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Mujeres e indecisión

Carmen Calvo olvida intencionalmente las diferencias de clase que existen entre ella y las electoras indecisas que pretende representar.

Los datos de intención de voto del CIS de abril 2019 (1) han puesto sobre la mesa una pregunta de inmenso calado: por qué las mujeres jóvenes que apoyan mayoritariamente las luchas feministas, más concienciadas, aparentemente sincronizadas con las izquierdas, están significativamente más indecisas que los hombres. Nadie duda que el movimiento feminista ha conseguido calar en la agenda política y es de vital importancia para los partidos políticos entender como se comunican estos grupos cuando construyen sus discursos de campaña, pero, más allá de esto, particularmente las más jóvenes son una prioridad para el PSOE por el trauma que guardan de las últimas elecciones al parlamento andaluz en las que perdieron por la alta abstención electoral (con un 41,35% de abstención total, 2.602.546 personas, del cual un 22,7% iba a votar PSOE). La mayoría de las mujeres 45% frente a un 38% de hombres y un 57% de los menores de 24 años en España se mantienen más cautas al decidir su votos (2).

Las más jóvenes se declaran mayoritariamente feministas (el 60% de las menores de 35 años lo hace) (3) un perfil que debería estar en sintonía con el ideario del partido socialista volcado en la lucha de las mujeres, sin embargo, en general no han decidido a quién votar. Solo teniendo en cuenta esa preocupación por la indecisión de las jóvenes coge sentido la exagerada respuesta de la ministra de Igualdad, Carmen Calvo, cuando, a la pregunta de por qué Unidas Podemos no es el partido que mejor puede representar al feminismo en España, respondió “porque el PSOE tiene detrás los hechos, y continuó, de donde vienes es muy importante para saber adonde vas. Todas las leyes que han mejorado los derechos de este país han venido de la mano del PSOE”(4) y, siguiendo con este relato, dijo que “todas las leyes de Igualdad que han desarrollado los derechos de las mujeres españolas han sido de factura socialista”(5).

El error que cometió la ministra socialista fue doble, no solo ignoró el pasado anarquista del movimiento feminista en España, sino que subalternizó a las mujeres poniéndolas a sus pies a través del proceso descrito por la filósofa feminista Gayarti Chakravorty Spivak (Calcuta, 1942) en ¿Pueden hablar los subalternos? : “Estos filósofos [Foucault y Deleuze] no prestaron atención al pensamiento de la contradicción constitutiva –y es ahí donde ciertamente se separan de la izquierda–. En nombre del deseo, reintroducen de manera tácita el sujeto no dividido en el discurso del poder”.

(6). La pregunta que nos hacemos es doble: primero saber si este grupo al que Carmen Calvo denomina con el significante “las mujeres españolas” existe como sujeto único fuera de la lucha de clases o es la descripción que hace la ministra de una colección de estereotipos en función de sus intereses ideológicos. Segundo, si es posible que las representadas no consientan la re-presentación (7) que las élites hacen de ellas, consentimiento necesario para que exista el proceso representativo. Esta es la trampa retórica, el tropo dentro de “las mujeres españolas”, que utiliza la ministra Calvo. Esta está desclasando a las mujeres para que no se aprecie su propia diferencia de clase con respecto a sus representadas, es más, está dibujando una analogía-retrato de mujer para representarse en ella. Carmen Calvo, para la que “el feminismo es la gran apuesta del pensamiento y de vida real igualitaria y radical que queda en pie” un feminismo por “los derechos civiles”(8), tal vez como antesala al fin de la historia, obviando que su propia clase es diferente a la de la mayoría de las mujeres por las que habla. En “estos dos sentidos de «representación», dice Spivak, –dentro de una formación estatal y legal, por una parte, y como predicación a propósito de un sujeto, por otra– están relacionados pero son irreduciblemente discontinuos. Ocultar la discontinuidad con una analogía que es presentada como prueba refleja de nuevo un paradójico privilegio del sujeto. Estos grandes problemas están enterrados en las diferencias entre las «mismas» palabras: consciencia y conciencia (ambas conscience en francés), representación y re-presentación.”(9).

