Lou Marinoff: El filósofo que busca soluciones prácticas. Lou Marinoff es un filósofo canadiense-estadounidense reconocido por popularizar el counseling filosófico, una disciplina que aplica los principios de la filosofía para abordar dilemas y problemas de la vida cotidiana. Nacido en Canadá, Marinoff realizó sus estudios en filosofía y se convirtió en un defensor de su utilidad práctica en un mundo que, según él, ha delegado excesivamente la gestión de problemas emocionales a la psiquiatría y la medicación.
En un mundo donde el consumo de antidepresivos y ansiolíticos sigue en aumento, especialmente en países como Estados Unidos, pero también en países de Europa, el cuestionamiento sobre su uso innecesario o excesivo es cada vez más pertinente. Según datos recientes, en Estados Unidos el 63% de los tratamientos para la depresión implican inhibidores de recuperación de serotonina como el Prozac. En Europa, el uso de antidepresivos también ha crecido de manera constante donde las prescripciones aumentaron un 35% en seis años, alcanzando los 83,4 millones de recetas anuales en 2022. Esto refleja una mayor aceptación del tratamiento farmacológico para condiciones de salud mental, aunque hay un creciente interés en enfoques complementarios, como terapias no farmacológicas y holísticas. El número de prescripciones ha crecido exponencialmente, alcanzando cifras récord en países como Inglaterra.
Los psicofármacos que más se consumen son los ansiolíticos 58,67 millones.
• Las mujeres consumen más medicamentos ansiolíticos e hipnosedantes.
• En los medicamentos ansiolíticos las mujeres consumen en DHD (Dosis diarias de un medicamento) un 83% más que los hombres. Los consumos más elevados en DHD de las mujeres en mayores de 75 años.
• En los medicamentos hipnosedantes las mujeres consumen en DHD el doble que los hombres. La utilización en DHD crecimiento continuo conforme aumenta la edad. Los consumos más elevados de DHD en las mujeres mayores de 85 años.
España se sitúa muy en cabeza en esta tendencia por encima de países de nuestro entorno. La ingesta de ansiolíticos en España; en las CCAA donde se registran los datos más altos es en Asturias, Galicia, Extremadura. Las más bajas corresponden a Madrid, Melilla y Navarra. Los hipnosedantes donde hay mayor consumo es en Cantabria, Canarias, La Rioja. Y los datos más moderados son en la CCAA de Melilla, Madrid y Baleares. (Datos del 2022). Ahora en datos de países europeos de la OCDE. En cuestión de ansiolíticos España obtiene en número 2 por detrás de Portugal. Hipnosedantes, son los países nórdicos los mayores consumidores, con Islandia y Suecia a la cabeza, pero España se sitúa muy por encima de países de nuestro entorno, como Portugal, Grecia o Italia. Podríamos estar ahondando más en este tema, porque la verdad es curioso saber que las mujeres toman muchísimos más que los hombres, sin duda, tiene que ver con los niveles de responsabilidad familiar pero, esto sería para hacer un estudio más exhaustivo de este tema tan actual pues está siendo motivo de preocupación en nuestra sociedad. Pero sigamos con el libro que puede ayudar como alternativa.
Esta tendencia, aunque refleja una mayor conciencia sobre la salud mental, también plantea interrogantes sobre la dependencia de soluciones farmacológicas frente a alternativas más reflexivas y sostenibles. Lou Marinoff, con su enfoque de counseling filosófico, propone una solución diferente: ¿y si recurrimos a la sabiduría de Sócrates, Confucio o Kant para enfrentar nuestras angustias antes de recurrir a una pastilla? La tendencia global muestra un incremento en el consumo de antidepresivos, aunque surgen debates sobre su eficacia, especialmente en casos de depresión leve a moderada, y un interés por alternativas como el ejercicio o la terapia psicológica. Y aquí es donde este libro podría ser útil en algunos casos.
