Más allá de las falsas proyecciones sobre uno mismo, existe una verdad inextricable a tus actos y a tus decisiones en el día a día. Nunca mientas sólo. 😉
Agenda real
Te levantas apática de la cama, no has dormido bien. Vas a la cocina, abres la nevera y no ves nada (lo cual no significa que no haya nada). Preparas café y te lanzas a coger la bolsa de madalenas de la encimera sin alternativas para el desayuno. Comes cuatro, acompañándolas con tres cafés. Te vas directa al móvil mientras desayunas casi ausente del presente, miras fíjamente la pantalla del móvil hipnotizada. Ves los últimos shares de tus “amigos” y piensas….. ¡mi vida es una mierda!
Te duchas, te vistes y te vas a trabajar. Bajas en ascensor al garage, te sientas en tu coche, llegas al trabajo, metes el coche en el garaje del trabajo, subes en ascensor a tu oficina, te sientas en tu despacho……… sólo te levantas de vez en cuando para ir al baño. Sales a comer. Buff! ¡qué hambre!; dices con cierta ansiedad, aunque ya hayas devorado tres bolsas de cheetos. Sólo tienes media hora para comer y seguir trabajando. Menú: Ensalada (tu conciencia te dice que estás con sobrepeso), pero, le pones sobres de esos de salsa césar, –¡deme dos por favor!-. Nuggets de pollo, cebolla rebozada, patatas fritas, con mucho ketchup. Bebida: Coca Cola (eso sí ZERO).
Al finalizar la jornada de trabajo, no tienes nada que hacer, los cientos de Whatsapps que has enviado a tus “amigos” para tomarte algo no han sido fructíferos por que todos están (al parecer) muy ocupados. Bajas al garaje (en ascensor) subes en tu coche, llegas a casa, garaje, ascensor… abres la nevera con inercia y cojes una cerveza. Abres la bolsa de patatas fritas, te sientas en el ordenador…..
Tiempo en el ordenador: buff….. horas
En el móvil: buff más horas todavía, es de continuo, como un acto reflejo o un tic. Miras sin ver.
Has abierto la nevera: más de 30 veces.
Sentada delante de la tele: Hasta que te entra “sueño” o aburrimiento supino y te acuestas en la cama. Das dos mil vueltas.
Has cenado sentada en el sofá delante de la tele, otra vez, mirando sin ver. La tele, ha consumido tu tiempo y tu vida de manera improductiva, es más, incluso diría que dañina, todos los anuncios te han ido directamente a un rincón del cerebro muy peligroso, por que juega con tu voluntad y con el libre albedrío. Con respecto a la cena, las has pedido a domicilio. Consistía de pizza, más cerveza y helado.
Agenda virtual. Second Life (SL)
Aún así…. (mirando lo de arriba, la realidad que golpea). Proyectas otra imagen, por que en el fondo de tu ser sabes, que la vida que llevas no es la que habías soñado, más bien, lejos de eso. Tu vida se ha transformado (con tu toma de decisiones) en una trampa que parece no tener salida. Sí que la tiene. Pero todo cambio requiere esfuerzo, voluntad y tesón. Harta de gastar miles de euros en terapia, has decidido tener una segunda vida, la vida online. Siempre has oído decir a tu terapeuta, proyecta en tu cabeza lo que quieres ser y verás como poco a poco irás ineludiblemente hacia esa dirección. ¿Qué pasaría si la mentira es compartida por miles de personas? ¿Sería todavía mentira?
(Tu Avatar). Te levantas por la mañana, desperezándote sentada en tu gran cama vestida con sábanas de algodón egipcio. Has dormido fenomenal y te apetece mucho afrontar el día, ya que, tienes mil visitas y mil sitios donde te esperan. Te encanta tu trabajo. Desyunas yougurt desnatado con frutos rojos naturales, pan de espelta, un café y agua mineral. Te duchas, te vistes, te subes en el coche y te vas al club para nadar un poco en la piscina y quizá si queda tiempo, un poquito de spinning.
Llegas a la oficina a eso de las nueve. Pero no te sientas, tu trabajo es más bien movidito. Tienes que mirar las nuevas telas que han llegado de Bangladesh para la nueva colección de tu línea de ropa de hogar. Luego vas al estudio de grabación para dar las últimas ideas de lo que deseas para el shotting del spot. A las dos, tienes una comida de negocios en el restaurante de moda BIO.
