¿Quién es el monstruo fiero? ¿Es el actor? ¿El personaje? ¿Los versos? …. «Aquí hombre, allí mujer, aquí niño, allí gigante… Este es el que en el tablao / todas estas cosas hace / cuando representar quiere / y en muchas comedias sale. / Ya sale mozo galán, ya sale viejo, ya paje / ya loco / ya portugués, / ya borracho / ya estudiante.». ¿Quién es el monstruo fiero? Todos ellos y ninguno que dice la loa de Lope. Y todos ellos da cobijo el actor, que es Brujo y de Oro, del siglo de Oro. Rafael Álvarez es un gran conocedor de nuestro patrimonio clásico, lo que hace que el mismo sea ya nuestro y patrimonio. Cuarenta años ya de viaje a través de los teatros lleva dando vida a Calderón, Lope de Vega, Quevedo, Cervantes….
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero hay veces que son, gloriosas. Esa es nuestra intención salvando distancias y estilos, al decir que, EL BRUJO es un valor cultural artístico en España, como lo fue Marcel Marceau en Francia. Aquellos que tuvieron la ocasión de ver a este payaso genio en vivo lo comprenderán. Ahora tenemos la oportunidad de presenciar otro genio único en su propio estilo, que según él, EL BRUJO, lo fue fraguando a lo largo y ancho de su viaje por los textos del siglo de oro español y parte del patrimonio de otro países, como es el ejemplo de William Shakespeare. El privilegio que supone que este monstruo de la escena nos acerque los textos de Lope, Calderón, Shakespeare, Santa Teresa de Jesús, y un largo etcétera, es realmente una ocasión que no os podéis perder. No tenemos la menor duda que hacer simple lo que es complejo es sólo (acentuado por ser adverbio «solamente») el don de los que han tomado tiempo y lectura en comprender la magia de las palabras, que hieren al igual que curan. EL BRUJO, nos acerca a estos textos de forma magistral, parece que el espectador presencia una clase de empeño en comprender a los místicos/maestros/escritores/juglares/poetas sin haber pasado por el intenso peso del tiempo. En 90 minutos aproximadamente nos explica contextualizándolo con nuestra realidad actual, aquellos lejanos versos. El domino que tiene del espacio (teatro-escenario) y el tiempo (el reloj, el ritmo y el silencio) hace de la parte un todo. El viaje de las palabras que no han caducado pero, que sin embargo, el lenguaje se va transformando, haciendo nuestras vidas diferentes, pues los significados van mutando con los vicios de las bocas de la gente.
De lo simple a lo complejo, la improvisación ocurre cuando hay una estructura sólida, un control del tiempo y del silencio, del ritmo y si acaso, porqué no, del público. Por que EL BRUJO hace del público un acompañante del viaje, aceptando su replica (feedback) empatizando con éste para que cada actuación sea única. Cuando se entiende algo desde la raíz profunda de su creación y su significado, como parece que EL BRUJO ha comprendido a los clásicos, uno llega a una especie de nirvana, llega a un misticismo que le da una respuesta. ¿Queréis saber cuál es? El arte el teatro la vida, es energía transformadora. Esta no es quizá esa respuesta, igual tenemos que ir a escuchar a EL BRUJO. Pero, sí que el arte es transformador. Cuenta él, que Santa Teresa en su experiencia mística transformadora, se entendió como religiosa, fue quizá el arte, la belleza quien la transformó. La visión de algo bello o sugerente, algo que nos agita por dentro, quizá nos relaja, nos apela, nos invita, la visión de una obra de arte, o el escuchar una melodía, un silencio, es simple aquello que es complicado. Rafael Álvarez un bululú, actor único en escena, acompañado por un músico Javier Alejano, con un vestuario minimalista a cargo de Georgina Moustellier. Por que en lo simple está lo complejo. Una escenografía creada por Equipo Escenográfico PEB, la iluminación que juega un papel de luces y sombras es de Miguel Ángel Camacho.
El viaje es la búsqueda, ¿de qué? Del Grial, entendido como algo revelador, místico, bello, como el arte o la belleza, la vida que también es un viaje. El vehículo del viaje de los versos es el actor, en el siglo de oro se enfrentaba a diversidad de dificultades, en los corrales donde se representaban las obras había incluso a veces trifulcas a espada, el actor tenía que trabajar duro para retener la atención del público. Todo ello, es una pequeña parte del significado del trabajo de EL BRUJO que lleva una vida dedicada a esta labor. Es pues, harto difícil de explicar todas las sensaciones que uno vive en el teatro escuchando los versos interpretados por este gran actor, bululú, juglar, comediante, arlequín… tantos nombres para uno solo. Vivir esa experiencia al menos una vez es inspirador. Uno sale del teatro inspirado por los versos a la vez que ha dejado atrás los avatares del día a día de la realidad de vida, los problemas y los ruidos, para reírse mucho, parece mentira pero es así, con los versos curadores del siglo de oro. Esa es la intención, acercar al público este legado universal español. Los ingleses adoran a Shakespeare, los franceses a Moliere (por decir uno, hay tantos), así en todos los. países, en España parece que hayamos olvidado nuestros clásicos, nos referimos al gran público. Los jóvenes hoy día parecen más familiarizados con el «to be or not to be», que con versos de Lope o Calderón, «ay mísero de mí, ay infelice». Por esa razón y muchas más, desde aquí animamos a los jóvenes que se acerquen al teatro clásico en Madrid para pasar un rato fantástico con todos los autores del siglo de oro que a los que el bululú da vida.
Es la primera vez que Rafael Álvarez EL BRUJO estrena en al Compañía Nacional de Teatro Clásico, y tiene todo el sentido del mundo que así sea. Para él «es una culminación de mi carrera a lo largo de numerosos años en diferentes espacios relacionados con el Siglo de Oro. He ido con frecuencia a todos los festivales de teatro clásico con el lenguaje del Siglo de Oro. Tengo muchísimo respeto a esta Institución.» Sin embargo, también confiesa que, al principio cuando leyó estos textos no entendió nada, fue poco a poco con la lectura y el estudio que comenzó a entenderlos, descubriendo una maravilla llena de misterios. Sería algo así como haber descubierto una mina llena de oro. Seguro que es por eso por lo que nos acerca algo complicado de una forma tan sencilla para el gran público. El espectáculo comienza con un homenaje al gran Fernando Fernán Gómez, hace una referencia a Shakespeare y el amor para cerrar el círculo al final, con el amor también con Shakespeare, hace un recorrido circular muy de las místicas orientales, todo lo que ocurre en escena tiene sentido. Y ya sólo nos queda que: Animamos desde aquí que los que tengáis adolescentes los llevéis a ver a EL BRUJO por que sin duda les vais a inyectar un deseo por acercarse a estos textos, nuestros clásicos, nuestra historia, nuestra literatura, nuestra mística. Y eso ya vale su peso en oro.
¡Nos vemos en el Teatro!!!! BGD
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