Noticias, cultura, vida buena, sociedad, pensamiento crítico
Boom!

¿Qué es la cuestión de género y/o sexo?

Hace unos meses cayó a mis manos un artículo a modo de «Diario» de una publicación en inglés. Era un «Diario» de alguien que trabaja el Instituto de Investigación Tavistock, que enfoca sus trabajos mayoritariamente en los aspectos psicológicos y psiquiátricos de la sociedad. En definitiva, lo que denominamos grosso modo «Ingeniería Social». Los estudios se aplican a la política social y a la economía. El artículo / diario en cuestión lo escribe la Doctora Wren, que trabaja en diversos casos de estudio e investigación en Fundaciones, Instituto Clínicos de Investigación. El artículo data de diciembre de 2021. Pero habla de tiempo atrás desde más o menos 2012, periodo en el cual comenzó un estudio particular sobre el desarrollo de la identidad de género (trans, non binary ….) Mi sorpresa al leerlo fue mayúscula.

La dimensión del artículo es extensa por lo que aquí sólo voy a contarlo en su significado general. Hay organizaciones que hacen experimentos para lograr entender mejor el funcionamiento de las cosas, las enfermedades, las personas, la sociedad y así, un largo etcétera. Hasta aquí todo correcto. El tema es cuando se cruzan algunos límites para obtener resultados precisos y rápidos. El (GIDS) Gender Identity Development Service, en sus siglas en inglés, con base en la Clínica Tavistock para determinar hasta que edad un joven podría decidir sobre su género (en el caso que se identificara con lo masculino o lo femenino), y de si la edad por debajo de los 16 años es o no es apropiada para que un ser humano sepa qué quiere en términos de género. El problema es que pudiera haber gente que quieran saber dónde comienza alguien joven, a qué edad, a sentirse diferente. Así este proyecto podría ver con qué tratamientos nuevos ayudar a jóvenes púberes o incluso menores de 10 años. Las fronteras legales son borrosas cuando se trata de interpretar la voluntad. Había y hay una división de opinión en el equipo de la investigación. Así, tuvieron que someterse a un tipo de juicio donde había que determinar, ¿cuándo un menor da su consentimiento para aceptar el tratamiento es consciente o no lo es de lo que implica? Incluso la Doctora Wren indica que había grupos de presión anónimos que intentaban influir en la investigación. En el juicio celebrado en 2020 Bell vs. Tavistock trataba de determinar si era lícito el consentimiento de tratar a los jóvenes con medicamentos que bloquearan la pubertad. El veredicto fue que sí es lícito siempre y cuando los padres sean conscientes de este consentimiento, la clínica está de acuerdo y el menor también. Qué lío todo esto, ¿verdad? Intento explicarme. En definitiva desde hace aproximadamente unos 15 años, aunque es un tema que lleva desde los años 90 del siglo XX. Se han estado llevando a cabo estudios en cuestiones de género en menores. Así pues si es la mejor de las opciones (a saber cómo se determina esto) no supone un riesgo y/o daño el suministrar bloqueadores de la pubertad a menores de 16 años. Esto es en general el tema. Aunque claro, hay mucha información que la Doctora Wren da en el «Diario» para ponerse a pensar un poco acerca de estos temas, si se hacen tantos esfuerzos y se destinan fondos para este tema de género es que son cruciales para la sociedad.

En la actualidad, la última década fundamentalmente, se está hablando mucho sobre la identidad de género, cosa que antes no se mencionaba, bueno o malo, lo cierto es que, las redes sociales están siendo especialmente importantes en este tema, ponen el foco en los problemas y la angustia que mucha gente está viviendo en primera persona, ya sea uno mismo, o a través de un familiar. Hablar sobre ello es bueno. Lo malo es que los propios afectados/interesados (no encuentro otra palabra aunque no es justa «afectados») a veces, no controlan sus destinos. Y aquí es donde pongo las manos en la cabeza a leer este artículo. ¿Todo este tiempo han estado influyendo en estas cuestiones, con menores que se han prestado a ello, familias, padres que han permitido estos experimentos en sus hijos e hijas)? La administración de medicamentos y otros modos de alterar en menores el proceso de la pubertad y sus cambios físicos es tremendo. La Doctora Wren habla que el proyecto estaba en principio asociado a ayudar a estos jóvenes que sentía de alguna manera su género distinto al físico de nacimiento, a través de terapias. El proyecto de investigación de esta doctora intenta establecer que las identidades de género dispares han existido siempre y que nuestra sociedad debe entender e intentar acomodar estas nuevas formas de identidades que muchas personas tienen. Lo que ya no es quizá tan ético es que se modifique de forma inductiva cambios en menores que quizá sólo están teniendo una fase que con el tiempo en la edad adulta logran resolver sin problema de forma orgánica y natural. Existe un peligro en inducir ciertos fármacos para modificar hormonas en menores que no han desarrollado aún de forma natural. Todo ello nos hizo que pensar mucho acerca de este tema, en nuestro país la polémica de la cuestión de género, la ley Trans etc… No es una casualidad es tendencia en el mundo entero.