¡Vaya! La reunión se alargó más de lo debido. Ha sido muy productiva, van promocionar tu colección internacionalmente, será exhibida en tiendas del mundo.
Llamas a tu secretario y le dices que anule todas tus citas por que no te dará tiempo, dado que ya tienes la fiesta en un par de horas y has de ir a casa a cambiarte, relajarte un poco. Al llegar a casa, te tumbas en el sofá un rato, luego te das otra ducha. El maquillador y el peluquero están a punto de llegar. Abres una botella de Rosé, pones mucho hielo y ofreces a los que te están poniendo tan guapa. Tienes unas conversaciones satisfactorias, te hacen la pelota.
Te vistes, entras en la talla 38. Llevas un vestido tono crudo drapeado, hasta la rodilla con los hombros al descubierto, escote en corazón, tela de gasa, seda. Resalta tu cintura de avispa. Los zapatos también en crudo stillettos, con una apertura en la parte interna del pie, lo que hace tu empeine mucho más largo y curvo. Te echas al cuello un chal de seda natural en verde oscuro, clutch en forma de papaya. Pocas joyas, las justas para no parecer vulgar. Unos pendientes de perla en forma de lágrima y el anillo de compromiso en el dedo anular de la mano derecha.
La fiesta no puede empezar sin ti, eres la homenajeada. Eres la responsable de que las ventas de ese año hayan subido un 200%, gracias a tu creatividad y buen olfato para captar las tendencias. Lo que el público quiere. Al llegar y cruzar el umbral de la doble puerta de cristal, todo el mundo te aplaude y hacen un semicírculo en torno a ti. Se acerca un joven en esmoquin, después de la ovación, y te dirije a tu mesa pasando por ese semicírculo, que ahora es un pasillo besa manos. Todos te quieren tocar y saludar, decirte enhorabuena, más jabón. Te sientes flotando en una nube.
PUMBA!
Cierras el ordenador, te quitas la gafas de realidad virtual, los auriculares, te estiras un poco. Buff! qué dolor de cuello. Tu sofá está lleno de migas de pizza, gotas de bebida, bolsas de Cheetos, patatas fritas, donuts, plástico por todas partes. Te levantas del sofá y piensas que ha sido suficiente por hoy. Cierras el PC, miras el móvil ¡no mensajes!. Te cepillas los dientes y te vas a la cama, para mañana comenzar un nuevo día en tu agenda real. Dolorosamente real pero que este sucedáneo de vida virtual que te has buscado en realidad (valga la redundancia), va a acabar contigo. Te comerá poco a poco. ¡Mírate! si ni podías levantarte de la cama de lo gorda que estás. El médico ya te dio un aviso de alarma.
Sin duda este es un pequeño cuento o historia totalmente inventada, pero inspirada en este fenómeno de doble vida (en su término en inglés Second Life), no tiene más que el objetivo de mostrar que esto es una tendencia en alza que no va a enriquecer nuestra vida (la real) más bien, nos aliena de nuestros objetivos reales, de nuestros seres queridos y de tener una vida social (real) satisfactoria. Refleja el gran problema de la sociedad actual, la insatisfacción constante, la que genera depresiones severas. Todo comienza en las redes sociales. Éstas vienen a ser algo así (¡ojo! para algunas personas vulnerables) como cuando te decían de adolescente que después del porro venían las drogas más duras, puesto que el cuerpo te pide más.
Lo cierto es que SL ha venido para quedarse y además prevé un crecimiento. Hoy alcanza a tener ya entre 300.000 / 600.000 usuarios en todo el mundo (datos de 2016), aunque con las Redes Sociales han caído sus adeptos, pues antes en el 2003 eran cada año 1.000.000 de usuarios que conectaban a SL y creaban su Avatar. La caída es temporal, seguramente. Las RS han sido en cierto modo sustitutorias para crear esa vida mejor, compartiendo fotos e imágenes de nosotros mismos distorsionadas de la realidad. Los más vulnerables son los jóvenes, quienes además son el foco de atención de estas compañías digitales. Son el futuro, los próximos clientes potenciales. En el año 2016 Goldman Sachs publicó unos datos reveladores; explican como alrededor de 2026 (diez años más) la Realidad Virtural (RV) superará al mercado de la TV.
Continuará 😉