Noticias, cultura, vida buena, sociedad, pensamiento crítico
Libros

«A sangre fría» Truman Capote. Una novela no-ficción. El relato de una escalofriante historia.

¿Cuál es el último acto de misericordia que se puede tener con un condenado a muerte? ¿Quizá tomar su mano, quizá cocinar su plato favorito, quizá oír sus plegarias y justificaciones? El acto humano de entender lo incomprensible no es cosa fácil. La humanidad que alguien puede desplegar ante un acusado por homicidio en primer grado, al que se le sentencia a muerte por ahorcamiento, a causa de múltiples crímenes a sangre fría, esa humanidad, ¿cómo es? Es un acto inconsciente sin pensar, simplemente teniendo en cuenta a alguien que sufre (aunque no se arrepiente de sus crímenes) y ese otro ser humano reacciona de forma natural al sufrimiento y la desesperanza de otro. Pero, sin embargo, cuando uno lo piensa en frío, tan frío como los crímenes del reo, sin pestañear, el estómago se revuelve un poco pensando que podría haber sido un acto criminal cometido con algún ser querido y/o cercano. Aún así, le tendemos la mano.

En la celda donde esperaban su ahorcamiento Perry Smith y Richard Eugene (Dick) Hickock, custodiados por el Sheriff, la señora Meier esposa del Sheriff residente Mendle Meier, tuvo misericordia especialmente con uno de los reos Perry Smith. Actúo de forma humana, tuvo una oportunidad de ver una parte buena del ya «ahorcado» Perry. Un hombre que no tuvo amor en su vida y tampoco un núcleo familiar de protección y equilibrio. No es la excusa para cometer crímenes, pero no todos somos iguales ante la adversidad, la mente puede jugarnos malas pasadas en casos extremos. Perry creció en un ambiente bastante desnaturalizado y deshumanizado, algunos de sus hermanos tuvieron muy mala suerte otros no tanto y se tomaron la vida de otra manera. Perry un chico con una sensibilidad paradójicamente cruel, todo los sufrimientos en la infancia y adolescencia le surgieron en la vida adulta como un efecto bumerán, todos de golpe y difícil de controlar. Sólo las mentes más equilibradas y entrenadas, personalidades muy trabajadas y estructuradas, podrían hacer frente a tanto impacto emocional como lo que sufrió Perry Smith. Esta es la idea que en el libro «A sangre fría» uno puede llegar a tener. Leyendo sus páginas el lector es parte del juicio a estos dos convictos, a veces uno siente pena y comprende que sus vidas han sido de alguna manera parte de lo que les llevó a cometer tan atroz crimen, otras veces, uno piensa, nada absolutamente nada, puede justificar que alguien dispare o degolle a sangre fría sin más, a cuatro miembros de una misma familia (dos menores).

Lo fascinante de este libro, que aunque puede parecer una novela, es real, es el enfoque que da Capote con su magistral estilo y excelente pluma. Cuenta los hechos acaecidos de manera que la mente del lector actúa como una cinta de imágenes cinematográficas visionando la secuencia de los hechos desde diferentes puntos de vista, el privilegio tridimensional que nos ofrece la narración del genial escritor que es Truman Capote, es como la sensación de tener información omnipresente desde todos los ángulos de la historia. Se puede casi leer de un tirón, pero digo casi, por que en ocasiones la narración dura y explícita como un artículo periodístico, nos apela a parar, sólo para reflexionar y tomar aire. Es una lectura absorbente, no creo que al mismo tiempo puedas leer algo más. Requiere todos los sentidos del lector hasta sus últimas consecuencias. Standly Kauffmann en su crítica original del año 1966 fue un tanto injusto al decir que el valor de esta novela no-ficción acabaría en el olvido o sin la relevancia que tiene, si en lugar de ir firmada por Truman Capote lo fuera por Juan Pérez, John Doe en inglés, nombre que se usa para decir alguien sin ninguna relevancia o reputación precedida. Sin embargo, lo cierto es que «In Cold Blood», su título en inglés original, es un gran libro, eso visto con los ojos de hoy día, aún en plena actualidad, gracias a su narración atemporal, casi 60 años después de su publicación. Crímenes ha habido muchos, pero libros sobre crímenes así escritos con esta calidad en el relato, no tantos. Eso es lo que hoy le da un valor añadido. Kauffmann sin embargo, no le quita el valor literario, dice que es bueno, pero lleva la crítica un poco más lejos diciendo que es como una historia detectivesca haciendo elecciones narrativas obvias. No estamos de acuerdo con esta opinión respetando al Sr. Kauffmann que seguro tenía su criterio en el que basarse. Capote no aspira a crear expectativas en el lector, pues el caso es de todos bien conocido, como empieza y como acaba, por lo tanto no creemos Truman Capote haya intentado escapar a lo obvio, más bien recrearse en la idea de lo que todos conocemos pero que, sin embargo, no dejas de leerlo. Es la visión que tiene él en su investigación, las numerosas charlas con los asesinos y con los detectives, el seguimiento del caso desde todos los ángulos. Nos interesa mucho la lectura y conocimiento de lo que sucedió en Holcomb, Kansas, la madrugada del 15 de noviembre de 1959.