La transexualidad ya viene de lejos, desde los babilonios hasta en la Antigua Roma, pasando por América del Norte, donde los Sioux y los Navajos existían nombres para determinar a quienes no se identificaban con su sexo de nacimiento. También en África existía la transexualidad en diferentes tribus. Entonces ya vemos que en todo el Globo terráqueo desde tiempos inmemorables existe este fenómeno. No es algo nuevo, o generado por una vida loca, como muchos quieren pensar. Aunque bien es cierto que hoy día, con toda la información circulando en redes por internet y la poca capacidad y tiempo de reflexión de lo que se lee, entre los jóvenes sí que pudiera haber algo así como; un querer ser una minoría por que es tendencia, no quiere decir que sea así totalmente, sino que, quizá haya jóvenes que admirados por éste o aquel cantante de moda que no se siente Él o Ella, quiera emularle. Es un tema muy serio, cambiar tu sexo tiene consecuencias radicales sobre tu vida y tu futuro. Hay que determinar muy bien sí es una cuestión psicológica médica real, o es alguien que simplemente no se ha parado a pensar ni tiene la madurez necesaria. En la antigüedad cuando alguien no sentía el sexo que le dio su nacimiento era algo serio que tomar en cuenta pues no había ejemplos ni modelos a seguir, era real el sentimiento. Hoy, tenemos que tener cuidado con la emulación de iconos, y los seguidores.

Preocupa bastante el rechazo a estas personas sin plantearse leer y entender qué es lo que ocurre, tomarnos en serio cuando alguien no se siente bien en su cuerpo y no lo reconoce, respetar también cuando la persona no se siente identificada con un género u otro. Hay una diferencia entre transgénero y transexual, el primero son personas que no se identifica con su género de nacimiento, mientras que alguien transexual se identifica con el sexo opuesto al de su nacimiento. Todo esto va más allá a los términos de «afeminado» o «marimacho» despectivos ambos, al menos, entendido así. Las denominaciones y los apelativos son tremendamente importantes y dañinos o por el contrario paliativos. Las palabras nos ayudan a veces a sentirnos un poco mejor, aunque el malestar esté todavía ahí. Nuestra sociedad tan «avanzada» supuestamente, no lo es tanto en lo emocional, ni en lo intelectual. Dejarse guiar para bien o para mal, por lo que dicen los demás no siempre es bueno. Quienes lean esto ahora y hayan tenido alguien muy cercano transexual o transgénero etc… lo entenderán muy bien. Estamos ahogados en nuestro prejuicios. A partir de las religiones monoteístas estamos sometidos a un punto de vista homogéneo de la vida y de las cosas y cualquier cosa diferente o que transgreda esos límites es perseguida. Sólo tenemos que pensar y leer, reflexionar por nosotros mismos, sentirnos algo más como parte de un todo, que esa «parte» es diversa y es justo lo que nos hace humanos.

La actual ley trans 3601 2/2022 del 23 de febrero en España aborda multitud de disposiciones apoyándose en leyes ya existentes tanto en la Unión Europea como la declaración de los Derechos Humanos. En principio la No discriminación de estas personas y por supuesto la protección de sus derechos. Ahora bien, tenemos que tener en cuenta la extrema vulnerabilidad de los menores y es muy importante que adultos, tutores o sus padres estén en todo el proceso. Son muy pocos los casos, que se conozcan, de arrepentimiento de un cambio de sexo físico, dado que su identidad de sexo es psicológicamente la contraria a su nacimiento biológico. Estadísticamente el 98% (según The Lancet en una encuesta realizada en los Países Bajos) de los casos de transexuales que no se han arrepentido de la decisión. Es residual en los casos que se han arrepentido una vez realizada la operación, hayan querido volver a su sexo de nacimiento. Aunque residual es importante tenerlo en cuenta, dado el sufrimiento y el dolor que esto causa, aunque fuera uno de cada un millón, sería ya mucho. Por eso es que tenemos como sociedad no juzgar a estas personas que ya tienen bastante camino arduo por recorrer. Debemos estar por encima de la circunstancia y abordarlo de la mejor forma posible sin frivolidad ni banalidad. Esto significa estar atentos y poner todos los medios psicológicos posibles para afrontarlo de la mejor forma. La sociedad a veces está muy lejos de la realidad que viven muchos individualmente y sólo cuando nos toca de cerca entendemos la causa. También estamos todos inermes ante las instituciones que experimentan en el nombre de la «mejoría» o «ayuda» cuando muchas veces la ética no está siendo precisamente el motor que les guía.

En Título VI Artículo 38, habla de la práctica del deporte y la no discriminación en este ámbito. Nos inunda un mar de dudas en este tema. Pues alguien trans que ha realizado un cambio de sexo biológicamente tendrá condiciones especiales que quizá no respete en la clasificación por sexo de la práctica deportiva los derechos de otro colectivo, por ejemplo, la mujer. Hace unos años una boxeadora trans golpeó a otra (pues competía como mujer) en un campeonato de boxeo, provocándole la muerte. El sexo femenino tiene cualidades distintas a las del masculino, así siendo la fuerza bruta una cualidad del masculino, genéticamente intrínseca a su condición de hombre. Hay deportes donde la prueba es precisamente esa fuerza ¿Es entonces lícito que una mujer-trans compita en la parte femenina sin vulnerar los límites y derechos de la mujer nacida biológicamente mujer? ¿Quizá no sería mejor crear otra categoría ad hoc para estas personas atendiendo a las diferencias en condiciones? Todavía tenemos debate para rato, eso no significa estar en contra de nada ni de nadie, simplemente no se pueden tomar decisiones para beneficiar a una minoría en detrimento de una parte importante de la población. Tenemos que debatir y quizá consentir y renunciar muchos tópicos que nos oprimen las libertades.

Kassandra Agora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

x