Más de 75 años después de su creación, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA)enfrenta su crisis más grave. Fundada en 1949 como contingencia temporal al desplazamiento de unos 700.000 palestinos tras la creación del Estado de Israel, la agencia, hoy es en un pilar esencial para millones de personas que viven en Gaza, Cisjordania, Jordania, Líbano y Siria. Sin embargo, su existencia está en riesgo: la combinación de recortes de financiación, restricciones israelíes y tensiones internas en la ONU amenaza con paralizar sus operaciones.
Si la UNRWA colapsa, millones de refugiados podrían perder educación, atención médica y asistencia social, servicios que la agencia ha sostenido durante generaciones y que forman la columna vertebral de la supervivencia de comunidades enteras.
La fragilidad de una institución imprescindible
La UNRWA es diferente de otras agencias de la ONU por depender casi exclusivamente de contribuciones voluntarias de los Estados miembros. Su modelo de financiación, históricamente frágil, se ha visto comprometido en los últimos años. La agencia emplea a aproximadamente 30.000 trabajadores y administra más de 700 escuelas y clínicas, atendiendo a cerca de 6 millones de refugiados registrados. El comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, ha descrito la situación como “desastrosa” y ha hecho un llamado urgente a la comunidad internacional: garantizar los fondos y preservar el mandato de la agencia para que pueda mantener los servicios esenciales.
Restricciones, bloqueos y violencia
La situación empeoró tras el 7 de octubre de 2023, con el ataque de Hamás a Israel. Las represalias militares, los bloqueos de suministros y las restricciones israelíes afectaron gravemente a la UNRWA. Israel cerró seis escuelas en Jerusalén Este, limitó el acceso a alimentos y medicinas —equivalentes a 6.000 camiones de ayuda— y restringió la entrada de personal internacional a los territorios palestinos.
El personal de la agencia también ha sido víctima de arrestos y violencia. Según Lazzarini, más de 50 empleados han sido detenidos desde el inicio del conflicto, y desde entonces han fallecido más de 360 trabajadores, la cifra más alta registrada para una agencia de Naciones Unidas. La mayoría de las escuelas y clínicas en Gaza han resultado dañadas o destruidas.
En Cisjordania, el incremento de la violencia de colonos, la expansión de asentamientos y las operaciones militares han causado desplazamientos masivos y aumentado la vulnerabilidad de los refugiados.
Financiación internacional en caída libre
El modelo de la UNRWA depende de la buena voluntad de los Estados miembros, pero en 2025 varios donantes históricos redujeron drásticamente sus aportes. Países del Golfo Pérsico aportaron apenas el 3 % del total de contribuciones, una caída del 90 % respecto a 2024. Suecia retiró su financiamiento en 2024 por temor a que la agencia no pudiera canalizar adecuadamente la ayuda, transfiriendo los fondos a otras organizaciones como UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos y la Cruz Roja.
Incluso Estados Unidos, que históricamente ha sido uno de los principales donantes, ya había reducido fondos entre 2018 y 2021 durante el primer mandato de Donald Trump. La combinación de estas decisiones deja a la UNRWA en una situación crítica: muchos empleados de Jerusalén y Cisjordania buscan nuevas oportunidades ante la incertidumbre laboral.
Riesgo de colapso y escenarios futuros
Informes internos de la ONU advierten sobre la posibilidad de un “colapso desordenado” si el modelo de financiación continúa. Algunos escenarios contemplan la transferencia de funciones a otras agencias o gobiernos de países anfitriones, pero dentro de la UNRWA muchos consideran estas alternativas ineficientes y poco realistas, ya que ninguna otra organización cuenta con la infraestructura para operar escuelas y clínicas propias en los territorios ocupados.
“Ni UNICEF gestiona escuelas, ni la OMS dirige clínicas con su propio personal médico. Lo que hace UNRWA no lo hace nadie más.”
Juliette Touma, directora de comunicación de la agencia
Un llamado a la comunidad internacional
El tiempo corre, y la pregunta que queda flotando es inquietante: ¿qué pasará con millones de refugiados palestinos si la comunidad internacional no logra mantener a flote esta agencia?
“La UNRWA sigue siendo la columna vertebral de cualquier sistema de servicios sociales en Gaza y la región. Si desaparece, millones quedarán sin la mínima protección social.”
Lex Takkenberg, exfuncionario de la UNRWA durante tres décadas.
Fuentes consultadas: Naciones Unidas, Devex, Associated Press, declaraciones de Philippe Lazzarini y Juliette Touma, informes del Programa de Reforma UN80.