Con una sólida carrera académica, Marinoff es profesor en el City College of New York y ha dedicado su trayectoria a demostrar que la filosofía puede servir como guía personal para quienes enfrentan incertidumbres, miedos o conflictos internos. Su libro más conocido, Más Platón y menos Prozac, que es del que vamos a hablar, se publicó en 1999 y ha sido traducido a más de 20 idiomas, posicionándose como una referencia en el ámbito de la filosofía aplicada. Es además creador de la (APPA) American Philosophical Practioner Association. En este contexto, Marinoff escribe desde Estados Unidos, un país que lidera el consumo de psicofármacos a nivel mundial, incluyendo el Prozac, utilizado masivamente para tratar desde la depresión hasta el estrés. En España hoy día ocupamos el puesto número 3 en el ranking mundial lo que es preocupante. En contraste con esta tendencia, el autor propone regresar a las raíces del pensamiento filosófico como una alternativa menos invasiva para resolver conflictos internos. La motivación de Marinoff para desarrollar el counseling filosófico surgió tras observar que muchas personas no necesitaban medicación, sino un espacio para reflexionar y encontrar claridad en sus valores y objetivos. Una de sus anécdotas más destacadas es la de un paciente que enfrentaba una crisis profesional. Marinoff, en lugar de sugerirle tratamientos médicos, lo guió a través de los conceptos de Viktor Frankl sobre el sentido de la vida, lo que ayudó al paciente a redirigir sus prioridades. Para Marinoff, casos como este ejemplifican cómo los textos filosóficos pueden proporcionar soluciones prácticas a problemas aparentemente abrumadores.
¿Psicoterapia, psicoanálisis, psiquiatría o counseling filosófico?
Uno de los primeros aportes de Lou Marinoff en Más Platón y menos Prozac es clarificar las diferencias entre los enfoques tradicionales de la salud mental y el counseling filosófico. Mientras que la psicoterapia se centra en explorar las emociones del paciente y sus experiencias actuales para encontrar soluciones, el psicoanálisis indaga profundamente en el inconsciente y en experiencias pasadas que podrían estar influyendo en el presente. Por su parte, la psiquiatría, como rama de la medicina, se orienta al tratamiento de trastornos mentales mediante el uso de fármacos u otras intervenciones biológicas. En contraste, el counseling filosófico aborda los problemas desde una perspectiva más reflexiva y práctica, empleando ideas de grandes filósofos para ayudar a las personas a cuestionar, interpretar y manejar sus dilemas. Para una persona que enfrenta una leve angustia o un sentimiento de vacío, por ejemplo, la psiquiatría podría recetar un antidepresivo, el psicoanálisis exploraría traumas de la infancia, y la psicoterapia trabajaría en técnicas para gestionar el estrés. Un consultor filosófico, en cambio, podría guiar al individuo a reflexionar sobre el sentido de su vida mediante preguntas inspiradas en filósofos como Sócrates o Viktor Frankl.
El proceso PEACE: cinco pasos hacia el equilibrio, una herramienta práctica para afrontar los problemas.
Uno de los conceptos más destacados de Más Platón y menos Prozac es el proceso PEACE, un enfoque estructurado que Marinoff ofrece para abordar problemas cotidianos utilizando la filosofía como guía. Este método no solo busca resolver las inquietudes de manera inmediata, sino también cultivar una reflexión profunda que lleve a soluciones duraderas. PEACE es un acrónimo que representa cinco pasos:
1. Problema: Identificar claramente la dificultad o desafío que enfrenta la persona. Aquí, Marinoff sugiere despojar la situación de emociones excesivas o narrativas complejas y enfocarse en definir el conflicto de la manera más objetiva posible.
• Ejemplo práctico: Una persona siente una insatisfacción constante con su trabajo. En lugar de quedarse en la angustia, se formula la pregunta: “¿Qué aspectos específicos me están generando este malestar?”
2. Emociones: Explorar las emociones asociadas al problema. Reconocer y validar los sentimientos que el problema genera. Este paso invita a tomar conciencia de las emociones, pero sin permitir que dominen el proceso de resolución.
• Ejemplo práctico: Al identificar frustración y tristeza, la persona puede observar cómo estos sentimientos influyen en su percepción y entender que no son el problema en sí, sino una respuesta al contexto.
3. Análisis: Examinar la situación utilizando conceptos filosóficos. Aquí entra en juego el pensamiento filosófico. Marinoff recomienda recurrir a las ideas de grandes pensadores que han reflexionado sobre dilemas similares. Por ejemplo, la ética de Aristóteles, el estoicismo de Epicteto o la búsqueda de sentido de Viktor Frankl pueden ofrecer nuevas perspectivas.
