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«Azul Venezia» por Marina G. Torrús. Novela.

«Si me matas mi madre vendrá a por ti», reza así la plica de la novela en su portada, misteriosa y sugerente. La góndola flota en la laguna de Venezia y su espíritu en forma de «nereida» debajo la protege.

Es curioso como las novelas llegan a uno. En esta ocasión la vimos recomendada en una conocida red profesional, donde un querido y conocido por todos, Christian Gálvez, la recomendaba. En Bamboo Grows Deep, que nos encanta conocer escritores nuevos, enseguida hicimos un comentario a la recomendación. «Transportarnos a la Venecia del siglo XVII, hummmmmm! qué sugerente». Llegó Azul Venezia a nuestras manos. Después de leerla, nos gustaría recomendarla a todos aquellos que aprovechéis leer en vacaciones para adentraros en una historia de misterio, en la Venecia del S. XVIII, llena de referencias a la vida de entonces, las intrigas políticas, las máscaras que ocultan los rostros en las fiestas, la laguna, las góndolas, las pasiones y mucho más.

AZUL VENEZIA. Escrito por Marina G. Torrús. Editorial Penguin Random House Grupo Editorial,

¿Qué hay la mente de un asesino? ¿Y si no fuera sólo uno? Nos recuerda algo al personaje más aparentemente normal y terrorífico de la literatura contemporánea, Hannibal Lecter de Thomas Harris. Cuando el malvado es encantador, sofisticado, educado, elegante y hasta te cae bien. En Azul Venezia, nada es lo que parece. La escritora evoca ese aire de Venecia del siglo XVIII a la perfección, sus puentes, sus intrigas a través de unos personajes muy bien elaborados y construidos psicológicamente. No hay exceso de descripción explicativa, nos va presentando a los personajes poco a poco en el momento de su acción, deja un espacio para que el lector vaya imaginando e intuyendo entre los silencios. Marina G. Torrús escribe historias desde su niñez, comenzó a vivir de ellas hace ya viente años cuando su nombre apareció acompañado de la palabra «guionista» en los títulos de crédito de muchas series de ficción, programas de entretenimiento y concursos. Ha escrito 10 novelas para niños de la colección «El pequeño Da Vinci» publicadas por Alfaguara. La autora se declara amante de la Ópera, la literatura de misterio y la ciudad de Venecia. En ésta, su última novela, auna las tres pasiones. El resultado es esta entretenida historia de misterio en Venecia y con la música de Antonio Vivaldi.

Partiendo de una idea que le robó el corazón la primera vez que visitó la ciudad de los canales y las máscaras, Marina G. Torrús nos ofrece un thriller apasionado con un importante transfondo histórico. Es Septiembre del año 1716, en Venecia. Caterina ha crecido en una sala de autopsias con el mejor maestro el Doctor Sforza, su padre y mentor. Los sueños de Caterina está plagados de deseos de estudiar algún día Medicina, convirtiéndose así en la primera mujer forense de la historia. Pero un giro de los acontecimientos fruto (o no) de la casualidad hace que todo su mundo se desvanezca. En un paseo nocturno con su padre, descubren un cadaver de una joven en extrañas circunstancias, con el cuerpo expuesto como en un ritual macabro pero lleno de gusto y de belleza. Ambos padre e hija no pueden evitar acercarse. El cuerpo de la joven muestra brutales signos de violencia, con mutilaciones y la presencia de un pigmento azul sobre la piel, lo que demuestra que la mano ejecutora es quizá la misma de otro cadaver en la sala de autopsias del doctor. Padre e hija, como científicos no pueden parar de investigar para resolver tanto misterio… «hay un asesino en Venecia«. Pero, otro acontecimiento inesperado truncará la investigación.

Caterina termina ingresando en el archiconocido Ospedale de la Pietá de Venezia donde el gran Maestro Vivaldi se vale de las niñas más talentosas para ofrecer conciertos y óperas a la alta sociedad veneciana y mantener el Ospedale. Al tiempo que en la Corte Española, el Rey Felipe V tiene planes para recuperar territorios para la Corona de España, como es Silicia y Cerdeña. Envía a Venecia a su gran amigo y mejor soldado de la Guardia de Corps, Alfonso Guardi. Una especie de retiro para investigar por los crímenes y busar aliados para la recuperación de los territorios en Venecia. Cuando el Capitán Guardi pone un pie en la ciudad, ésta le acoge con una brisa cálida pero desafiante, avisándole, quizá, de los encantos de «La Dama» que son tan extraordinarios como peligrosos.

