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Ópera

¿Has perdido la nariz? Encuéntrala en el Teatro Real de la mano de Shostakovich.

Shostakovich escribió la ópera «La Nariz» en la época soviética, donde la temática sátira fue un atrevimiento.

«¡Dios mío! ¡Dios mío!, ¿qué habré hecho yo para merecer esto? Habría sido preferible quedarme sin un brazo, o sin una pierna; o, incluso, podría pasármela sin orejas. Pero ¡qué diablos es un hombre sin nariz? Nada. Ni un pájaro ni un ciudadano. Es nada, una que puede, simplemente, arrojarse por la ventana. Si el percance hubiera ocurrido en la guerra o en un duelo o por culpa mía. Pero ¡ha desaparecido sin más, a lo tonto!… Aunque… no, no puede ser -añadió poco después de pensarlo un poco-. Es inconcebible que desaparezca un nariz. Completamente inconcebible». Nikolai Gogol «La Nariz»

soprano Iwona Sobotka (Hija de Podtóchina) y mezzosoprano Margarita Nekrasova (Podtóchina) 

La producción de «La Nariz» que estrena el Teatro Real de Madrid con 7 únicas funciones hasta el 30 de marzo. «La Nariz» se estrenó por primera vez en el Teatro Maly Óperny de Leningrado el 18 de enero de 1930. La temática completamente loca y satírica basada en la historia de Nikolai Gogol del mismo título (La Nariz), fue realmente una frivolidad en plena dictadura soviética. Shostakovich la escribió cuando sólo tenía 21 años en 1928. En su estreno dos años más tarde fue descartada al momento y ya no volvió a estrenarse hasta 1974 en la Unión Soviética, cuando Shostakovich estaba ya muy enfermo de cáncer de pulmón.

No hay la menor duda que «La Nariz» no pasará por Madrid desapercibida, dada su modernidad (incluso hoy día) de su puesta en escena, tanto del movimiento, la plástica, el tema, todo en esta ópera parece realmente novedoso incluso con nuestros ojos del siglo XXI. Una genialidad que sin duda, no será para todos lo gustos, pues los más puristas se enfrentan a algo completamente distinto. La música magistralmente dirigida por el Maestro Mark Wiggleworth (que ya dirigió en 2018 Dead Man Walking) es disonante, llena de percusión y ritmo, con géneros como el folk o la polka, se entiende con su puesta en escena y el argumento de la ópera. Esta producción que podéis disfrutar en Teatro Real, es casi ya convertida en un culto, viene de Opera Australia, Royal House Opera donde ha tenido una excelentes críticas, y Komische Opera de Berlín. «La Nariz» es una ópera que los jóvenes abrazan, por su actualidad, la parte canalla del tema. La puesta en escena atrevida y políticamente incorrecta es una brisa de aire fresco en los tiempos que corren, no estamos en una dictadura para nada, pero a veces con este revisionismo loco del arte vamos por un camino incierto. «La Nariz» es sin duda es una crítica de la sociedad soviética y la burocracia de la clase alta y funcionaria, a lo absurdo del comportamiento humano y de la élites, a qué le dan importancia y a qué no se la dan, la corrupción de la policía. «La Nariz» es sin duda una genialidad mirada en su contexto histórico con los ojos de hoy día. «La Nariz» entendida como la analogía de lo fálico, de un elemento, digamos, cuasi viril, vital, esencial, sin el cual la vida no tiene sentido. La analogía del elemento del olfato que nos evoca tantas cosas y nos protege de tantos males.

Anne Igartiburo

Así pues, la puesta en escena de Barrie Kosky (ya conocido por el público madrileño por La Flauta Mágica) pone a un lado la máxima de menos es más, para ofrecer una escena llena de objetos curiosos y mucho color. En el Teatro Real el responsable de la puesta en escena es Johannes Stepanek. En concordancia con el ritmo musical todo lo que ocurre en la escena es salvaje, grotesco y dinámico. Los cantantes/actores expresan una caricaturización expresiva con gestos faciales y corporales que no dejan duda a lo que quieren decirnos. Desde el color del vestuario a los peinados hasta en el maquillaje rozando lo clown en algunos personajes, todo parece pensado para crear un impacto en el espectador. ¡Y vaya si lo consiguen! El barítono austriaco Martin Winkler (quien también lo vimos en Arabella recientemente), en su papel de Kovaliov hace gala de una capacidad extraordinaria con silbidos, risas, inflexiones de voz que llegan a transmitir al público perfectamente inequívoco de lo que está sintiendo el personaje, la ansiedad, la angustia desesperada, todo ello con un toque cómico satírico que incluso quien no entienda la música, desde luego que va a disfrutar con todo lo que ocurre en escena, que no es poco. Perder su nariz es como una castración del ego, él siente que sin su nariz, no hay posible espacio en la vida social y estamental de San Petersburgo, todo está perdido sin su nariz. Para poner una nota (escrita) en todo esto, se cuenta con Anne Igartiburu, la presentadora, en este caso real, normalmente representada por una actriz que hace de presentadora, que nos pone en su contexto tan alocada idea de perder alguien su propia nariz.

