El Teatro Real presenta, del 13 al 22 de febrero, un programa doble que une dos óperas españolas separadas por más de un siglo, pero unidas por un mismo hilo conductor: la opresión de la mujer en sociedades que perpetúan la desigualdad y la violencia estructural. La vida breve, de Manuel de Falla, y Tejas verdes, de Jesús Torres, construyen un relato sobre la injusticia y el sufrimiento de quienes son condenadas al silencio, ya sea por el clasismo o por la represión política. En un contexto actual en el que la violencia de género y la vulneración de derechos siguen siendo una realidad global, esta propuesta adquiere una inquietante resonancia.
La dirección musical de ambas óperas corre a cargo de Jordi Francés, director con una destacada trayectoria en el repertorio contemporáneo y en estrenos de ópera española. Su trabajo en La vida breve de Manuel de Falla resaltará el lirismo y la fuerza dramática de la partitura, mientras que en Tejas verdes, de Jesús Torres, se enfrenta al reto de equilibrar la intensidad de una música que transita entre la tradición y la experimentación, con una orquestación que incorpora sonoridades metálicas, percusión ampliada y efectos dramatúrgicos envolventes. Bajo su batuta, el Coro y la Orquesta Titulares del Teatro Real, con la preparación del maestro José Luis Basso, darán vida a estas dos historias donde la música amplifica el dolor de sus protagonistas.
La puesta en escena de Rafael R. Villalobos, además de conectar ambas óperas a través de un espacio escénico unificado, encuentra en la danza un vehículo expresivo fundamental. La coreografía de Estévez / Paños y Compañía introduce un lenguaje corporal que acentúa el carácter trágico de cada historia, con un elenco de bailarines —José Alarcón, Adrián Gómez, Sara Jiménez, Pol Martínez, Jorge Morera y Yoel Vargas— que aportan una dimensión simbólica a la opresión y al destino inexorable de las protagonistas. La fusión de canto, movimiento y dramaturgia refuerza el carácter atemporal de estas narraciones, convirtiéndolas en un espejo inquietante de las violencias estructurales que aún persisten en la sociedad.
Una tragedia social y de género a través de dos épocas
Rafael R. Villalobos, en la puesta en escena evita el costumbrismo y establece un paralelismo entre ambas historias, más allá de sus diferencias temporales y estilísticas. En La vida breve, estrenada en 1913, Salud es víctima del desprecio de una sociedad que no le permite aspirar a un amor fuera de su clase social. En Tejas verdes, inspirada en el testimonio de las mujeres detenidas en Chile tras el golpe de Estado de 1973, Colorina es perseguida y torturada por su relación con un insurgente revolucionario. Ambas protagonistas, atrapadas en estructuras que las condenan, reflejan un conflicto universal y vigente: el control sobre el cuerpo y la vida de las mujeres en sistemas que las consideran prescindibles.
Tras la intensidad emocional de La vida breve, Tejas verdes de Jesús Torres nos traslada a otro tipo de encierro: el de las prisiones políticas de la dictadura de Pinochet. Basada en los testimonios recogidos por Fermín Cabal, la ópera se presenta como un mosaico de voces femeninas que construyen una memoria fragmentada del horror. Natalia Labourdette (Colorina) y Alicia Amo (Delatora) lideran un elenco donde la opresión se manifiesta en la música, con una orquestación que incorpora percusión metálica y voces pregrabadas para reforzar la atmósfera asfixiante del campo de detención.
Música y dramaturgia: un diálogo entre el pasado y el presente
Musicalmente, la propuesta une dos lenguajes contrastantes. La vida breve despliega el lirismo y la fuerza expresiva de Falla, con ecos de la música popular andaluza que, en esta puesta en escena, se alejan de una visión pintoresca para profundizar en el drama de la protagonista. En Tejas verdes, Jesús Torres recurre a una orquesta de gran riqueza tímbrica, donde la percusión y los efectos sonoros refuerzan la angustia de la protagonista y la presencia opresiva del poder.
El trabajo escénico de Villalobos acentúa las conexiones entre ambas óperas, con un espacio escénico único diseñado por Emanuele Sinisi e inspirado en las obras de Soledad Sevilla (Insomnios y Leche y sangre). En esta concepción, los personajes transitan entre un acto y otro, sugiriendo que la historia de Salud y Colorina no son casos aislados, sino repeticiones de un mismo patrón de violencia que atraviesa generaciones.

Un estreno que interpela al presente
Más allá de la tragedia personal, Tejas verdes no es solo un ejercicio de memoria histórica, sino un recordatorio de la persistencia de la impunidad. En un mundo donde la violencia política sigue silenciando a mujeres que desafían el poder, la obra de Jesús Torres resuena con una fuerza incómoda y necesaria. Su música, libre de etiquetas y con una fuerte carga expresiva, transforma el dolor en un grito colectivo que recuerda a las desaparecidas de todas las dictaduras.
La fusión de estas dos óperas en un mismo programa no solo crea un espectáculo de gran impacto artístico, sino que también abre un espacio de reflexión sobre el papel de la mujer en la sociedad y la necesidad de no olvidar las historias de aquellas a quienes se les intentó arrebatar la voz. En un momento en el que los derechos de las mujeres siguen siendo cuestionados en distintas partes del mundo, La vida breve y Tejas verdes dialogan con nuestra realidad con una vigencia que estremece.
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