Hacer la lectura desde la época actual es aún más interesante, comprobar que tampoco han cambiado las cosas en las cuestiones más básicas de un acto tan horrible como el cometer un crimen y este caso encima múltiple. Otro tema realmente curioso desde hoy día, es ver la América de los años 50 y 60 del pasado siglo XX y comparándola con la de hoy, en los procesos judiciales es más o menos lo mismo. Todavía existe la pena de muerte en un total de 27 estados contemplaban este tipo de pena: Alabama, Arizona, Arkansas, California, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Dakota del Sur, Florida, Georgia, Idaho, Indiana, Kansas, Kentucky, Louisiana, Mississippi, Missouri, Montana, Nebraska, Nevada, Carolina del Norte, Ohio, Oklahoma, Oregon, Pensilvania, Tennessee, Texas, Utah y Wyoming. Datos obtenidos del año 2021 en la CNN. Truman Capote expone los hechos, bien es cierto que de forma muy novelada, pero se abstiene de dar una opinión, aunque sin embargo, muchos pensaron que su predilección por uno de los acusados Perry Smith, incluso algunas lenguas decían que Capote tenía sentimientos románticos por Perry, a lo largo del libro no se ve que esté influido por esa predilección. El Estado donde sucedió el cuádruple asesinato de la familia Clutter es Kansas, a día de hoy, este Estado sigue aplicando la pena de muerte.

La llamada «pena capital» o pena de muerte, nos plantea una cuestión fundamental, si realmente ha descendido la criminalidad a causa de esta herramienta penal, y la respuesta es no. Capote plantea de manera indirecta este tema, a través de la voz de un condenado (no de Smith o Hickock) cuando éste dice, que al salir si saliera volvería a cometer crímenes. Por otra parte, plantea el tema moral, de si aplicando la pena de muerte el mismo Estado que la aplica en su sistema judicial, no está cometiendo el mismo crimen atroz, con cierta legitimidad legal. Tirando de ese mismo hilo, nos podemos preguntar si matar a alguien bajo el resguardo de la ley es hacer justicia, o quizá, aplicar venganza. Se supone que la aplicación de la pena de muerte es una cuestión de ejemplificar y de responsabilizar a aquellos que antes mataron a personas inocentes, quitar la vida a otro ser humano es un acto de maldad total, pues se le arranca su futuro de ser y vivir, que es un derecho de todo el mundo por el mismo hecho de nacer. El sufrimiento de los familiares y amigos no desaparece con la aplicación de la pena de muerte, pero desde la política se busca apaciguar al pueblo, a la comunidad, que exige «justicia» o «venganza». ¿Y qué mayor venganza que quitarle su futuro, su vida, su derecho a la misma? Si de lo que se trata es de ejemplificar con la «pena», en sí mismo matar ya quite esa ejemplaridad dado que, el reo no va a arrepentirse ni a rehabilitarse, ni a reinsertarse. De cualquier modo, habría que mirar cada caso. El libro de Truman Capote es un manual de comportamiento humano, de sociología y psicología, de conocimiento de la América profunda, es un hecho histórico que nos puede ayudar a entender mejor las diferencias del ser humano, sus contradicciones, su maldad, su bondad, somos seres paradójicos, ambivalentes que podemos sentir pena por la víctima, pero también por el asesino en un contexto. Capote nos pone en antecedentes con la vida pasada, la infancia y adolescencia de los asesinos, no es para justificar, es para comprender cómo alguien comienza en un punto cualesquiera «A» y termina en el punto «B» perpetuando un crimen de esa magnitud. Como señala el profesor Nogueira: “Los derechos esenciales de la persona no se realizan en normas jurídicas, sino que ellos se concretan en su vigencia sociológica”. Desde la Ciencia Política, pensemos que el Estado se guarda monopolio de la violencia; Max Weber. Esta definición si bien correcta, resulta controvertida en lo moral, el Estado se guarda esta premisa siempre y cuando se aplique salvaguardando los derechos y libertades de una mayoría que a su vez también cumple con sus derechos y obligaciones para con el Estado. Se podría debatir sobre todo ello, dada que a veces el Estado aplicara una violencia no justificada para los ojos de los Derechos Humanos, que recordemos que son aquellos «instrumentos fundamentados en la dignidad humana que permiten a las personas alcanzar su plena autorrealización».

De forma magistral Truman Capote nos va llevando de la mano, como si fuera fotograma por fotograma, por los aspectos de la historia del crimen, víctimas, asesinos, jueces, abogados, comunidad, lo estatal, lo federal, otros condenados a la pena capital. Todo ello, nos hace saber los hechos de forma explícita pero sin saña, vamos formando opiniones según leemos, nos postulamos a favor o en contra de lo que estamos presenciando. Es una obra imprescindible para todos aquellos que gusten de la buena escritura, de la buena literatura aunque en este caso, sea no-ficción, está escrito de forma literaria. Desde la primera página hasta la última tenemos los sentidos a flor de piel y la atención bien alerta, esto sólo lo consiguen los grandes escritores como lo es Truman Capote. Como lo fue Truman Capote. A los que podáis y tengáis la oportunidad, mejor leerlo en su versión original inglés, para así poder apreciar es estilo inconfundible de el gran Capote. Es una lectura imprescindible.

Esta revista digital la realizamos sin intermediarios con todo nuestro esfuerzo y tesón. Donaciones son bienvenidas y nos ayuda a seguir trabajando para ofrecer información sin prejuicios ni compromisos. Por eso que donar=gustar. Nos dices que te gusta lo que lees. Tu ayuda es la que hace la diferencia. Gracias

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

x