S.O.S La Tierra

España y el Cambio Climático. El futuro que nos espera. Temperaturas y Recursos Hídricos.

Desde las Instituciones Públicas, así como en organismos de investigación privada, los expertos llevan años estudiando las tendencias de los efectos del cambio climático, con la consecuencia fatal para nuestra salud a medio plazo, que, lamentablemente cada vez es más corto plazo. Lo estamos viendo ya. El cambio climático está afectando a múltiples factores directos con las vidas de los ciudadanos. Así, los cortes de agua en algunas zonas de España o la reducción forzada de la misma. Pero los efectos son / serán transversales. Influirán en nuestros bolsillos (también ya lo estamos viviendo con la subida de precios en la cesta de la compra). El nivel de vida de las clases media y populares irá siendo cada vez más precario.

La documentación publicada sobre los impactos y riesgos climáticos en un total de diez ámbitos de trabajo o sectores y sistemas naturales, son considerados prioritarios tanto en el PNACC-1 (Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático) como en el PNACC-2. Implican a los recursos hídricos, ecosistemas terrestres, agricultura y ganadería, medio marino, costas, áreas urbanas, salud, energía, transporte y turismo. La interrelación de los riesgos entre estos diferentes ámbitos, está planteado de manera que pueda servir para informar a las personas y organizaciones interesadas en conocer los riesgos derivados del cambio climático en España. Esta información puede servir además para orientar el trabajo de las futuras publicaciones de informes sobre la evolución de los impactos y riesgos derivados del cambio climático, contemplados en el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que se elaborarían con una periodicidad al menos quinquenal (mírese la web del Ministerio). Así como la relacionada con las políticas y medidas destinadas a aumentar la resiliencia y disminuir la vulnerabilidad frente al cambio climático en España, será clave para cumplir con los objetivos de información asumidos en la normativa internacional y europea. No obstante, el panorama pinta mal, a la hora de poner de acuerdo a las diversas partes para remar en común hacia el mismo objetivo.

El futuro, no es alentador, más bien es catastrófico. Sentimos ser tan francos pero, siendo minimalistas en estos casos no es muy inteligente. Oímos en las noticias las catástrofes continuadas en nuestro país, nuestro continente, nuestro planeta y aún así, los políticos no toman medidas drásticas e impopulares. Decimos impopulares cuando la realidad es que sería bastante popular tomar medidas drásticas porque al final, estaría defendiendo nuestra vida. Pero, son impopulares porque parece que aún como sociedad no estamos del todo viéndole las orejas al lobo, no importa, se las vamos a ver ya, este verano. Todos los escenarios apuntan a un aumento de la temperatura progresivo a lo largo del siglo XXI. Para España se prevé que el periodo de 2081-2100 la temperatura aumentará 4,2ºC 6,4ºC, variaciones a escala anual. Los cambios esperados en verano (en general) se estiman en un promedio superior a los 5ºC que al resto de las estaciones del año. Por lo tanto, si no lo veis todavía preocupante el futuro que nos espera, creemos que serán difíciles los cambios que la sociedad va estar dispuesta a implementar. Así pues, el tema es bastante complicado. Cualquier paso en falso podría ser peligroso, no tenemos ninguna razón aquí para ser optimistas visto lo visto diariamente tanto en las esferas de poder como en los hábitos de la gente.

A finales de siglo XXI, se observa que los aumentos de la temperatura máxima pueden ser mayores en el interior y menores en el norte y noroeste peninsular. En consonancia, se tendrían incrementos mayores en las grandes cuencas y menores en las zonas de Galicia costa y del Cantábrico occidental. Tanto en la España peninsular como en Baleares y Canarias se observa un aumento en la evolución del número de días cálidos a lo largo del siglo XXI para los tres escenarios analizados. Para finales del siglo, en la España peninsular se espera que la proporción de días cálidos se incremente casi un 50% (entre el 34% y el 58%) de más emisión, mientras que para el escenario de estabilización, este aumento se espera que sea en torno al 24% (entre el 14% y el 31%). Aunque ya se verá, conforme se siga observándose un aumento de la incertidumbre de las estimaciones a lo largo del siglo. El incremento del número de días cálidos se manifiesta en todas las comunidades, aunque el ritmo de crecimiento difiere entre ellas. Las olas de calor cada vez serán más largas, siendo a finales de siglo si sigue esta tendencias de entre 15 a 50 días paulatinamente de duración, siendo Murcia, Baleares y Canarias las más afectadas y las Comunidades menos afectadas pero no significa que no les afecte, sino menos serían La Rioja, Galicia y la cornisa cantábrica.

