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Ópera

Teatro Real estrena en Madrid «Nixon in China» ópera compuesta por John Adams.

Es una nueva producción del Teatro Real en coproducción con la Den Kongelige Opera de Copenhague y la Scottish Opera, que se representará en el Teatro Real entre el 17 de abril y el 2 de mayo (7 funciones). La ópera, estrenada en la Grand Opera de Houston en 1987, recrea la visita de Richard Nixon a China en 1972, acontecimiento de gran trascendencia política y repercusión mediática internacional.

En la dirección musical de la ópera se alternarán, al frente del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, la coreana Olivia Lee-Gundermann y el griego Kornilios Michailidis. Actuarán junto con los barítonos Leigh Melrose (Richard Nixon), Jacques Imbrailo (Chou En-Lai) y Borja Quiza (Henry Kissinger), las sopranos Sarah Tynan (Pat Nixon) y Audrey Luna (Chiang Ch’ing, Madame Tse-Tung), el tenor Alfred Kim (Mao Tse-Tung) y las mezzosopranos Sandra Ferrández (Nancy T`ang, Primera secretaria), Gemma Coma-Alabert (Segunda secretaria) y Ekaterina Antípova (Tercera secretaria). El éxito de Nixon en China representa un caso singular en la ópera contemporánea, ya que, infelizmente, son muy excepcionales las partituras de compositores actuales que gozan del favor del público y de la crítica y se programan asiduamente.

Esta ópera, estrenada en 1987, tuvo una génesis singular: en 1983, Peter Sellars -que en el Teatro Real ha dirigido AinadamarIolanta y PerséphoneThe Indian Queen, Tristán e Isolda y Only the Sound Remains– propuso a John Adams escribir una partitura sobre la visita de estado que realizó el presidente Richard Nixon a Pekín, en plena Guerra Fría, cuando la República Popular de China era gobernada con mano de hierro por el dictador Mao Tse-Tung y el telón de acero dividía el mundo en dos grandes bloques. La visita, programada por ambos países milimétricamente y seguida paso a paso por la prensa internacional, suponía un intento de acercamiento, más simbólico que real, de dos colosos hegemónicos enfrentados. De la propuesta de Sellars -desde entonces colaborador de Adams en todas sus óperas- nacería, años más tarde, Nixon en China, con libreto en verso de la poetisa estadounidense Alice Goodman (1958), que indaga sobre el papel real de los líderes de ambos países en el devenir del orden mundial, a través de un juego dialéctico entre la parafernalia propagandista del poder y las reflexiones íntimas de sus protagonistas. La partitura, de reconocible atmósfera estadounidense y exuberante orquestación, articula detalles sonoros hiperrealistas que evocan el universo real y mediático de la visita, con arias, dúos, concertantes, coro y ballet, deudores de la tradición operística decimonónica y de la ópera del siglo XX, de Richard Strauss al minimalismo de Philip Glass. 

Sarah Tynan (Pat Nixon), Audrey Luna (Madame Mao, Chiang Ching) y Coro Titular del Teatro Real

Nixon en China se estrenó en Houston en 1987, apenas 15 años después del célebre acontecimiento que recrea, cuando el público estadounidense podía seguir la ópera recordando todavía la conmoción generada por la retransmisión televisiva de cada paso de Richard Nixon, su esposa Pat, el secretario de estado Henry Kissinger y la pomposa coreografía de saludos, desfiles, espectáculos y reuniones. Para acercar ese momento histórico al público de hoy, 50 años después, el director de escena John Fulljames, junto con el escenógrafo y figurinista Dick Bird, utilizan abundante material documental e iconográfico como génesis y armazón conceptual de la producción. Así, un monumental archivo acoge la trama de la ópera, en la que los protagonistas actúan con trajes similares a los originales, reforzando el hiperrealismo de la propuesta con una sucesión de documentos, fotos, recortes de prensa y filmaciones reales, que van desfilando a lo largo de la ópera. ¿Cómo se transforma en Historia un evento político, ya lejos de los ecos rimbombantes de la propaganda gubernamental y del barullo mediático?

¿Qué tiene de especial y transcendente esta ópera? Lo especial es que tiene una base histórica prácticamente reciente sin precedentes, lo transcendente es que visto con los ojos de la situación política de hoy en las relaciones internacionales de USA y China, es bastante informativo. Pongamos como ejemplo unas declaraciones del Coronel Tan Kefei, portavoz del Ministerio de la Defensa Nacional, parafraseamos; «The US is the biggest threat to global peace, security and stability,» he added. No parece que las relaciones hoy entre China y USA vayan por un buen camino, el artículo en cuestión, viene a colación de la preocupación y negación de China sobre un aumento del prepuesto en Defensa por parte de los americanos. Así pues, podemos decir que muchas cosas han cambiado desde entonces. El mundo está re-configurándose de manera distinta. En fin, dicho esto. Vayamos a lo que fue la visita de Nixon a China y su posterior inspiración para John Adams.

