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«La Maestra de Títeres» Novela de Carmen Posadas.

SOBRE LA AUTORA. Carmen Posadas, es una de las escritoras más relevantes de su generación, no lo decimos nosotros, lo dijo la revista Newsweek en 2003. Sus libros, que se cuentan entre, novela, ensayo, libro infantil, biografías, se han traducido en veinticinco idiomas. Ganadora del prestigioso Premio Planeta en el año 1988, por el título Pequeñas Infamias. Nacida en Uruguay pero con residencia en Madrid, conocedora de la vida social y literaria donde se mueve como pez en el agua. Mujer de experiencias ricas en diversos ámbitos. Como escritora es importante moverse por diferentes ambientes. La novela La Maestra de Títeres, es un reflejo de todas estas experiencias que ella muy bien conoce. «….Sí, es verdad que me quedé encerrada en un ascensor, como una de las protagonistas de la novela, pero no con Lola Flores, sino con Carmen Polo….ahahaah! Hubiera sido más divertido quedarse encerrada con Lola Flores, como en la novela.» Carmen Posadas.

LA NOVELA. «La Maestra de Títeres» gira en torno a tres mujeres de tres generaciones distintas emparentadas. Nos narra la vida de Beatriz Calanda, personaje aparentemente superficial. Toda superficie tiene su sótano, más o menos profundo, donde yacen enseres que revelan secretos de una vida. Un homenaje a William M. Thackeray y su novela «Vanity Fair» «La feria de las vanidades» su título en castellano. Nuestra protagonista Beatriz Calanda, una celebridad de las revistas del corazón, famosa por sus matrimonios y vida glamourosa. Dicho así, parece un poco frívolo, pero nada es lo que parece. Todos conocen sus hábitos de gimnasia, su dieta, sus diseñadores fetiche, pero; ¿quién es realmente Beatriz Calanda? Las tres generaciones, viven en situaciones sociales y políticas muy diferentes. Desde los años 50 del pasado siglo hasta la actualidad, la trama se va destilando a través de todos los cambios sociales y políticos de España. Beatriz Calanda, entre marido y marido, sesiones fotográficas y entrevistas a la prensa rosa, vive una vida «ideal» quizá, demasiado ideal, «la verdad se fabrica«. Su pasado y su presente esconden secretos sorprendentes que su última hija, Gadea, fruto de su último marido, descubre con la ayuda de los álbumes con recortes, a modo de hemeroteca ha ido coleccionando Lita, la mano derecha de Beatriz Calanda. Va tejiendo la verdad de la vida de su madre, llena de acontecimientos totalmente desconocidos, incluso para Gadea, su propia hija.

El estilo narrativo de la historia, se vale de la analepsis, con saltos cronológicos, desde los años 50 hasta nuestros días, pasando por los años 70. Se va configurando la trama, haciendo que el lector participe e intente desgranar los secretos que esconden los protagonistas. Carmen Posadas se manifiesta fiel seguidora de los recursos de Dickens, aplicando muchas de las técnicas del autor británico. Cada capítulo acaba de forma que el lector, aunque sean las 2 de la madrugada, pasa la página para saber como sigue, comenzando otro capítulo. Si en el anterior estábamos en la era actual en una cena navideña, como en el siguiente estamos en los 60 en una fiesta de un piso de una conocida anfitriona. Para llevarnos a los 70 (finales) a un club de moda de la época, intentando adivinar qué se cuece en la arena política.

«Yo sigo las técnicas que usaba Charles Dickens. Escribía por capítulos publicados por separado, por lo que siempre acababa cada capítulo arriba, para dejarlo en incognita y darle al lector ganas de seguir leyendo más». C.Posadas

Perdonad pareja, no se me ocurriría interrumpir este momento encantador ni pediros auxilio sino fuera una emergencia. A mi marido el deber lo llama y ha tenido que salir zumbando a taponar no se qué importantísima vía de agua, y/o salvar la patria» ….»Las mujeres decentes no se autoinvitan a Bocaccio, ni bailan solas. Si están tristes o se sienten traicionadas, se aguantan, la procesión ha de ir por dentro, sufridora en casa y con la pata quebrada. Porque es posible que se haya acabado la era glacial del franquismo como antes dijo Marisol, pero faltan aún varias centurias, para que mueran todos lo dinosaurios. «

El uso del lenguaje que utiliza Carmen Posadas parece llevarnos a un viaje por el tiempo. El Madrid de los años 50, los aperitivos en el Ritz o en el Embassy, los cócteles más célebres; los negronis, los old fashion, los martinis, todo ello acompañados por las aclamadas entonces gambas en gabardina. Las niñas bien no iban a bares, pero sí a las cafeterías a tomar tortitas y batidos. Luego iban al tontódromo, lugares de flirteo de aquella época tan restringida para el ligoteo público. Era en el tontóndromo donde las hermanas Muñagorri ilustraban a Ina, recién llegada de Sudamérica, de las costumbres de la ciudad de Madrid. Con tanta prohibición y restricción, especialmente para las mujeres, en la época franquista había maneras de burlar al régimen. Si tú no te metes con el régimen éste no se mete contigo. Se ingeniaban modos operandi, e incluso un lenguaje que sólo entendían ellos y ellas. Los recién llegados de Sudamérica no están acostumbrados a ese lenguaje, y hay momentos muy divertidos, ese aire madrileño, tan afinado y chulesco, con ironías que los recién llegados no terminaban de captar.

