Maria Stuarda se estrena en el Teatro Real del 14 al 30 de diciembre, antes de viajar a los teatros coproductores, incluidos el Gran Teatre del Liceu y La Monnaie de Bruselas. Una oportunidad única para disfrutar de una de las óperas más intensas y emotivas del repertorio romántico. La nueva producción de Maria Stuarda no solo es un tributo al genio de Donizetti, sino también una reflexión sobre los mecanismos del poder, la política y la religión. En una época en la que las luchas por el control eran tan personales como universales, esta ópera nos recuerda que las grandes decisiones no están exentas de emociones y sacrificios. Gracias a la visión de David McVicar y al talento de los artistas involucrados, esta obra resuena con una vigencia que trasciende los siglos.
La producción cuenta con dos repartos de lujo encabezados por sopranos de renombre mundial: Lisette Oropesa y Yolanda Auyanet como Maria Stuarda, junto a Aigul Akhmetshina y Silvia Tro Santafé en el papel de Elisabetta. Ambas parejas de intérpretes aportan matices únicos a estos roles exigentes, destacando por su capacidad para transmitir tanto la grandeza como las vulnerabilidades de las reinas. Los tenores Ismael Jordi y Airam Hernández (Roberto, conde de Leicester), los bajos Roberto Tagliavini y Krzysztof Baczyk (Giorgio Talbot), los barítonos Andrzej Filonczyk y Simon Mechlinski (Lord Guglielmo Cecil) y Elissa Pfaender y Mercedes Gancedo (Anna Kennedy).
Bajo la dirección musical de José Miguel Pérez-Sierra, experto en el repertorio de bel canto, la Orquesta Titular del Teatro Real realza la riqueza melódica y los contrastes dramáticos de la partitura de Donizetti. La tragedia lírica Maria Stuarda de Gaetano Donizetti, una de las obras cumbre de su famosa “Trilogía Tudor”, llega al Teatro Real con una nueva producción que combina el drama histórico con la magia del bel canto. Basada libremente en la obra homónima de Friedrich von Schiller, esta ópera plasma un duelo emocional y político entre dos reinas: María Estuardo, atrapada en su destino fatal, e Isabel I, implacable en su poder. Aunque estas figuras históricas nunca se encontraron cara a cara, Donizetti y su libretista Giuseppe Bardari imaginaron un enfrentamiento ficticio que da pie a una de las escenas más intensas de la historia de la ópera.
Entre la historia y la ficción
Aunque la ópera toma grandes licencias con los hechos históricos, es precisamente esta libertad creativa la que permite explorar las emociones humanas de manera más profunda. En Maria Stuarda, Donizetti combina el melodismo característico del bel canto con una estructura dramática que pone el foco en la psicología de los personajes. La célebre confrontación entre María e Isabel, culminando en la explosiva maldición de la primera, es un ejemplo perfecto de cómo la música y el teatro se unen para crear un impacto emocional imborrable.
La música: Donizetti y su genio dramático
En Maria Stuarda, Gaetano Donizetti despliega un lenguaje musical que amplifica las tensiones emocionales de la trama y da profundidad a los personajes. Cada aria, dúo y escena de conjunto está diseñada para expresar los matices psicológicos de las protagonistas y del triángulo amoroso en el que se ven atrapadas.
1. Maria Estuardo: La música de Donizetti retrata a María como una figura noble, trágica y compleja. Su aria más emblemática, “O nube! che lieve per l’aria ti aggiri”, expresa una mezcla de resignación, anhelo por la redención divina y serenidad frente a su destino. Esta pieza muestra la habilidad del compositor para traducir en melodía el sufrimiento contenido y la fortaleza interior de María, convirtiéndola en un personaje profundamente humano.
2. Isabel I: Donizetti le otorga una paleta musical contrastante, con pasajes agresivos y altivos que reflejan su lucha entre la razón de estado y sus emociones personales. Su música a menudo está marcada por dinámicas dramáticas, lo que subraya su carácter apasionado y sus celos hacia María. La intensidad de sus recitativos y arias la convierte en una figura imponente, casi titánica, cuya autoridad nunca está exenta de vulnerabilidad.