La ciudad de Venecia está llena de secretos y verdades ocultas que yacen en los fondos de las aguas y detrás de las máscaras de sus habitantes más ilustres. Tanto la Venecia del siglo XVIII (incluso ya antes) como hoy día en otras partes del mundo, existen esos misterios. Venecia fue una ciudad por sus estatus de estado independiente, donde muchas sociedades secretas se instalaron, por su gran permisividad con los actos extravangantes de sus miembros y el amor de los gobernantes venecianos al dinero y al poder. Orográficamente Venecia ofrece un lugar sin comparación en el mundo, su puerto de comercio con el exterior, recibe los más exquisitos cargos desde Asia, sedas, porcelanas, pigmentos, alfombras, llegando a acomular grandes riquezas así como ventajas comerciales. Sus islotes situados en la laguna de Venecia, parecía a veces, cada uno independiente tener sus leyes, un gran escondite para los secretos de los venecianos.

Los Personajes. Éstos sin duda, son el alma de esta apasionante historia. Destacamos los más importantes. Marina G. Torrús, nos ofrece unos personajes femeninos inteligentes, fuertes y seguras de sí mismas, estas mujeres de «Azul Venezia», en el siglo XVII nos recuerdan a las del siglo XXI, cuán importante es la libertad, el conocimiento y el amor generoso.

Caterina Sforza; Hija del Doctor Giovanni Sforza. Inteligente y audaz. Nacida para la ciencia pero con una voz virtuosa y especial, la que la salvará la vida. Caterina lucha por su independencia, es un personaje femenino, joven, bella y fuerte. Ella lucha por llevar a cabo su sueño de ser científica en un mundo de hombres en ese campo. En la Venecia del siglo XVIII que una mujer tuviera ciertas aspiraciones era incomprensible. Sus ojos de un azul penetrante casi violeta, semejantes con el cielo de los atardeceres venecianos, enormes y rasgados, bellos y llenos de inteligencia.

Alfonso Guardi; Capitán de la Guardi de Corps de su majestad el Rey Felipe V. Hombre de enorme fuerza física, corpulento como gran soldado, que contrasta con una extrema sensibilidad. Inteligente y observador implacable, él es capaz de ver más allá de lo aparente y lo escondido. Distante pero tierno, quizá demasiado tierno, se resguarda en su distancia y cierta sequedad de carácter en su trato. Un gran atractivo físico, varonil pero elegante porte, que no dejaba a las damas indiferentes, más bien lo contrario. También guarda un amargo recuerdo que pertuba sus noches con pesadillas inoportunas y agobiantes. Venecia le cambiará la vida.

Madame Chevalier; Personaje enigmático, encantadora, rozando lo hipnótico Madame Chevalier es una de esas mujeres que el halo de misterio que la rodea es su gran atractivo. Mujer de armas tomar, soltera, rica, comerciante, culta, transgresora. Rasgos europeos disfrazados de orientales, siempre con ropas de china, objetos y ciertos modales asiáticos. Sobrepasa los cuarenta, pero aún así conserva una belleza cautivadora exaltada por su allure y su inteligencia excéntrica. Incluso con 100 años aquella criatura hubiera resultado irresistible a cualquier caballero. En el barco de Chevalier hay un pasajero español que llama su atención: «-¿Cuáles son los motivos de su viaje?. -Turismo- …. -Bravissimo! La capacidad para improvisar una buena mentira es imprescindible en Venecia. Siga así y tendrá éxito en su empresa. Pero tenga cuidad. Cuando traspase la columnas de San Marcos y San Teodoro entrará en el reino de los falso y lo invisible. Mentir, mentimos todos, pero descubrir la verdad es una habilidad que solo tienen unos pocos. ¿Es usted uno de ellos, capitán?-

