Relaciones

Las tecnologías han cambiado nuestra forma de relacionarnos.

¿Para mejor o peor? ¿nos sentimos menos sólos?

Con la llegada de los smartphones y el estar “conectados”; ¿estamos más des-conectados que nunca?

La forma de relacionarse y el entorno social en los 80-90 del siglo XX y en la actualidad. La contradicción entre individualismo y no saber estar sólos.

En esta sociedad actual estar sólo es cada vez más habitual y paradójicamente cada vez sabemos menos estar solos. Además si eres una mujer de cierta edad, no te has casado, no se te conocen parejas fijas, tampoco tienes intención de tenerla y disfrutas de ir al teatro, cine, vacaciones etc, sola hay un estigma social que aún no hemos terminado de afinar, pues cada vez son más las mujeres solteras por derecho y elección. Además hay otro factor que diferencia el estigma de la soledad, donde vives.

En España los tiempos están cambiando pero muy lentamente desde el 2000. En lo sustancial, en los niveles de conciencia social estamos aún un poco rezagados, en verdad pareciera que vamos como decía Umberto Eco “a pasos de cangrejo”. Es sobrecogedor ver a un adolescente con su móvil haciéndose fotos compulsivamente y subiéndolas a las redes sociales. “Demasiada cáscara, para tan poco huevo.” Desde luego en ámbito cultural de ocio las tecnologías están cambiando la forma de “consumir” cultura. La pregunta es; ¿para mejor o peor?

La evolución de los años 80 y 90 donde había más movimiento cultural, la gente joven salía, experimentaba, sin internet se buscaba en las bibliotecas, se iba a conciertos y se descubría por la experiencia.  Sin embargo, hoy ese movimiento cultural pareciera estar un poco dormido, más uniformado, guiado por lo popular en las redes sociales, y desde luego, no se experimenta, me refiero a vivirlo “En Vivo”. Los jóvenes experimentan la cultura a través de una pantalla en su mayoría. Por lo que no es un acto proactivo sino pasivo.

Hace veinte años no era nada habitual ir sola a tomar algo, al cine o donde sea, hoy es más habitual, aún así si hay alguien que sale solo y lo hace un sábado por la noche nos sorprende más. Sin embargo, hoy día, la persona que va sola al cine, no es tanto así, pues va acompañada de su smartphone, esto ya lo empezamos a ver más normal, ¡va en compañía de su móvil, está yendo al cine con posiblemente, cientos de personas de su lista de contactos!. Lo mira, chatea, habla, rastrea sus redes sociales, ¡vamos! Qué está en compañía virtual constante. Hemos pasado rápidamente a una sociedad de compañía virtual continuada 24/7.

Hace veinte años en Inglaterra me iba sóla al cine o al teatro, incluso al Pub apenas siendo una adolescente, en el camino descubría un pequeño café teatro, una nueva librería donde charlaba con la dependienta y me recomendaba un libro excelente. La gente no me miraba raro, me dejaban en paz conmigo misma o con mi libro. Londres en los años 80 principios de los 90 (que es cuando yo viví ahí) las chicas de mi edad salían solas, se quedaban solas en casa, tomaban buses a sus colegios o institutos, solas. ¡Leían a Kafka! chicas con 15 años apenas recién cumplidos. Tenían conceptos claros de cosas profundas, eso sí, un punto de vista acorde con su edad, pero leían ya libros considerados de adultos.

Volvía a España con mi ropa de mercadillos londinenses (recuerdo era por el año 1989) y mis amigas se reían de mi, pensaban que yo era ridícula.  Pese a que yo estaba por lo general, bastante segura que mi ropa era chulísima, me sentía un tanto extranjera, por lo que intentaba vestir como ellas, la mezcla era aún peor. Tan sólo algunas con un poco más de “gusto” y al menos con afán de cosas nuevas y aprender, me preguntaban sobre Londres, querían que les trajera ropa de allí en mi próxima ida y venida.

Desconozco en otros entornos, pero en esos años en el mío, nadie o casi nadie, estudiaba en Londres, esto ahora ha cambiado ¡por suerte! La gente joven actual tiene una visión del mundo más amplia igual un tanto distorsionada y sesgada. El tema es que el mundo cada vez está más globalizado y lo que ves en Madrid ya no es tan distinto de lo que ves en Londres o en otra ciudad, digamos, occidental pero también en otros continentes. Por supuesto, con matices, especialmente en lugares donde hay religión y cultura diferentes, siempre uno encuentra más diferencias. Aunque ésto cada vez se ve más difuminado por la uniformidad de efecto “Mall” o Centro Comercial.

¿Es el individualismo un síntoma de  sociedad progresista y moderna?

En España por la misma época, me miraba todo el mundo, mi entorno de amigos se preguntaba por qué narices me iba sóla, no lo entendían en absoluto y para más inri, tenían miedo a que me pasara algo malo. No estoy hablando de ir sóla a las dos de la madrugada por calles desiertas y flirtear con el desastre. Sólo de ir al cine o a dar una vuelta a las seis de la tarde. En la actualidad nos iguala el hecho de tener móvil (smartphone) en Londres, París, Madrid, Roma o Los Angeles.

Una amiga de L.A (Los Ángeles, California) me contaba que allí, en los 90 cuando paseaba sóla por la calle (pensada totalmente para los coches) miraban a los alrededores a ver donde estaba el perrito. Pasear el perrito era coherente hacerlo sóla, ir únicamente tú, no. Esto es totalmente cierto, me contó que una vez salió a caminar un poco después de una cena copiosa de “Acción de Gracias”, cuando al rato, un amable conductor se ofreció a ayudarla a buscar a su perro. Pues creía que lo estaba buscando por que se le había escapado, mi amiga no tenía perro. Ahora en el siglo XXI creo que no ha cambiado mucho. Añadimos el jogging o footing como elemento coherente a estar sola sin coche.  En fin, relativismos culturales.

En Francia, ir sóla es de lo más sympa ( guay, cool ) denota personalidad y consistencia de carácter. Bueno, hablamos de París. Francia es muy grande y rural también en zonas. En París ir sola a un café con tu libro o periódico está bien considerado. La gente que ve a alguien solo, piensa automáticamente que es alguien muy ocupado y que necesita un respiro. El único inconveniente que personalente he encontrado en esta ciudad, es que si eres mujer (medianamente atractiva) tendrás muchos candidatos, que sin pedirlo se acercarán a ti. En principio esto me chocó mucho, te hablan y si no contestas es un agravio, aprendes a decir, “bon jour, ça ne m`intéresse pas, merci et bonne journée!”. Si no lo haces, te dicen que eres una mal educada. ¡Encima! que tú no has pedido que te hablen, que el tipo quiere ligar y tú estás en tu derecho de estar tranquila tomándote tu café o aperitivo (muy común en Francia), encima de todo ello, tienes que disculparte por no querer. ¡Esto a mí me chocó mucho! Entendí entonces, por que las mujeres francesas caminan muy serias por la calle cuando están solas y miran al suelo. El contacto visual es otro gesto que se interpreta de formas distintas en la geografía europea.

Hasta la próxima 😉

BGD

 

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