3. Leicester: Aunque su papel es más secundario, el conde de Leicester tiene arias líricas que simbolizan su amor por María y su tensión emocional frente a Isabel. La música para este personaje actúa como un puente emocional, dando contexto a los conflictos de las reinas.
4. Coros y conjuntos: Los momentos corales, como el final del Acto II, refuerzan el carácter grandioso de la obra, mientras que los dúos entre María e Isabel son verdaderos duelos musicales, donde cada frase parece un golpe cargado de ira o desesperación.
La caracterización: un estudio psicológico en el escenario
Donizetti no solo utiliza la música para dar vida a los personajes; también se apoya en el libreto de Giuseppe Bardari para construir figuras con dimensiones humanas que resuenan en el espectador:
• María Estuardo es la encarnación de la dignidad frente a la adversidad. En su caracterización, Donizetti destaca sus virtudes como una mártir romántica. Sin embargo, también resalta su orgullo y su carácter desafiante, especialmente en su enfrentamiento con Isabel.
• Isabel I es retratada como una monarca poderosa pero vulnerable. Su imagen pública de fuerza contrasta con los celos y la inseguridad que la atormentan en privado. La música subraya estos contrastes, oscilando entre la majestad de su autoridad y las explosiones de emoción que revelan su lado más humano.
• Leicester es el personaje más ambiguo, atrapado entre la lealtad política y el amor romántico. Su caracterización permite al público empatizar con su dilema, aunque su papel en la trama sirve principalmente como catalizador del conflicto entre las reinas.
El vestuario: sublimación visual de la narrativa
El vestuario en Maria Stuarda es una pieza clave para la caracterización de los personajes y para evocar la atmósfera histórica del siglo XVI. Diseños que combinan elementos de la moda renacentista con un toque teatral moderno logran comunicar el poder, la vulnerabilidad y la complejidad de las protagonistas:
• Para Isabel I, los trajes suelen incluir los icónicos cuellos altos, corsés rígidos y colores como el negro y el rojo, que simbolizan su autoridad y la severidad de su carácter. Los detalles en joyería y bordados resaltan su estatus regio.
• Para María Estuardo, los vestidos son más suaves en tonos, como blancos o pasteles, transmitiendo su condición de víctima y su pureza moral. Los detalles en telas fluidas contrastan con la rigidez del vestuario de Isabel, acentuando su vulnerabilidad.
• El conde de Leicester y los cortesanos lucen atuendos que complementan la narrativa, equilibrando la opulencia y la funcionalidad, lo que permite que el foco permanezca en las reinas.
El vestuario no solo refuerza la ambientación histórica, sino que actúa como una extensión visual de las emociones y los conflictos internos de los personajes, complementando la narrativa musical de Donizetti.
El director musical José Miguel Pérez-Sierra ha creado un espacio artístico que destaca por su sensibilidad hacia los intérpretes, permitiéndoles explorar y personalizar los matices emocionales de sus personajes. Este enfoque generoso y colaborativo no solo facilita una conexión más profunda de los cantantes con sus roles, sino que también optimiza el equilibrio entre la interpretación vocal y los momentos orquestales, logrando una cohesión perfecta entre el drama en escena y la música de Donizetti. Esta confianza en el elenco crea interpretaciones profundamente auténticas y emotivas, haciendo que los espectadores perciban a María Estuardo, Isabel I y Leicester no solo como figuras históricas o personajes operísticos, sino como seres humanos complejos. La libertad expresiva se convierte en un puente entre la música de Donizetti y las emociones universales que siguen resonando en el público actual.
Gracias a esta dinámica, el espectáculo no se limita a seguir los cánones tradicionales de la ópera, sino que evoluciona hacia una experiencia escénica que cautiva por su frescura y vitalidad. La combinación del vestuario sublime, la poderosa música y esta atmósfera de confianza entre director y artistas resulta en una producción espectacular, que eleva el arte operístico a nuevas cotas de interpretación dramática.