Carmen Posadas junto a Ana Gavín

«-¿Me quieres decir que toda esa gente paga por asistir a las fiestas de la señora Gacigalupo?…-Mira que eres simple, Encho. En Madrid como en Sebastopol o Conchabamba, unos tienen la fama y otros cardan la lada (o la pasta). La habilidad (y te aseguro que habilidad tu futura vecina la tiene por arrobas) está en saber mezclar personas de relieve con otras que desean codearse con ellas de modo que todas saquen provecho de tan…casuales encuentros……… Minutos más tarde bamboleaban ya en un hermoso ascensor de marquetería con asiento de capitoné….»

Las referencias culturales de las épocas en las que transcurre la historia son excepcionales. Películas, novelas, obras de arte, canciones, óperas, evocaciones de intelectuales de renombre que paseaban por los clubes de moda como «Pedro por su casa«. Asiduos de la noche incombustible madrileña. Un época que ya no existe. Estas referencias son todo un despliegue informativo y cultural para deleite del lector. Hay tanto detalle, que incluso las marcas de cigarrillos que se fuman los protagonistas cambian con los años. Carmen Posadas decía que ha sido un trabajo de documentación exahustivo y que ha requerido tiempo. Las modas de los 50, que visten Ina y las hermanas Muñagorri. Los cambios de la moda en las mujeres con la transición. Todo es un baile evocador para el lector, que imaginará todo ello como si lo proyectara en una pantalla. Pero no se hace pesado, para nada, las descripciones son gráficas nos ayudan a ver a los personajes, sin más. El ritmo de la historia prevalece a toda descripción supletoria. «Tienen que pasar cosas». Nos contaba la autora.

El proceso creativo. Tuvimos la suerte y el honor de hablar con Carmen Posadas en el encuentro organizado por Dialogo (Asociación hispano francesa). Nos contó que «La Maestra de Títeres» tiene anécdotas propias que, como cualquier escritor, ha modificado levemente para adaptarlas a la novela. Hay otras anécdotas que son tal cual, guiños a ciertos intelectuales de aquellos tiempos. No se puede evitar pensar, con Beatriz Calanda, en ciertas señoras reales de las revistas del corazón. La protagonista de esta novela, nosotros la vemos como un híbrido entre al menos dos de estas señoras. La preguntamos también cómo hizo para escribir las diferentes épocas reflejadas en la novela, si cada época seguida y luego lo editó, o fue sobre la marcha haciendo los saltos de atrás hacia adelante y viceversa. Nos contestó, que fue sobre la marcha. Lo que hace de la novela todo un logro, dado que no es nada fácil ir desgranando los detalles de la historia con los saltos en el tiempo.

«Están los escritores cojos y los escritores ciegos. Los primeros se apoyan en muletas, y hacen esquemas que les van guiando en el proceso de escritura. Los segundos van a ciegas sobre el blanco absoluto del vacio. Yo soy de los segundos. Comienzo una frase, de ahí pienso que consecuencias tiene esa frase, que pasa después. Y así…» Carmen Posadas.

Los personajes. Para la escritora los personajes secundarios tienen mucho protagonismo. Otra vez, nos menciona a Charles Dickens, quien escribía unos secundarios extraordinarios y con mucha importancia para la historia. En «La Maestra de Títeres» hay personajes que no salen en la escena, pero que son parte de la historia. Algún marido de Beatriz Calanda, es nombrado pero, no sale a escena. Sin embargo, son importantes porque nos cuentan algo sobre la protagonista. Cada personaje tiene su labor narrativa.

Uno de los secundarios especialemente visibles a lo largo de la novela, si se hiciera una serie televisiva sería un personaje cuasi principal, incluso daría para otra novela desde su perspectiva. Este es el caso de «el conseguidor», Yánez de Hinojosa. Personaje con una voz propia, carácter enigmático, simpático, snob, contradictorio. La propia Carmen Posadas se manifiesta fan, de «El Conseguidor», nosotros también. Este personaje complejo y simple al mismo tiempo despierta filias y fobias, le comprendes para luego quitarle esa comprensión y estar en total desacuerdo. Invita a la reflexión y al conocimiento de esa época de tránsito en la España de los 80, en la que la recién estrenada democracia se tambaleaba, casi tanto como la voluntad de Yánez de Hinojosa. Si se hiciera una serie, él sería un personaje esencialmente carismático.

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Esperemos que disfrutéis de la lectura tanto como lo hicimos nosotros. BGD! 😉

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