• Ejemplo práctico: Si la insatisfacción laboral proviene de la falta de propósito, se puede reflexionar con ayuda de Frankl sobre cómo encontrar sentido en las tareas diarias o considerar un cambio más profundo.
4. Contemplación: Reflexionar profundamente sobre las posibles soluciones. Este paso invita a tomar distancia y reflexionar sobre posibles soluciones. La contemplación implica tomarse un tiempo para considerar el impacto de las decisiones a largo plazo.
• Ejemplo práctico: La persona evalúa si buscar un nuevo trabajo, cambiar de departamento o emprender una actividad paralela para compensar la insatisfacción podría ser una opción viable.
5. Equilibrio: Implementar un curso de acción que restaure la armonía y el bienestar. Finalmente, el proceso concluye con la aplicación de una solución que permita recuperar el equilibrio emocional y vital. Este paso no busca perfección, sino estabilidad y armonía.
• Ejemplo práctico: La decisión podría ser diversificar intereses fuera del trabajo, mientras se planifica un cambio a mediano plazo.
Marinoff argumenta que recurrir a la terapia de inmediato puede ser contraproducente si antes no se dedica tiempo a reflexionar. En sus ejemplos, menciona cómo algunas personas buscan respuestas inmediatas en lugar de analizar sus preocupaciones. Por ejemplo, alguien que siente insatisfacción en su trabajo podría antes de acudir a una terapia o cambiar radicalmente de empleo, sin embargo explorar los valores que guían su vida y preguntarse si el problema radica en sus expectativas o en su entorno podría evitarle mayores disgustos. Marinoff recurre a figuras emblemáticas de la filosofía para dar contexto y herramientas prácticas en el counseling. Por ejemplo, invoca a Aristóteles y su idea del “justo medio” para enseñar a equilibrar emociones extremas, una lección que sigue siendo relevante para gestionar conflictos internos o interpersonales. También utiliza a Epicteto, el filósofo estoico para explicar que no son los hechos los que nos perturban, sino nuestra interpretación de ellos; una reflexión clave para quienes se sienten abrumados por el estrés o la ansiedad. Incluso filósofos modernos, como Immanuel Kant, son llamados al diálogo: su imperativo categórico sirve como guía para tomar decisiones éticas que respeten tanto nuestros valores como los de los demás. Marinoff no se queda en la teoría; ofrece ejemplos reales de cómo estas ideas han sido aplicadas en la práctica por personas enfrentando dilemas reales, como la superación de un duelo, la elección de un camino profesional o la reconstrucción de una relación dañada.
Uno de los ejemplos destacados en Más Platón y menos Prozac es el uso de Sócrates y su método de preguntas para ayudar a las personas a encontrar claridad en sus dilemas. Marinoff narra el caso de un hombre que estaba atrapado en un matrimonio infeliz, pero dudaba si el divorcio era la solución. Inspirado por la mayéutica socrática, Marinoff utilizó preguntas estratégicas para que este hombre reflexionara sobre sus valores, sus miedos y lo que realmente quería en su vida, sin ofrecerle respuestas directas. Este enfoque le permitió tomar una decisión más consciente y alineada con su bienestar.
Otro ejemplo proviene del estoicismo, con Epicteto como figura central. En el caso de una mujer que luchaba contra el resentimiento hacia su jefe, Marinoff utilizó la filosofía estoica para enseñarle a diferenciar entre lo que estaba bajo su control (su reacción emocional) y lo que no (las acciones del jefe). Este ejercicio de autoobservación le ayudó a reducir su estrés y a manejar la situación de forma más efectiva. Esto nos recuerda mucho a otro autor que hablaba de lo que está en tu círculo de influencia y el cambio está en tus manos, y lo que esta fuera de ese círculo y no puedes cambiarlo de forma inmediata, vamos, que no depende de ti.