Recursos Hídricos.

Los impactos del cambio climático sobre los recursos hídricos no solo dependen de los cambios en la magnitud de la precipitación al ciclo hidrológico, sino que también vienen condicionados por el reparto temporal de la precipitación y los cambios en la temperatura, así como por el uso y cobertura del suelo. El cambio climático, debido al aumento de la temperatura y la disminución de la precipitación que se anticipa en España provocará con una elevada probabilidad una menor disponibilidad de recursos hídricos, lo cual podría coincidir con una respuesta hacia una mayor demanda del uso consuntivo dominante del agua de regadío debido a una mayor evapotranspiración; Pero, ¿qué es el el uso consuntivo? Es aquel en el que el agua, una vez usada, no se devuelve al medio donde se ha captado, ni de la misma manera que se ha extraído. Los recursos hídricos en España proceden en su mayoría de las precipitaciones que alimentan las aguas superficiales, acuíferos o la nieve en nuestras cordilleras. Asimismo, en España de forma natural ocurren fenómenos hidrológicos extremos, entre los que se destacan las inundaciones o las sequías. Existe un alto consenso de que el cambio climático aumentará la presión existente sobre los recursos hídricos, tanto por la parte de la disponibilidad como por la parte de la demanda, en general con una tendencia a una menor disponibilidad y, por tanto, mayor escasez de agua, así como más eventos extremos y un posible cambio en la temporalidad. Los riesgos e impactos del cambio climático en los recursos hídricos, considerando la precipitación, evapotranspiración, la humedad del suelo, la escorrentía y el flujo, la criósfera (nieve, glaciares y permafrost), las aguas subterráneas y sistemas acuíferos, la calidad del agua, la erosión del suelo y la carga de sedimentos y, finalmente, los eventos climáticos extremos, los riesgos relacionados con el agua (inundaciones, sequías, olas de calor y temperaturas extremas) y los impactos en los ecosistemas de aguas continentales.

Estudios realizados en acuíferos kársticos. (Son acuíferos asociados, sobre todo a formaciones carbonatadas afectadas por fisuración y disolución “karstificación“). En otros puntos del Mediterráneo indican una reducción en caudales y periodos más largos de escasez con aumentos de temperatura de más de, 1,5 °C a 2,5 °C, y la consiguiente reducción de la capa de nieve en casi un 100% hacia finales de siglo. Esto podría tener un impacto en fuentes y manantiales dependientes (un 73%) e incrementar la escasez temporal (de 12%-17% a 50%); además, la disminución de la acumulación de nieve en estas zonas y un desagüe de las precipitaciones estacionales pueden conllevar descargas máximas de primavera. El incremento de las temperaturas, la posible disminución de la precipitación anual, el cambio en la estacionalidad o la intensidad de las precipitaciones, así como el aumento del nivel del mar implican posibles alteraciones en los procesos del ciclo hidrológico en su fase subterránea y en los ecosistemas asociados a las aguas subterráneas. Afecta también a la calidad del agua. La cual, está fuertemente determinada por variables climáticas como la temperatura, las precipitaciones anuales y los fenómenos extremos como las inundaciones y las sequías. Sin embargo, al mismo tiempo, y de forma igualmente importante, la calidad del agua está fuertemente marcada por la actividad humana, muy especialmente la regulación de los caudales, el uso de la tierra y la urbanización. La interacción de estos factores de estrés, así como la secuencia en la que se producen, se vuelve crítica. Además, las respuestas de los sistemas químicos y biológicos se caracterizan por ser no lineales. Por lo tanto la calidad del agua en España habrá que tenerlo en cuenta a la hora de abordar el cambio climático, dado que afectará mucho a la salud y el consumo. A quien quiera saber sobre este asunto puede escribir a nuestro correo electrónico y os daremos más datos. De lo que hemos podido recabar en mucho informes que consultamos, así como diferente expertos en este ámbito. Se especifica además temas de componentes químicos del agua y sus cambios a causa de los fenómenos arriba explicados.

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