¿Y qué sentido tendría el arte si no nos transporta a lo absurdo que tiene todo el sentido, a la verdad que no tiene a veces ningún sentido, a la parodia de la vida que es realidad y a la vez, ficción? Pues ¿no le damos a veces demasiada importancia a algunas cosas? Esta producción nos recuerda en ocasiones a algo circense, un espectáculo total, con la música magistral de Dimitri Shostakovich y el gran arte de la ópera. Es como asistir a una pesadilla, que al despertar no diéramos cuenta de que todo era un sueño, y lo primero que hacemos es «tocarnos la nariz» por si acaso. La historia o cuento tiene elementos kafkianos, en cuanto a la transformación del cuerpo mientras dormimos para enseñarnos algo, una gran lección. Hacer referencia a esta parte de la anatomía, no es más que, el infundir la duda en nuestra perfección de lo importante, invitándonos a ponderar un poco las cosas con cierto equilibrio. Pues pensemos por un momento que el personaje Kovaliov perdiendo su nariz también pierde su estatus. Asimismo la nariz autómata y fantasmagórica va adquiriendo más status que su dueño, comienza una nueva vida separada del todo, del cuerpo, de la cabeza, la cara de Kovaliov. Éste en cambio ya no es él mismo y su vida ya depende completamente de encontrar su nariz.

Por lo tanto, a lo largo de los tres actos la partitura -una especie de collage musical vertiginoso e iconoclasta- el protagonista agraviado, amputado y aturdido, toca todas las puertas estamentales de poder para poder encontrar su preciada parte. En este frenético viaje interactúa con una galería de personajes caricaturescos -78 cantados y 9 declamados que conforman un puzzle onírico de retales de realidad distorsionada, como en una agotadora pesadilla. Johannes Stepanek dirigirá el estreno en España de la cantata satírica Anti-formalist Rayok, de Shostakovich, en la que participarán el bajo Alexander Teliga, la pianista Judith Jáuragui y como no, los miembros del coro del Teatro Real con la dirección de Andrés Máspero, el día 26 de marzo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, ofreciendo otra cara oculta del compositor ruso, escondida bajo los pentagramas de su música.

Narices danzantes

AGENDA | ACTIVIDADES PARALELAS

7 de marzo, a las 19.00 horas | Residencia de estudiantes Encuentro: Shostakóvich, operista. La vitalidad de la cultura rusa antes del Terror. Con Santiago Martín Bermúdez, dramaturgo, ensayista y crítico musical.

8 de marzo, a las 20.15 horas | Teatro Real, Sala Gayarre

Enfoques: con Mark Wigglesworth (director musical de La nariz), Johannes Stepanek (asistente del director de escena de La nariz), Joan Matabosch (director artístico del Teatro Real) y Pablo Lorenzo Rodríguez Fernández (musicólogo). Participan:Yeraldín León (mezzosoprano), Patricia Barton (piano), Daniel Chirilov (violín), Simón Veis (violonchelo) y Duncan Gifford (piano).

15, 22 y 29 de marzo, a las 18.30 horas | Fundación Juan March

Ciclo de conciertos: Shostakóvich y la censura soviética. “Con la aprobación de Stalin”, tríos con piano (15 de marzo) «A espaldas de la Unión Soviética”, cuartetos de cuerda (22 de marzo) “Bajo el yugo soviético”, recital de piano (29 de marzo)

28 de marzo, a las 18.30 horas | Biblioteca Musical Víctor Espinós (Conde Duque)

Concierto: Cuarteto Bauhaus, con obras de Shostakóvich y Britten.

30 de marzo, a las 18.00 horas | Biblioteca Musical Víctor Espinós (Conde Duque)

Concierto didáctico: Escuela de Música y Danza María Dolores Pradera.

Para todos aquellos que quieran pasar un rato super divertido totalmente loco en la ópera. ¡Nos vemos en el Teatro Real!! BGD.

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