internos sociales y las revueltas de los ciudadanos en todo el país a causa del descontento del país en muchos aspectos, plantea a Estados Unidos el medir sus pasos con respecto a la política exterior. ¡Y vaya si lo está haciendo! En cuestiones internacionales Estados Unidos no actúa como en el siglo XX y se piensa mucho sus acciones exteriores e implicación en conflictos. Así ya se puso de manifiesto en la guerra de Siria en la el Presidente Obama decide no estar activo de forma directa.

La clave de todo está en el tiempo, nada prevalece, nada permanece. Es decir, mayores imperios cayeron. En el flanco occidental Estados Unidos siempre, desde el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, ha sido el que ponía las normas del juego. La economía de mercado, la energía, los minerales, los cambios en las divisas, luego ya vino la tecnología, donde también el mundo occidental tenía la sartén por el mango. Y sí, no es un error, tenía, el tiempo verbal es correcto. Sin embargo, desde la escalada del conflicto en Ucrania hacia la indeseada guerra, se han acelerado los cambios en el lado oriental, y no tan oriental, dado que países como Argentina y Brasil también quieren formar parte de los nuevos tableros de juego internacional. Se están creando organismos en diversos campos para no depender de los países occidentales que, hasta ahora, han sido los que cortaban el bacalao. Se están organizando Organizaciones donde ya están dentro países, India, China, Rusia, Irán, Brasil, Sudáfrica entre otros a la espera de ser aceptados, para una cooperación social, económica, energética, mercantil etc … Se están creando alternativas de pago internacional al parámetro, VISA, MASTERCARD, AMERICAN EXPRESS, con otro modo de pago sin que estos grandes bancos estén presentes, se están pensando en que estos países generarán un PIB que será más del 25% del mundial, en una Eurasia fortalecida. ¿Está Europa mirando al lado correcto aquí? Siempre Europa ha usado el lado Atlántico como socio, y realmente está más al Mediterráneo en lo que a problemas y soluciones se refiere. Ahora que el Reino Unido no está en la UE, quizá ya tiene excusa perfecta para poder establecer políticas más beneficiosas para todos los europeos dejando atrás complejos y gratitudes del pasado que ya se han pagado con creces.

Parece ser que actualmente la compleja supra-estructura político económica que es la Unión Europea está cegada con un sólo árbol y no ve el bosque, o quizá no lo quiere ver. Esto es muy extraño desde el punto de vista del ciudadano que sólo ve incrementar sus facturas de energía y de todo lo demás en consecuencia. Gerald Ford ya indicó en su día; «los hegemones no tienen aliados, tienen súbditos». Así pues, tanto Japón, con quien ahora EEUU quiere tratar para que reconozcan a Taiwán como estado, tanto como la UE, no son aliados sino súbditos de Estados Unidos. Japón debe haber aprendido lo que les ocurrió hace 72 años. Recordemos que el país que lanzó contra otro país la bomba atómica fueron los Estados Unidos, y no lanzaron una, sino dos. El 6 y 9 de agosto de 1945 respectivamente Hiroshima y Nagasaki. Ahora el mundo se ve envuelto en otra amenaza que podría ser aún peor. No son tiempos para ir de farol, los políticos tienen que ser responsables más que nunca, sus decisiones afectarán directamente a 8 billones de almas. Después de afrontar la pandemia mundial sin precedentes, donde los científicos se pusieron manos a la obra para salvar a la población de morir de un virus, ahora parece que nos amenaza la osadía y los intereses partidarios de algunos y que no estamos a salvo. Falta liderazgo real y diplomacia efectiva, sentarse a hablar, negociar, ceder, dar, comprender, evitar una catástrofe para todos. Lamentablemente esta situación nos recuerda mucho a lo ya ocurrido y no aprendido. ¿Está la historia condenada a repetirse una y otra vez? ¿La humanidad está en peligro tal y como la conocemos? Parafrasear a Thomas Moro quien decía; «Más vale una paz injusta que una guerra justa». Es preciso que se negocie se ceda por ambas partes. Si no se hace, se podría pensar que la guerra interesa por alguna razón que no se puede comprender.

La Editorial.

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