De nuevo la misma crítica de Spivak, nos sirve aquí para la ministra socialista que intenta representar a las más jóvenes, pero termina re-presentandolas (10), es decir, describiendo nuevos estereotipos de mujer, homogenizando una multitud de mujeres, y de esta manera evitando hablar de las necesidades concretas de estas en tanto que obreras o como clientas-ciudadanas-estafadas por el sistema financiero. Y es que “El ventriloquismo del hablante subalterno es la herramienta de izquierdas del intelectual”(11) y en esta campaña, tal y como expusimos en nuestro artículo anterior, los partidos han intentado activa e inexplicablemente evitar hablar de las mayores preocupaciones del conjunto de los votantes como son las cuestiones económicas, las mujeres no podían ser menos.

Asumamos el riesgo de una fórmula, el consentimiento resulta, en gran medida, de las ilusiones producidas por la óptica social (12), fórmula mágica de George Balandier de suma importancia para entender no solo la indiferencia actual de las jóvenes al PSOE sino también los absurdos en marcos lógicos previsibles como las elecciones repetitivas, competitivas y libres. Los mecanismos tecnológicos legales son diferentes y la maquinaria comeorejas de los partidos que impide a las mujeres subalternas ser oidas y hablar está más afinada que hace un siglo, pero la transferencia que se hace del poder soberano desde pueblo, el ente descrito, al representante, descriptor del ente, para que este último haga leyes sigue siendo una cuestión igual de oscura que ayer.

El discurso de Calvo actúa como un ventrílocuo cautivo del enfoque que coloniza las relaciones sociales mediante la construcción de la subalternidad. Las jerarquías que crea este sistema de subalternidad responden a estructuras excluyentes que sólo interpelan para decir que representan a una sociedad imaginaria evitando oir así a la Sociedad con la que se encuentran en un conflicto fruto de esas mismas relaciones asimétricas que encumbraron a la ministra e impiden el discurrir de la vida en sociedad al generar clases sociales o grupos enfrentados. No es de extrañar por tanto que las mujeres menores de 35 años altamente concienciadas y conscientes de haber sido subjetivadas como sujeto re-presentado de deseo, a pesar de querer votar, no encuentren un partido que las represente, se trata pues de una indecisión activa.

NOTAS ACLARATIVAS NUMERADAS EN EL TEXTO.

(1) CIS Macrobarometro electoral. Avance de Marzo 2019, se puede ver en: http://www.cis.es/cis/opencms/ES/NoticiasNovedades/InfoCIS/2019/Documentacion_3242.html
(2) CIS Macrobarometro electoral. Avance de Marzo 2019

(3) El feminismo es cosa de las jóvenes (y de sus abuelas), redacción ElPaís, publicado el 04/03/2019 en https://elpais.com/sociedad/2019/03/03/actualidad/1551638433_568255.html
(4) Carmen Calvo: «Hay que acabar con el estereotipo del amor romántico: es machismo encubierto», Daniel Basteiro publicado el 07/05/2018 visto el 10/04/2019 en https://www.elespanol.com/espana/20180507/carmen-calvo-acabar-estereotipo-romantico-machismo-encubierto/305220020_0.html

(5) Carmen Calvo: “Todas las leyes de Igualdad que han desarrollado los derechos de las mujeres españolas han sido de factura socialista”, 11/01/2019 visto el 10/04/2019 en http://www.psoe.es/el-socialista/carmen-calvo-todas-las-leyes-de-igualdad-que-han-desarrollado-los-derechos-de-las-mujeres-espanolas-han-sido-de-factura-socialista/

(6) ¿Pueden hablar los subalternos? Gayarti Chakravorty Spivak con traducción de Manuel Asensi Pérez publicado en 2009 por MACBA. p.54
(7) Y por qui tacet, consentire videtur (de la que calla se entiende que consiente) se reproduce el sistema de re-presentación.

(8) “Nuevos horizontes en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres” Mesa redonda organizada por Revista Temas. Publicado com artículo en la revista de agosto septiembre 2018
(9) Y en este sentido no se escapa a este análisis sobre la indecisión que los análisis de indecisión han pasado por alto este Sujeto Mujer cada uno con sus particulares “olvidos”.

(10) Para entender la diferencia entre representación y re-presentación Spivak toma como referencia del alemán vertreten («representar» en el primer sentido) y darstellen («re-presentar» en el segundo sentido como describir) de un famoso pasaje de El dieciochobrumario de Luis Bonaparte Marx Ibid p. 56

Firma este artículo: Roberto García-Patrón García Fraile, Licenciado en Ciencias Políticas

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