Vincenzo; Sensibilidad en su estado puro con trazos sensoriales. Él sabe de los seres de Venecia y se vale de eso para paliar su soledad. Truncado su destino por la mala suerte de su progenitor que estaba en un lugar inapropiado y quizá vió lo que no debería haber visto. Vincenzo queda sólo en la vida, acompañado únicamente por un ser fantástico, una nereida, surca la laguna en una góndola tratando de buscarse la vida. «Allí donde las ninfas del mar que se llaman nereidas baten el agua con sus piernas dibujando abanicos de espuma que prenderán como encajes las costurereas; donde los pescadores pintan sus casas de mil colores para reconocerlas desde lejos cuando salen a faenar; donde todos es luz, trabajo y alegría, vivía Vincenzo, el hijo del pescador ajusticiado».

Giovanni Sforza; Padre de Caterina (su Cattuccina, como la llama tiernamente). Un gran hombre de ciencia, Il Dottore, es conocido en toda Venecia. De caminar decidido e incluso impulsivo, siempre lígeramente inclinado hacia adelante, como si portara una pesada carga en sus espaldas invisible. Austero, introspectivo, prudente y bueno. Su gran amor, su hija Caterina, su deseo que ella sea feliz y realice su sueño, incansable maestro. Con cuatro años la enseñó a leer en sus libros de anatomía, ella jugaba con diseccionar muñecas. Con diez años la adoctrinó para reconocer y localizar los doscientos seis huesos del cuerpo humano con sus seiscientos cuarenta músculos. A los catorce años, Caterina pidió realizar su primera autopsia real. Giovanni Sforza no podía estar más orgulloso de su hija. Nos recuerda a el gran Teón de Alejandría, padre de la científica, matemática y filosofa, Hipatía de Alejandría. En el siglo IV/V de nuestra era, enseñó todo lo que sabía sobre matemáticas y astrología a su hija, dotándola de un tesoro que las mujeres ni soñaban entonces, El Conocimiento.

Morelli; Un espía que dice serlo. Acompañará al capitán Guardi en su investigación pero no se sabe su intención ni quién es su amo. Dispuesto a todo por resolver los crímenes, desconfiado pero leal a sus principios.

Beatrice; «Con unos ojos extremadamente claros que miraban a todos lados y a ninguno. Beatrice nació viendo muy poco hasta que ya no vio nada, y entonces comenzó a verlo todo. Don, lo llamaban algunos. Brujería otros. Su madre se había ahogado en la laguna el mismo de su nacimiento, dicen que por no soportar un amor no correspondido. Mi madre me habla y me cuenta lo que le susurran los espíritus. Por eso sabía muchas cosas y otras tantas no se le podían ocultar».

Antonio Vivaldi; El Prete Rosso, con treinta y ocho años, era un hombre de piel lechosa, labios puntiagudos y ojos vivos. Virtuoso del violín con la velocidad de sus manos como si el mismo diablo estuviara apoderándose de él. Maestro del Coro de la Pietá, enseña música a las niñas, las dirije, las selecciona el instrumento que mejor se adapta a ellas. Llegó a tener más de 100 alumnas en el Ospedale de la Pietá, a las que escribió varias obras. En las óperas del Maestro, era muy importante la coloratura, recordemos que las estrellas del momento eran los castrati. Por lo que Vivaldi componía muchas óperas para que éstos pudieran lucir sus habilidades vocales.

Y por supuesto….. Venecia; La ciudad es tratada en la novela como un personaje más. Con sus creencias, sus caprichos, sus envidias, maldades, mentiras. La belleza visual se une a los sonidos del agua o del viento que traen noticias y sensaciones a los protagonistas de la historia. A través de los elementos la ciudad de la máscaras se revela. A veces audaz y otras caprichosa juega con la mente de los que la habitan. Madame Chevalier parece ser el personaje más hermanado con Venecia, la conoce y la respeto; …-Venecia es una ramera embrujadora. Uno sabe cuándo cae entre sus piernas, pero no cuándo se va. …»-

La vida está en los libros…. ¡Buena lectura! Nos vemos en los huecos que hay entre la realidad y la ficción. BGD.

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