Incluso Friedrich Nietzsche es rescatado, particularmente su famosa idea de amor fati (el amor al destino). Marinoff cuenta cómo esta perspectiva ayudó a una joven que se sentía paralizada tras un fracaso académico. Al enseñarle a aceptar sus circunstancias como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje, pudo transformar su derrota en una nueva motivación para reorientar su carrera. En todos estos casos, Marinoff muestra que las enseñanzas filosóficas no son reliquias del pasado, sino herramientas prácticas y accesibles que pueden dar poder a las personas a enfrentar sus desafíos con sabiduría y resiliencia.
Además de Sócrates, Epicteto y Nietzsche, Marinoff recurre a Aristóteles para abordar cuestiones relacionadas con la ética y la búsqueda de la felicidad. En el caso de un joven que no encontraba propósito en su vida laboral, Marinoff se basó en la idea de eudaimonía (bienestar o florecimiento humano). A través de la reflexión sobre sus talentos y cómo podrían contribuir al bien común, este joven encontró motivación para redefinir su carrera hacia algo más significativo.
El existencialismo también ocupa un lugar destacado, especialmente a través de Jean-Paul Sartre y Viktor Frankl. En el caso de una mujer que enfrentaba una crisis existencial tras la muerte de su madre, Marinoff aplicó la noción de la libertad radical de Sartre: aunque no podemos controlar todas las circunstancias de la vida, sí podemos elegir nuestra actitud hacia ellas. Complementó esto con la idea de Frankl de encontrar sentido incluso en el sufrimiento (que está también en budismo), lo que ayudó a la mujer a reconectar con sus propios valores y a honrar la memoria de su madre a través de acciones significativas.
Otro enfoque interesante es su uso de Confucio, que representa la tradición filosófica oriental en el libro. En un caso de conflicto familiar, Marinoff utilizó los principios de armonía social y respeto por las relaciones humanas (conceptos fundamentales en el confucianismo) para ayudar a un hombre a resolver disputas con su padre. Este ejemplo ilustra cómo las ideas filosóficas transculturales pueden aplicarse en problemas interpersonales contemporáneos. Vamos a ahondar sobre este caso, Confucio nos queda temporalmente muy lejos, pero sin embargo, sus enseñanzas son todavía útiles. Lo vemos a continuación más detalladamente.
Marinoff también menciona a Kant y su imperativo categórico en situaciones éticas complejas. Por ejemplo, cuando una clienta enfrentaba la tentación de actuar de forma deshonesta en su empresa para obtener un beneficio personal, Marinoff le recordó la regla kantiana de actuar solo según máximas que pudieran convertirse en leyes universales, estas son los principios prácticos subjetivos “No matar, no robar…”. Esta reflexión le permitió tomar una decisión alineada con sus principios, aunque no fuera la más fácil. A través de estos casos, Marinoff demuestra cómo cada corriente filosófica puede iluminar diferentes aspectos de nuestra experiencia humana, ofreciendo caminos alternativos a las terapias convencionales para quienes buscan comprender y superar sus desafíos desde un enfoque más introspectivo y racional.
Ejemplo práctico: La sabiduría de Confucio en acción
En Más Platón y menos Prozac, Marinoff describe cómo un hombre acudió a él para resolver disputas constantes con su padre, generadas por diferencias de valores y expectativas familiares. Marinoff recurrió a los escritos de Confucio, particularmente a su énfasis en las relaciones jerárquicas y el xiao (piedad filial). Según Confucio, una relación familiar saludable no solo implica obediencia o respeto hacia los mayores, sino también el esfuerzo mutuo por entender las posiciones y las circunstancias de cada uno. Marinoff utilizó esta filosofía para proponer al hombre un ejercicio reflexivo: debía escribir una carta en la que expresara gratitud por los sacrificios de su padre, pero también describir cómo esos sacrificios moldearon sus propios valores. El resultado no era tanto “convencer” al padre, sino crear un terreno común de entendimiento. La carta no solo suavizó la tensión entre ambos, sino que también llevó al hombre a una mayor comprensión de sí mismo y de su relación con su familia. Este ejemplo ilustra cómo Marinoff traduce conceptos filosóficos abstractos en herramientas prácticas que pueden cambiar dinámicas humanas concretas.
El libro invita a recuperar el hábito de pensar y reflexionar como un primer paso para abordar los dilemas, devolviendo a la filosofía su rol de guía práctica en momentos de incertidumbre.
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