Pasiones, celos y justicia en la ópera
En Maria Stuarda, Donizetti lleva esta historia a un plano profundamente humano, donde las pasiones y los celos se entrelazan con las decisiones políticas. La ópera explora los sentimientos contradictorios de Isabel I, que condena a María en un acto que parece estar tan marcado por los celos como por el deber. La tensión dramática crece al descubrir que ambas reinas están unidas por el amor al mismo hombre, el conde de Leicester, quien se debate entre su lealtad a Isabel y su devoción a María. El conflicto culmina en una escena de juicio y ejecución que deja al público cuestionándose las verdaderas motivaciones de Isabel: ¿es su sentencia una necesidad política para preservar el bien de Inglaterra o una respuesta emocional nacida del despecho? En este juego de poder y emociones, Donizetti logra mostrar que el gobierno, como la vida misma, nunca está libre de pasiones. El poder de Maria Stuarda radica en cómo presenta estas rivalidades históricas como un espejo de la condición humana, donde el amor, los celos y la ambición pueden ser tan decisivos como las alianzas políticas o las estrategias militares. En el siglo XXI, la ópera sigue siendo un recordatorio de cómo las decisiones políticas están, muchas veces, teñidas de sentimientos profundamente personales.
María Estuardo y el drama de un trono en juego.
El choque entre María Estuardo e Isabel I trasciende los anales de la historia para convertirse en un drama humano y político de proporciones épicas. Dos mujeres, dos reinas y dos religiones enfrentadas simbolizan el conflicto de una Europa convulsa en el siglo XVI, donde la lucha por el poder se entrelazaba con los dilemas morales, las pasiones y la fe. Esta rivalidad, que se tejió tanto en las cortes como en los campos de batalla y los tribunales, ha inspirado a dramaturgos y compositores como Schiller y Donizetti a retratar la intensidad emocional y política de esta contienda en obras que trascienden el tiempo. En la ópera Maria Stuarda de Gaetano Donizetti, la rivalidad entre ambas reinas toma un cariz profundamente personal, reflejando la tensión entre el deber político y las pasiones humanas. La figura del conde de Leicester, objeto de afecto tanto de Isabel como de María, se convierte en el eje del conflicto emocional. Donizetti plasma en su música la complejidad de los personajes: Isabel aparece atrapada entre la razón de estado y los celos, mientras María se presenta como una figura trágica, noble incluso en su derrota. El momento culminante de la ópera es el enfrentamiento entre ambas, una escena ficticia pero poderosa, donde los reproches y las acusaciones se convierten en un duelo de palabras cargado de emoción y simbolismo. La decisión de Isabel de condenar a María a muerte se sitúa en este delicado equilibrio entre la política y el amor. ¿Fue un acto de justicia para proteger a Inglaterra o una venganza personal motivada por el despecho? Donizetti deja la respuesta abierta, sumergiendo al espectador en un dilema moral que trasciende el tiempo.
María Estuardo e Isabel I: Historia de una rivalidad
María Estuardo, reina de Escocia desde su infancia, representaba la esperanza católica en un momento en el que Europa estaba profundamente dividida por las guerras de religión. Contraria a Isabel I, su prima protestante y soberana de Inglaterra, María tenía un doble desafío: consolidar su legitimidad dinástica y resistir a la hegemonía anglicana. Pero más allá de la política, ambas reinas protagonizaban una rivalidad que parecía salida de una tragedia shakespeariana, con intrigas, conspiraciones y decisiones fatídicas que terminarían por llevar a María al cadalso en 1587, acusada de conspirar contra Isabel. Mientras Inglaterra, bajo el mando de Isabel, se afianzaba como una potencia protestante, la Francia y España católicas buscaban la forma de recuperar el control del Reino Unido mediante el apoyo a María. Este conflicto no solo era un choque de religiones, sino también de modelos de gobierno y estilos de liderazgo, con Isabel representando el pragmatismo y María el idealismo romántico.
