Dos mujeres, diferentes épocas, entre la presencia del dolor y el olvido, entre la luz y la oscuridad.
«Mi niña, Niña Mía» Teatro Español. Texto escrito a cuatro manos femininas, dirigida y protagonizada por mujeres.
Natalia Menéndez dirige a estas dos actrices maravillosas; Ángela Cremonte y Goizalde Núñez, quienes ponen voz a un texto de una belleza absoluta, sin eludir el tema terrible del horror que fueron los campos de concentración. La historía se centra en dos mujeres, es parte de una historía real, sin dejar de ser un proceso creativo. La puesta en escena a 3D es innovadora y muy poética. Refleja el significado de la historia que se cuenta, esa sombra oscura con la magia de la luz que emiten las luciérnagas que nos salvan.
¿Realmente tiene un poder la sangre? ¿Hasta que punto alguien ajeno a su pasado y origen podría entender y abrazar ese origen después de 30 años? Una actriz de teatro judía acaba en el campo de concentración de Terezin, allí la salva quizá su dedicación a los niños enseñando teatro. El contraste del horror ella, se cobija en el teatro para poder seguir soñando, el teatro es su luz. Por otro lado, la otra mujer décadas más tarde, una entomóloga que hablan con bichos y está dedicada a estudiar las luciérnagas. Ajena a su destino, ignorante de su pasado. Recibe una carta en la que sabe que ella misma es una superviviente del Holocausto.
Las manos que escriben el texto son de Amaranta Osorio e Itziar Pascual «-queríamos compartir un proceso y sacudirnos la impotencia que sentíamos al ver lo que sucedía en el mundo. En el origen, la idea del teatro como luz, como foco de esperanza, en la inmensidad de los oscuro y de los pesimismos presentes»- explican Amaranta e Itziar. El día 21 de marzo habrá un encuentro con el público moderado por Almudena Grandes después de la función que será gratuito y abierto al público hasta completar el aforo. Tendrán la oportunidad de escuchar y preguntar acerca de la obra. El texto ha sido traducido a tres idiomas y viajará a Bogotá (Colombia).
Resiste Resiste le dice una mujer anónima a través de la reja del campo del horror. Mi niña, Niña Mía, nos habla de ayer y de hoy en dos historias que se cruzan en el horror del holocausto. Pero también nos habla del horror de las guerras presentes que no cesan, no parece que la humanidad aprendamos. La guerra siempre se ceba con los débiles. Las mujeres, los niños, en definitiva, los inocentes ajenos a intereses económicos y políticos son los más perjudicados. Nos recuerda sin duda a los desplazados de hoy día. Pierden contacto con sus seres queridos, son segregados en diversos campos de refugiados. Familias desmembradas en pleno siglo XXI que sin duda en un futuro bien podrían tener «una carta» con noticias de su origen.
Ayer igual que hoy, a historia se repite. En palabras de Natalia Menéndez; -«el horror nos sacude porque se refiere a los que hoy está pasando, porque sentimos que debemos ayudar, hacer algo, provocar la luz ante tanta oscuridad. Vemos imágenes de niños asustados, desorientados, hambrientos, con humo en la boca, sin zapatos, flotando en los mares, hacinados en los trenes, huyendo en caminos, sin nada…. y no sabemos qué hacer. -»
EQUIPO ARTÍSTICO :
Escenografía y vestuario Elisa Sanz (AAPEE)
Iluminación Juanjo Llorens (AAI) ; Música Luis Miguel Cobo; Videoescena Alvaro Luna; Ayte de dirección Pilar Valenciano; Ayte de esconografía Lúa Quiroga (AAPEE); Ayte videoescana Elvira Zurita; Estudiante en Prácticas de dirección UCM Ana Yunuen Castillo.
Se sale del Teatro con la mueca del llanto por el texto tan sobrecogedor como por las actuaciones de estas dos magníficas actrices, pero también con la sonrisa interior de ver lo fuertes que somos en los momentos más difíciles. Esos momentos extremos de dolor que sin embargo, no apagan la luz de la vida, la belleza y la esperanza. Recomendamos que vayan a ver esta obra tan bella y llena de significado.
BGD 😉 Vayan al Teatro.