El 21 de febrero de 1972 el avión del presidente norteamericano aterrizaba en suelo chino. Para Nixon era como una puesta en escena, todo un espectáculo en el que el mundo entero mira con atención como los grandes líderes del mundo los americanos viajan a un país comunista. De todos es bien conocida la historia de Richard Nixon (Dick) y su aversión al comunismo. En la ópera de Adams, de hecho se manifiesta esto de forma casi caricaturesca, un Henry Kissinger esperpéntico, incluso sádico, un hombre cuyo «fin justifica los medios» muy machiavellico. Nixon viaja con Pat, su esposa. Quien tiene un papel relevante pero siempre dos pasos atrás de su marido. El matrimonio Mao Zedong es totalmente distinto se basa en otros valores. La diferencias entre el mundo occidental y el mundo oriental en su visión del mundo en sus múltiple facetas. El único encuentro que tienen ambos líderes hablan sobre enemigos comunes, Vietnam, filosofía. Realmente Nixon no tiene más encuentros con Mao Zedong. El viaje de la delegación estadounidense continúa con visitas en diversas ciudades principales de China, a un hospital, etcétera. La representación de un espectáculo de teatro revolucionario, molesta a la primera dama, que lo ve como un horror, afectada y compungida, no entiende el por qué de tanta crueldad, mientras que Kissinger parece pasarlo a las mil maravillas. Esta es la propuesta de la ópera, provocadora, imaginativa, perspicaz, innovadora. Detrás de las actuaciones se van proyectando imágenes reales de los discursos, que los cantantes canta de forma operística, de los personajes reales, los eventos. La puesta en escena es muy creativa. La llegada de Nixon al aeropuerto lejos de poner un gran avión, se representa de forma dinámica e innovadora.

La música de Adams. El minimalismo de esta ópera muy de esa época, nos recuerda mucho a músicas de Phillip Glass, los chelos y los violines, las percusiones a ritmo constante, las repeticiones. Otra vez, estamos ante lo simple que es realmente complejo. Dirigir una orquesta al unísono con música tan detallista y minimalista es una labor complicada. Los dos directores musicales están al tanto de todo cuanto acontece, cuando uno dirige el otro está atento a variaciones o cambios. La magia siempre es la misma en la ópera, no hay dos actuaciones idénticas, siempre hay elementos que cambian algo, quizá sutil, quizá más destacado. John Adams dice que «la música es necesaria para el mundo, pero, no sé porqué no creo que pueda escribir una pieza de música que tenga un mensaje político, pero puedo hacerte sentirlo». Recordemos que para John Adams «Nixon in China» fue su primera ópera. Nunca había escrito una ópera. El evento de está ópera está muy presente en su memoria vital, pues recordaba perfectamente esta visita en el años 1972. La dificultad de las voces, algunas con unos agudos muy altos, representan a los personajes en esa visión algo histriónica. Todo fulmina en una gran belleza.

AGENDA ACTIVIDADES PARALELAS

16 de abril, a las 12.00 y a las 17.00 horas Teatro Real, Sala Gayarre

¡Todos a la Gayarre! Talleres musicales para toda la familia, con dirección y presentación de Fernando Palacios. Las tribulaciones de un presidente en China. Tensiones diplomáticas en una visita histórica.

18 de abril, a las 19.30 horas Teatro Real, Sala Gayarre

Coloquio en torno a la visita de Nixon a Mao Participan: Carmen Noheda, investigadora posdoctoral en el Centre for Research in Opera and Music Theatre, (Universidad de Sussex); Emilio de Miguel, Embajador en misión especial para el Indo Pacífico y director de Casa Asia en Madrid, y José M. de Areilza Carvajal, secretario general de Aspen Institute España.

Organizado por el Teatro Real, Casa de América y Casa Asia.

Acceso gratuito con inscripción.

18, 19, 20 y 25 de abril | Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

18 de abril a las 11.30 h., 19 de abril a las 18.00 h., 20 de abril a las 11.30 h. y 25 de abril a las 18.00 h El viaje: recorrido guiado por las colecciones en torno a la experiencia del viaje. 

19 de abril, a las 19.00 horas International Institute

Conferencia en inglés: Contradiction and performance in the career of Richard Nixon: perspectives on a historical giant 

25 de abril, a las 19.00 y 21.00 horas | Fundación SGAE

El minimalismo: un soplo de aire fresco en los años 80 . Selección de filmes de Pere Portabella, con banda sonora original de Carles Santos.

26 de abril, a las 20.30 horas | Fundación SGAE

Concierto: Minimalismos de palabras, metales, armónicos y actitudes. Por Llorenç Barber, músico y compositor.

27 de abril, a las 20.30 horas | Fundación SGAE

Conferencia y concierto: Poiemusia. La Nau dels Argonautes. Una nave sigue navegando. Participan: Pep Llopis (conferencia, piano y electrónica) y Toni Aparisi (danza)

27 de abril, de 10.00 a 14.30 horas | Real Conservatorio Superior de Música de Madrid

Seminario: Música y política. Reverberaciones en las esferas 

Entrada libre

27 de mayo, a las 19.30 horas | International Institute

ConciertoLiquid Soundscapes, música minimalista americana.

Obras de John Cage, Philip Glass, Steve Reich y Paul Lansky.

No cabe duda que este evento histórico real puesto en ópera es ya en sí un acontecimiento. Para aquellos que no sepan nada de este momento que inició una era, vayan al teatro real, para los que se acuerden incluso del momento, vayan a ver esta ópera que seguro van a pasárselo fenomenal. Para los oídos más exigentes y los iniciados. BGD

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