La Europa del siglo XVI era un tablero de intrigas donde la religión, el poder y las pasiones moldeaban el destino de las naciones, era una época que evoca miles de novelas e historias alrededor de los hechos históricos. María Estuardo, reina escocesa pretendiente legítima al trono inglés según los católicos, representaba una amenaza existencial para Isabel I, cuyo gobierno se consolidaba en medio de tensiones religiosas y políticas. María, hija del rey Jacobo V de Escocia y de María de Guisa, fue educada en la refinada corte francesa y casada con Francisco II de Francia, lo que la colocó en una posición estratégica para reforzar la alianza entre Escocia y Francia contra Inglaterra. Sin embargo, su viudez temprana y su regreso a Escocia marcaron el inicio de un reinado plagado de desafíos. Su fe católica chocaba con la mayoría protestante escocesa, y sus decisiones personales, como su matrimonio con Lord Darnley, terminaron por minar su autoridad. En contraste, Isabel I, hija de Enrique VIII y Ana Bolena, para muchos ilegítima y bastarda, tuvo que hacer frente a amenazas constantes contra su vida y su trono, sin embargo, había logrado mantener a Inglaterra unida bajo el protestantismo, pero su legitimidad siempre fue cuestionada por los católicos, que veían a María como la verdadera heredera del trono. Este conflicto dinástico se intensificó con la firma del Tratado de Edimburgo (1560) y los posteriores levantamientos católicos en Inglaterra que buscaban colocar a María en el trono. A pesar del trágico final de la historia real, el periodo isabelino bajo el reinado de Isabel I, fue conocido como “La Edad de Oro”, durando desde 1558 hasta 1603. Fue un época relativamente pacífica y próspera.
ACTIVIDADES PARALELAS
1. Charla en movimiento: “Las intrigas de la corte española” Fechas y horario: 14, 15 y 21 de diciembre, a las 10:30 horas Lugar: Museo de Historia de Madrid
Descripción:
• Recorrido histórico entre las salas del museo, explorando las intrigas palaciegas en España, desde los Austrias hasta los Borbones.
• Comparativa con los conflictos de la corte inglesa protagonizados por Isabel I y María Estuardo.
• Actividad gratuita. Reserva previa
2. Taller musical en familia: “¡Todos al Real Teatro!” Fecha y horario: 15 de diciembre, sesiones a las 11:00 y 13:00 horas Lugar: Real Teatro de Retiro, Sala Pacífico
Descripción:
• Taller titulado “Malos tiempos para una reina”, inspirado en Maria Stuarda de Gaetano Donizetti.
• Exploración del universo sonoro y las intrigas palaciegas de la obra, adaptada para familias.
Participantes: Dragana Paunovic (soprano) Samuel Martín (piano)
3. Conferencia: “María Estuardo: ni trono, ni cabeza, ni teatro donde cantarla” Fecha y horario: 17 de diciembre, a las 18:30 horas Lugar: Biblioteca Regional de Madrid
Descripción:
• A cargo del periodista e investigador Joaquín Turina.
• Recorrido por la accidentada historia de Maria Stuarda, desde la censura hasta su recuperación en el siglo XX.
Detalles adicionales: Entrada libre hasta completar aforo. Retransmisión en directo
4. Curso presencial: “Comprender a Donizetti: Maria Stuarda” Fechas: 12 de noviembre al 3 de diciembre Lugar: Teatro Real
Descripción:
• Análisis de los modelos operísticos de Donizetti y su enfoque en personajes femeninos complejos.
• Exploración de los ritmos de composición y la colaboración con libretistas.
5. Curso presencial: “La ópera al descubierto: Maria Stuarda” Fechas: 19 de noviembre al 11 de diciembre Lugar: Teatro Real
Descripción:
• Descubre el proceso detrás de la creación de una nueva producción operística.
• Interacción con el equipo técnico del Teatro Real para conocer los secretos de la ópera.
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